La crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos, que estalló luego de la negativa del presidente Gustavo Petro a recibir dos vuelos de deportados procedentes de California porque presentaban condiciones “indignas”, ha vuelto a revivir el interés de los colombianos en el grupo de países BRICS+.
La atracción por este foro político, alternativo al G7 en el que están las naciones más desarrolladas del mundo, es entendible. Expertos como David Mauricio Castrillón, profesor de la Universidad Externado de Colombia, apuntan a que la reacción de Washington en esta crisis diplomática demuestra que países como Colombia necesitan reexaminar sus alianzas y expandirse hacia otros países que no sean la potencia norteamericana.
“Ante el aislacionismo de Estados Unidos, ¡más apertura global!“, escribió Castrillón.
En el pasado, antes de esta crisis, el gobierno de Petro ya había planteado su interés en adoptar esta ruta de expansión diplomática, manifestando su deseo de pertenecer a los BRICS. A mediados de 2024, el entonces ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla González, hizo público el interés de Colombia de postularse a este foro.
“Esos deseos se van a incrementar, en parte, porque los BRICS representan un bloque amplio diverso de países del sur global que no necesariamente comparten una agenda ideológica y política, pero sí la idea de un orden internacional más democrático, más horizontal”, señaló Castrillón a France24.
Pero, ¿qué son los BRICS, qué países lo componen y para qué sirve?
Los BRICS son una organización multilateral que agrupa a algunas de las economías emergentes más relevantes del mundo. El nombre proviene de las iniciales de sus países fundadores: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Este bloque se ha consolidado como un espacio alternativo al G7, representando aproximadamente el 37 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. Los miembros comparten características como una gran población, abundancia de recursos naturales y un notable crecimiento económico en las últimas décadas. Originalmente llamado BRIC, el grupo incluyó a Sudáfrica en 2010, ampliando su enfoque a África.
En 2024, se invitó a Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos a ser miembros. El pasado 7 de enero, Indonesia se convirtió en un nuevo miembro permanente del grupo.
Además de estos, también están como países asociados Nigeria, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Tailandia, Uganda y Uzbekistán.
Su objetivo, en pocas palabras, es mejor la cooperación económica y el comercio entre sus miembros, así como reducir el uso del dólar estadounidense. Además de esto, cada nación tiene objetivos geopolíticos que varían según su posición en el mapa.
¿Y América Latina?
En 2023, Argentina fue invitada a unirse al bloque, pero el gobierno de Javier Milei rechazó la propuesta, dejando un espacio vacío para la región. Actualmente, tres países compiten por un lugar en este club son Venezuela y Colombia, además de Bolivia, que ya pertenece al grupo de asociados. Sin embargo, las perspectivas de adhesión inmediata para estos países parecen inciertas, ya que el bloque prioriza la consolidación de su reciente expansión.
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