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El 14 de julio, en una acción histórica, el papa Francisco nombró tres mujeres en el dicasterio vaticano, la oficina que lo asesora en la elección de obispos en todo el mundo.
Se trata de sor Raffaella Petrini, secretaria general de la gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano (la mujer de más alto rango en el Estado); sor Yvonne Reungoat, ex superiora general de las Hijas de María Auxiliadora; y la doctora Maria Lía Zervino, presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones de Mujeres Católicas.
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La doctora Zervino, socióloga argentina que conoce a Bergoglio desde antes de su llegada al papado, es la primera mujer laica en ser nombrada en el dicasterio.
El nuevo dicasterio estará conformado por 14 asientos. Las tres mujeres, junto a otros 11 sacerdotes, obispos y cardenales, ocuparán el cargo por 5 años.
Aunque los cargos de autoridad en la iglesia católica siguen siendo en basta mayoría ocupados por hombres, esta medida fortalece los esfuerzos para amplificar las voces de las mujeres en la iglesia.
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Estas tres mujeres serán miembros de la congregación para los obispos y podrán influir en la selección de los 5.300 obispos que dirigen las diócesis del mundo, aunque la última palabra la tiene el papa.
Aunque la iglesia católica solo permite a los hombres ser sacerdotes, con el argumento de que todos los apóstoles de Jesús eran hombres, cada vez más grupos de mujeres católicas presionan por reformas para tener más participación y autoridad.
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