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El papa León XIV instó este jueves a Turquía a desempeñar un papel “estabilizador” en un contexto mundial “fuertemente conflictivo”, en el inicio del primer viaje al extranjero de su pontificado, que también lo llevará a Líbano.
Llegado a Ankara poco después del mediodía, el papa estadounidense-peruano fue recibido en el palacio presidencial por el jefe de Estado, Recep Tayyip Erdogan, con los himnos del Vaticano y Turquía, además de salvas de cañón.
“Señor presidente, que Turquía sea un factor de estabilidad y acercamiento entre los pueblos, al servicio de una paz justa y duradera”, afirmó el pontífice.
Turquía es un actor destacado en la volátil geopolítica de Oriente Medio, y se implica también en las negociaciones entre Ucrania y Rusia para poner fin a la guerra tras la invasión de febrero de 2022.
León XIV alabó al país como “un puente entre Oriente y Occidente, entre Asia y Europa, y una encrucijada de culturas y religiones”. Pero también advirtió que la homogeneización del país, con apenas un 0,1 % de cristianos entre 86 millones de habitantes, “representaría un empobrecimiento”.
Su anfitrión, Erdogan, aseguró que Turquía no permite la “discriminación” y que no ven “las diferencias culturales, religiosas y étnicas como una fuente de división, sino de enriquecimiento”. El dirigente agregó: “Turquía, donde un 99 % de los ciudadanos son musulmanes, alienta el respeto a todas las confesiones, también las comunidades cristianas”.
“Bonito mensaje para el mundo”: papa León XIV en Turquía
En el avión que lo llevó de Roma a Ankara, el pontífice les explicó a los 80 periodistas que lo acompañan su impaciencia por este viaje previsto para su predecesor, el papa Francisco, quien falleció en mayo.
“Esperaba este viaje con mucha ilusión por lo que significa para los cristianos, aunque también es un bonito mensaje para el mundo entero”, declaró.
A su llegada, el santo padre cruzó una capital tomada por las fuerzas de seguridad hasta el mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk (1881-1938), el fundador de la Turquía moderna y símbolo de la República laica.
En los últimos años, el estatus laico del país se ha visto cuestionado por el auge del nacionalismo religioso y la politización de símbolos como la basílica de Santa Sofía de Estambul, convertida en mezquita en 2020. Pese a ello, el Vaticano busca mantener el diálogo con Ankara, que considera clave para la paz en la región.
La Santa Sede reconoce el esfuerzo realizado por Turquía para acoger en su territorio a más de 2,5 millones de refugiados, en su gran mayoría sirios, según las autoridades.
En ese sentido, el líder de los 1.400 millones de católicos siguió los pasos de su predecesor Francisco, al criticar recientemente el trato “extremadamente irrespetuoso” hacia los migrantes de la administración estadounidense de Donald Trump.
“Promover la unidad” con los ortodoxos
Tras esta jornada de carácter político, la visita adoptará el viernes un cariz más religioso con su desplazamiento a Iznik, la antigua Nicea.
Allí se celebrará el aniversario número 1.700 del primer concilio ecuménico, que reunió en el año 325 a unos 300 obispos del Imperio romano, un momento considerado fundacional para el cristianismo.
El papa participará en una oración ecuménica en la orilla del lago Iznik, junto al patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, el interlocutor privilegiado por el Vaticano en sus relaciones con los ortodoxos.
“Bartolomé y yo ya nos hemos encontrado en varias ocasiones, creo que será una oportunidad excepcional para promover la unidad entre todos los cristianos”, declaró el martes León XIV.
Los católicos y los ortodoxos están divididos desde el cisma del año 1054. Los primeros reconocen la autoridad universal del papa como jefe de la Iglesia, mientras que los segundos están organizados en iglesias autocéfalas.
Esta visita, entonces, servirá para fortalecer esos lazos, teniendo como precedente el abrazo que Pablo VI y el patriarca Atenágoras se dieron en Jerusalén en 1964, lo que marcó el fin de casi 1.000 años de no dirigirse la palabra.
Ahora bien, el mundo ortodoxo parece hoy más fragmentado que nunca, ya que la guerra en Ucrania aceleró la ruptura entre los patriarcados de Moscú y Constantinopla.
Después de Pablo VI (1967), Juan Pablo II (1979), Benedicto XVI (2006) y Francisco (2014), León XIV es el quinto papa que visita Turquía.
Desde el domingo hasta el martes, continuará su viaje con una visita a Líbano, sumido en una crisis económica y política desde 2019 y bombardeado regularmente por Israel en los últimos días, a pesar del alto al fuego.
Allí, el papa visitará el puerto de Beirut, donde en agosto de 2020 ocurrió una explosión que causó más de 200 muertos, 7.000 heridos y dejó sin casa a 300.000 personas. Su visita a este país asiático ocurre en momentos tensos con Israel, sobre todo después de que el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, calificó lo que pasa en Gaza de “carnicería”.
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