En Tik Tok no hay espacio para la política

La aplicación se ha descargado más de 1.000 millones de veces, pero hay muchas denuncias por presuntas violaciones de derechos humanos.

Nicolás Marín Navas
04 de diciembre de 2019 - 03:00 a. m.
En Tik Tok no hay espacio para la política
Foto: Getty Images - Chesnot

Una joven estadounidense empieza un tutorial de maquillaje a través de la aplicación “Tik Tok” asegurando que enseñará a los usuarios a obtener pestañas más largas. De pronto, mientras sigue con su explicación, afirma: “Vas a bajar el rizador de pestañas y usarás tu teléfono para buscar lo que está sucediendo en China, cómo funcionan sus campos de concentración, en los que arrojan musulmanes inocentes, separando a las familias unos de otros, secuestrándolos, asesinándolos, violándolos, obligándolos a comer carne de cerdo, obligándolos a beber, obligándolos a convertirse”. A las pocas horas, según la joven, su cuenta fue bloqueada.

Lo anterior arroja tres puntos de reflexión. Lo primero es que el alcance del mensaje deja ver el éxito de la aplicación, pues el video de 40 segundos tuvo más de 500.000 likes. Y es que la revolución digital que ha causado “Tik Tok” entre los jóvenes es impresionante: en 2017 fue descargada por 130 millones de personas y el año pasado esa cifra aumentó a 660 millones. Solo en España, por ejemplo, los usuarios entran durante el día 7 veces a la plataforma y están en promedio 43 minutos consumiendo contenido.

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Lo segundo es que la denuncia de la joven no es la primera que se ve en la red social. Durante las últimas semanas decenas de personas han comenzado a publicar denuncias en la aplicación sobre presuntas violaciones de derechos humanos en China. Lo tercero, y quizá lo más grave, es que luego de haberlas publicado, muchos de esos usuarios aseguran haber sido censurados.

Para el que no conozca mucho acerca de “Tik Tok”, es importante aclarar que se trata de una aplicación gratuita que fue desarrollada por la empresa china ByteDance en 2017, y que tiene como objetivo documentar la vida de los usuarios a través de videos cortos, entre 15 y 60 segundos, que pueden incluir efectos y música. La gran masa de contenido que circula en la plataforma, ayudada por inteligencia artificial para mejorar la retención de las personas, busca, en principio, hacer reír, divertir o asombrar a la comunidad.

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Para Zoe Schiffer, reportera tecnológica del portal The Verge, el éxito de la plataforma consiste en dos puntos: “Primero, obviamente, es magistral usar el aprendizaje automático para predecir las preferencias de las personas y mostrarles contenido que los mantendrá mirando a la pantalla. En segundo lugar, llegó en un momento en que la gente comenzaba a cansarse de esta estética de Instagram excesivamente puesta en escena. “TikTok” es más caprichoso y tonto: es ideal para una generación que quiere entretenerse y no está necesariamente interesada en posar con un atuendo perfecto frente a un monumento nacional”, aseguró a El Espectador.

Sin embargo, también llegó un público que quería compartir videos no tan divertidos. En pocos meses, la aplicación comenzó a recibir denuncias de ciberacoso, por lo que sus representantes tuvieron que pulir el algoritmo para evitar que siguieran ocurriendo esos incidentes.

Ahora el gran dilema con el que debe lidiar la aplicación es la intromisión de la política. De hecho, desde el año pasado el Comando de Reclutamiento del Ejército de EE. UU. decidió comenzar a usarla como parte de su nueva estrategia de reclutamiento. “A mis reclutadores les resulta extremadamente útil, cuando se trata de armar videos cortos, promover el mensaje de reclutamiento del Ejército, asociándose con la música”, declaró Frank Muth, jefe del Comando de Reclutamiento del Ejército de Estados Unidos al portal Military.com.

La declaración no cayó nada bien en el gobierno estadounidense porque, al ser una aplicación proveniente de China, se incrusta en el ajedrez de la guerra política y económica entre las dos potencias mundiales. El senador demócrata Chuck Schummer aseguró, “si bien reconozco que el ejército debe adaptar sus técnicas de reclutamiento para atraer a los jóvenes estadounidenses a servir, les instó a evaluar los posibles riesgos de seguridad nacional que plantean las empresas tecnológicas de propiedad de China antes de elegir utilizar ciertas plataformas”.

La tensión es obvia, pues de por medio no solo están los datos de millones de estadounidenses, sino la intensa guerra comercial entre Estados Unidos y China. A principios del mes pasado una agencia federal estadounidense abrió una investigación sobre la aplicación china para compartir videos “Tik Tok”, según informó el diario The New York Times. Citando fuentes anónimas, aseguró que las pesquisas podrían centrarse en comprobar si la aplicación estaba enviando datos a China.

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Samantha Hoffman, analista del Instituto de Política Estratégica de Australia, dijo a The Verge que la preocupación es pertinente: “El Partido Comunista de China recopila datos masivos en el extranjero y luego los usa para ayudar con cosas relacionadas a la seguridad del Estado, como la propaganda y la identificación del sentimiento público para comprender cómo se siente la gente sobre un tema en particular. Se trata de controlar el entorno de los medios a nivel mundial. Una vez que tenga el control, puede usarlo para influir y dar forma a la conversación”.

¿Campos de concentración en China?

El tema es un secreto a voces que viene creciendo desde hace años. Los “campos de reeducación” en China son el resultado de la poderosa guerra que les ha declarado el gobierno chino a los cerca de 11 millones de personas de la etnia musulmana de los uigures que vive en el país. Las cifras de personas privadas de su libertad es escalofriante: cerca de un millón afines a esa religión. Lo más grave es que las denuncias de los organismos internacionales y de los propios familiares han sido infranqueables, por lo que parece que poco o nada se puede hacer.

El gobierno chino, que hasta el año pasado negó estos espacios, terminó aceptando que había algunos lugares de reeducación, pero que se trata de una campaña de desinformación en su contra, pues, según su versión, los “estudiantes” entran voluntariamente. Sin embargo, una investigación reciente de un grupo de medios de comunicación de todo el mundo reveló, a través de imágenes satelitales, que existen cerca de 200 campos y que en muchos de ellos se construyeron torres de vigilancia con alambradas alrededor del perímetro del centro.

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Es en este contexto en el que se inmiscuye “Tik Tok”, pues las denuncias en su contra sobre presuntas censuras a los usuarios que hablan del tema despiertan sospechas sobre la intervención del gobierno chino, cosa que ha sido negada numerosas veces por la compañía ByteDance. En el caso de la joven del tutorial de pestañas, un portavoz de la compañía, Josh Gartner, aseguró que la censura a su cuenta se llevó a cabo porque antes se había detectado contenido asociado con Osama bin Laden, lo cual viola la política antiterrorista de la aplicación.

A pesar de que desde las oficinas de la compañía se niega que se esté censurando, Schiffer asegura que desde hace tiempo se les dijo a los moderadores que suprimieran el contenido político. “Se especuló mucho sobre si el contenido sobre las protestas de Hong Kong estaba específicamente censurado por los moderadores de “Tik Tok”. Es difícil decir si eso está sucediendo con los uigures, pero lo cierto es que hay mucho más escrutinio sobre cómo están regulando este tipo de contenido políticamente sensible, especialmente en lo que se refiere a temas que a China no le gustan”.

Y es que dentro del código de regulación interno de “Tik Tok”, usado hasta mayo de este año, en el capítulo de “discurso de odio y religión”, se advierte que se suprimirán: “Crítica hacia las políticas, reglas sociales de cualquier sociedad, como una monarquía constitucional, monarquía, sistema parlamentario, separación de poderes, sistema socialista, etc.”. En una respuesta de The Guardian, la compañía afirma que ahora se utilizan “enfoques localizados, que incluyen moderadores locales, contenido local y políticas de moderación, y refinamiento local de políticas globales”.

Así, paralelo al crecimiento del número de usuarios, parece que estuviera la desconfianza que hay sobre la independencia de los desarrolladores y los moderadores de “Tik Tok”. Para nadie son un secreto las duras políticas de internet que maneja el gobierno chino, y algunos afirman que posiblemente las medidas de censura que se han tomado han sido inevitables: “Si estamos hablando de una empresa con sede en China, diría que es imposible que no se vean influenciados por el gobierno. No importa la intención de la persona que crea la empresa. Se trata de cómo funciona el sistema”, aseguró a The Verge Hoffman.

Por Nicolás Marín Navas

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