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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseveró este martes que, si depende de su gobierno, su país realizará la Copa América-2021, en un intento de reducir la incertidumbre sobre la celebración del torneo de selecciones más antiguo del mundo.
La noche del lunes, el ministro de la Casa Civil (gabinete), Luiz Eduardo Ramos, dijo que la celebración del torneo en Brasil, anunciada horas antes por la Conmebol, no estaba confirmada.
Ramos explicó que el gobierno brasileño puso condiciones a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) para la realización del torneo, inicialmente previsto para 2020, como que no haya público y que todos los miembros de las delegaciones sean vacunados.
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“Mañana (martes) tendremos una posición final”, declaró el ministr
Aún sin pronunciamiento oficial, este martes Bolsonaro se limitó a comentar su posición personal.
“Si depende de mí y de todos los ministros, incluso el de la Salud, ya está arreglado, habrá (Copa América)”, aseveró en las afueras de la residencia oficial en Brasilia donde se detuvo, como acostumbra, a conversar con seguidores.
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“Copa América, sí, fui consultado ayer por la CBF. Conversé con todos los ministros interesados y de nuestra parte, positivo”, dijo este martes Bolsonaro al ser consultado sobre el torneo por uno de sus seguidores.
La Conmebol le sacó la sede el domingo a Argentina, donde recrudeció la pandemia de covid-19, y diez días antes hizo lo mismo con Colombia a raíz del estallido social en ese país que deja decenas de muertos.
Y, en un giro inesperado, se la otorgó a Brasil, que acogió la última Copa América, en 2019, ganada de la mano de Dani Alves.
El ente rector del fútbol sudamericano agradeció el lunes a Bolsonaro por abrir las puertas al torneo, que se disputará del 13 de junio al 10 de julio.
La noticia generó una ola de críticas debido a la crisis sanitaria que vive Brasil, el segundo país con más muertes por covid del mundo (casi 463.000), superado solo por Estados Unidos. Especialistas temen además una tercera ola de la pandemia.
Para Bolsonaro, las críticas son infundadas y obedecen a ataques de la prensa motivados por disputas en los derechos de transmisión de los partidos.
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