De nuevo en líos la familia de Pablo Escobar en Argentina
Un juzgado de ese país solicitó a la viuda del capo, María Isabel Santos, y a su hijo, Juan Sebastián Marroquín, para que expliquen sus presuntos vínculos con el extestaferro del cartel de Cali José Bayron Piedrahíta.
DANIEL AVELLANEDA
El caso tomó relieve en septiembre, cuando Mateo Corvo Dolcet, un abogado de 53 años, fue detenido en el marco de una causa por lavado de dinero que tuvo una serie de allanamientos a restaurantes, entre ellos el célebre Café Los Angelitos. Los investigadores habían determinado que el letrado había realizado una operación a favor del capo narco colombiano José Piedrahíta Ceballos, tal cual informó El Espectador.
Como consecuencia de la detención de Corvo Dolcet surgieron los nombres de la viuda y el hijo de Pablo Escobar, fundador y líder del cartel de Medellín. Se trata de Victoria Eugenia Henao Vallejo y Juan Pablo Escobar, quienes adoptaron una nueva identidad en la Argentina, donde se radicaron en 1995, después de que les cerraron las fronteras de Alemania y Estados Unidos.
(Lea: Los Escobar en Argentina)
Con los nombres de María Isabel Santos Caballero y Juan Sebastián Marroquín Santos, los herederos del Patrón eran sospechosos de haber sido partícipes necesarios del delito de lavado de dinero. Pero desde ayer, ambos fueron imputados por el juez federal de Morón, Néstor Barral, y serán citados para indagatoria en mayo. En la misma situación quedó Mauricio Serna, Chicho, exjugador de Atlético Nacional, Boca Juniors y la Selección Colombia, entre otros.
Para la fiscalía, a cargo de Sebastián Basso, los familiares de Escobar fueron el nexo entre Corvo Dolcet y Piedrahíta Ceballos a cambio de 100 mil dólares. Esta información pudo constatarse cuando la Policía allanó el domicilio del abogado argentino en el country Ayres de Pilar, ubicado en la zona norte del Gran Buenos Aires. Allí mismo, los peritos hallaron una carpeta con la leyenda “No tocar Mateo”, en la que Santos Caballero reconoció, junto a su madre, haber hecho una suerte de presentación entre Corvo Dolcet y Piedrahíta.
(En contexto: José Bayron Piedrahíta y los socios con los que quiso triunfar en Argentina)
Piedrahíta es el pez gordo de la causa que lleva la Justicia Federal Argentina. Con domicilio en este país, se afincó como un empresario ganadero, más allá de que el Gobierno de Estados Unidos lo apunta como un narcotraficante. Según los investigadores, la viuda y el primogénito de Escobar no podían desconocer con quién se estaban sentando a negociar ni el origen espurio de su dinero.
La fiscalía quiere indagar, según reza el escrito, “sobre la conducta de Marroquín Santos y Santos Caballero, refirieron que prestaron contribución esencial en el lavado de US$2’341.164 y, en segundo lugar, a la comisión en coautoría –temporalmente posterior– de un hecho de lavado de US$105.352”.
A través de Corvo Dolcet y otros tres imputados, Piedrahíta Ceballos logró ingresar al mercado argentino 3 millones de dólares y 1’500.000 pesos, que se sospecha fueron obtenidos por maniobras “narcocriminales”.
La resolución firmada por el juez Barral hizo lugar a las solicitudes planteadas por el fiscal Basso, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), a cargo de Gabriel Pérez Barberá, y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por Diego Iglesias.
En tanto, Serna deberá dar respuestas sobre un cambalache. El exmediocampista le vendió una propiedad en el country San Diego a Piedrahíta Ceballos, quien dos semanas después se la transfirió a Corvo Dolcet en el doble del valor por el que el capo narco se la compró a Chicho. Para la Procelac y la Procunar, fue una estrategia de lavado de dinero.
Serna ya había sido apuntado en la Argentina por sus vínculos con los narcos. Su nombre había surgido en la investigación de los asesinatos de Edilson Duque Ceballos (35 años, alias Monoteto) y su guardaespaldas, Alexánder Quintero Gardner (también de 35 años), ocurrido en julio de 2008 en el estacionamiento del Shopping Unicenter de la localidad de Martínez. A Chicho se lo menciona como un integrante del círculo íntimo de los narcos asesinados por dos sicarios.
Serna deberá declarar ante la fiscalía del Juzgado Federal de Morón dentro de dos semanas, el viernes 4 de mayo. Un día antes lo hará la viuda de Escobar. El 14 será el turno del hijo del Patrón.
(Le puede interesar: Los vínculos del empresario José Bayron Piedrahíta Ceballos con los Ochoa Vásquez)
Poco se sabía de los Escobar Gaviria en Argentina hasta que Marroquín dio a conocer la película biográfica de su padre. Y El patrón del mal, la serie que emitió Canal 9 a 20 años de la muerte del tristemente célebre narco colombiano, generó curiosidad. Entonces, la revista Noticias publicó en su tapa la foto de María Isabel Santos, Sebastián Marroquín y Juana Manuela, la hija menor, que nunca quiso mostrarse públicamente. Se habían mudado en más de una oportunidad, producto de esa conducta nómada que adoptaron cuando Pablo era prófugo del Gobierno colombiano.
Después de vivir en un departamento del barrio de Núñez, cerca del estadio de River Plate, se radicaron en Tigre, en una zona de quintas, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Y siguieron con sus vidas, dejando pocos rastros de su pasado tumultuoso, detrás del imperio de drogas que gestó Pablo. Hasta que estalló esta causa, que puede tener derivaciones impensadas.
El caso tomó relieve en septiembre, cuando Mateo Corvo Dolcet, un abogado de 53 años, fue detenido en el marco de una causa por lavado de dinero que tuvo una serie de allanamientos a restaurantes, entre ellos el célebre Café Los Angelitos. Los investigadores habían determinado que el letrado había realizado una operación a favor del capo narco colombiano José Piedrahíta Ceballos, tal cual informó El Espectador.
Como consecuencia de la detención de Corvo Dolcet surgieron los nombres de la viuda y el hijo de Pablo Escobar, fundador y líder del cartel de Medellín. Se trata de Victoria Eugenia Henao Vallejo y Juan Pablo Escobar, quienes adoptaron una nueva identidad en la Argentina, donde se radicaron en 1995, después de que les cerraron las fronteras de Alemania y Estados Unidos.
(Lea: Los Escobar en Argentina)
Con los nombres de María Isabel Santos Caballero y Juan Sebastián Marroquín Santos, los herederos del Patrón eran sospechosos de haber sido partícipes necesarios del delito de lavado de dinero. Pero desde ayer, ambos fueron imputados por el juez federal de Morón, Néstor Barral, y serán citados para indagatoria en mayo. En la misma situación quedó Mauricio Serna, Chicho, exjugador de Atlético Nacional, Boca Juniors y la Selección Colombia, entre otros.
Para la fiscalía, a cargo de Sebastián Basso, los familiares de Escobar fueron el nexo entre Corvo Dolcet y Piedrahíta Ceballos a cambio de 100 mil dólares. Esta información pudo constatarse cuando la Policía allanó el domicilio del abogado argentino en el country Ayres de Pilar, ubicado en la zona norte del Gran Buenos Aires. Allí mismo, los peritos hallaron una carpeta con la leyenda “No tocar Mateo”, en la que Santos Caballero reconoció, junto a su madre, haber hecho una suerte de presentación entre Corvo Dolcet y Piedrahíta.
(En contexto: José Bayron Piedrahíta y los socios con los que quiso triunfar en Argentina)
Piedrahíta es el pez gordo de la causa que lleva la Justicia Federal Argentina. Con domicilio en este país, se afincó como un empresario ganadero, más allá de que el Gobierno de Estados Unidos lo apunta como un narcotraficante. Según los investigadores, la viuda y el primogénito de Escobar no podían desconocer con quién se estaban sentando a negociar ni el origen espurio de su dinero.
La fiscalía quiere indagar, según reza el escrito, “sobre la conducta de Marroquín Santos y Santos Caballero, refirieron que prestaron contribución esencial en el lavado de US$2’341.164 y, en segundo lugar, a la comisión en coautoría –temporalmente posterior– de un hecho de lavado de US$105.352”.
A través de Corvo Dolcet y otros tres imputados, Piedrahíta Ceballos logró ingresar al mercado argentino 3 millones de dólares y 1’500.000 pesos, que se sospecha fueron obtenidos por maniobras “narcocriminales”.
La resolución firmada por el juez Barral hizo lugar a las solicitudes planteadas por el fiscal Basso, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), a cargo de Gabriel Pérez Barberá, y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por Diego Iglesias.
En tanto, Serna deberá dar respuestas sobre un cambalache. El exmediocampista le vendió una propiedad en el country San Diego a Piedrahíta Ceballos, quien dos semanas después se la transfirió a Corvo Dolcet en el doble del valor por el que el capo narco se la compró a Chicho. Para la Procelac y la Procunar, fue una estrategia de lavado de dinero.
Serna ya había sido apuntado en la Argentina por sus vínculos con los narcos. Su nombre había surgido en la investigación de los asesinatos de Edilson Duque Ceballos (35 años, alias Monoteto) y su guardaespaldas, Alexánder Quintero Gardner (también de 35 años), ocurrido en julio de 2008 en el estacionamiento del Shopping Unicenter de la localidad de Martínez. A Chicho se lo menciona como un integrante del círculo íntimo de los narcos asesinados por dos sicarios.
Serna deberá declarar ante la fiscalía del Juzgado Federal de Morón dentro de dos semanas, el viernes 4 de mayo. Un día antes lo hará la viuda de Escobar. El 14 será el turno del hijo del Patrón.
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Poco se sabía de los Escobar Gaviria en Argentina hasta que Marroquín dio a conocer la película biográfica de su padre. Y El patrón del mal, la serie que emitió Canal 9 a 20 años de la muerte del tristemente célebre narco colombiano, generó curiosidad. Entonces, la revista Noticias publicó en su tapa la foto de María Isabel Santos, Sebastián Marroquín y Juana Manuela, la hija menor, que nunca quiso mostrarse públicamente. Se habían mudado en más de una oportunidad, producto de esa conducta nómada que adoptaron cuando Pablo era prófugo del Gobierno colombiano.
Después de vivir en un departamento del barrio de Núñez, cerca del estadio de River Plate, se radicaron en Tigre, en una zona de quintas, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Y siguieron con sus vidas, dejando pocos rastros de su pasado tumultuoso, detrás del imperio de drogas que gestó Pablo. Hasta que estalló esta causa, que puede tener derivaciones impensadas.