Por segunda vez desde que se inició el gobierno de Gustavo Petro, la Embajada de Colombia en Venezuela intenta responder a la difícil tarea de cuantificar los connacionales residentes en el vecino país. La primera vez fue a finales de noviembre de 2022, cuando el entonces embajador Armando Benedetti anunció, de la mano de la Registraduría, el comienzo de un proceso de “censo” para determinar la cantidad de colombianos y colombianas en Venezuela.
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Tres años después, y reconociendo que la falta de personal diplomático impedía agilizar la tarea, la cifra sigue siendo un misterio. Los números que se manejan son meras estimaciones basadas en la historia, y no en datos actuales del registro. Algunos, como el director de la Asociación de Colombianos y Colombianas en Venezuela, Juan Carlos Tanus, confían en que para 2022 había hasta cinco millones, pero él mismo confesaba que se trata de una estimación basada en registros históricos. Sus estimaciones se acercan a las de Nicolás Maduro, quien hablaba en ese momento también de “seis millones de colombianos (que) viven en paz en Venezuela”. Cabe destacar que Tanus, como otros dirigentes de comunidades colombianas en Venezuela, es una figura con cercanía al régimen venezolano, lo que genera dudas de sus datos.
Las cifras sobre la población colombiana en Venezuela no solo están desactualizadas, sino profundamente politizadas. Para el chavismo, la narrativa de “millones de colombianos viviendo en paz” funciona como muestra de que el país sigue siendo un “receptor de migrantes” y no una nación expulsora. En Colombia, por otro lado, la información será clave para el año electoral, pues ya que en Estados Unidos muchos temen acercarse a puestos de votación por la persecución del ICE, los registros en Venezuela y España se hacen más importantes.
La última cifra oficial de colombianos en Venezuela data del censo venezolano de 2011, que registró 721.791 personas. Por otro lado, la Registraduría Nacional de Colombia, antes de las elecciones de 2022, apuntó que estaban inscritos unos 184.421 colombianos para votar, mucho menos de la mitad de los 532.384 inscritos en 2014. Esto evidencia un cambio abrupto en la presencia de colombianos en Venezuela desde ese año, destacando que en 2015 se dio la expulsión masiva por orden de Maduro, quien deportó al menos a 10.000 personas de un día para otro.
Desde entonces, el retorno de colombianos ha sido notable. Por eso, otros hablan de entre 1,5 y 2 millones restantes en Venezuela, por mucho, y sobrestimando los recientes registros históricos. Sin embargo, no hay un consenso. Los datos suministrados por el Ministerio de Exteriores, a corte de noviembre de 2025, son de poco menos de 230.000 colombianos registrados como residentes en Venezuela, siendo Zulia, el Distrito Capital, Táchira, Carabobo, Miranda, Mérida y Barinas las ciudades donde se superan los 10.000 colombianos registrados.
“No sabemos cuáles son los números reales. Los seis millones de los que hablan no tienen sustento. Por ejemplo, en los registros se habla de ocho millones en el extranjero, pero ese es un dato que se ha actualizado con predicciones del censo de 1993. Ahora, el gobierno venezolano también maquilla las cifras dependiendo del momento político. Lo triste es que en Colombia, tanto la izquierda como la derecha, han normalizado la cifra de los seis millones sin evidencia”, señaló Ronal Rodríguez, vocero e investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario y coordinador de la Bitácora Migratoria, destacando su importancia de cara a 2026.
Determinar cuántos colombianos viven hoy en Venezuela es prácticamente imposible por la suma de vacíos estructurales y políticos que arrastra la relación bilateral. El desmonte de los consulados durante siete años dejó sin registro a cientos de miles de personas, mientras que la migración pendular con familias que cruzaban diariamente la frontera sin dejar trazas formales generó subregistros que aún perduran. A esto se suma la doble nacionalidad no reportada, la pérdida documental de miles de migrantes que huyeron durante la crisis, y un fenómeno poco estudiado: los venezolanos nacionalizados como colombianos que regresaron a Venezuela sin inscribirse en los registros de Colombia.
La falta de cooperación estadística entre el INE venezolano y el DANE colombiano termina por completar un escenario donde las cifras oscilan entre 230.000 y seis millones según la fuente, pero ninguna tiene rigor metodológico para ser considerada definitiva. Es por eso que el ahora embajador en Caracas, Milton Rengifo, ha anunciado un segundo intento de cuantificación, aunque la terminología ha cambiado. Se trata, explica, de un “registro consular” para obtener datos, entregar mensajes y tener una conversación más “fluida” con la comunidad colombiana en Venezuela, además de manejar la alta demanda de trámites.
La iniciativa llega en un momento delicado para la región, el Gobierno no logra ponerse de acuerdo en por qué lo hace ahora. Según el presidente Petro, se busca estar “en comunicación en estos difíciles momentos”, infiriendo la crisis que se presenta en el Caribe por las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. Pero Rengifo dijo el martes que esta actividad es “común y corriente”, y no está vinculada a las tensiones entre Washington y Caracas, sino que, insistió, se da para tratar la alta demanda de trámites.
“Buscamos un registro serio. No hay que ponerle tanto acento ni misterio. Es una reconocida función consular... Los consulados son pocos y no se da abasto a la gran cantidad de necesidades de los habitantes de Colombia, que tampoco sabemos cuántos son”, le dijo a Tal Cual.
Como señala el diplomático, las necesidades de los colombianos en Venezuela son enormes. Desde la alta desigualdad, derivada de bajos ingresos, que al igual que el resto de la población en el país limitan sus capacidades para una alimentación y vivienda adecuada, pasando por el colapso de servicios públicos, hasta problemas documentales para aquellos que no regularizaron su situación migratoria en Venezuela y viven con mayor vulnerabilidad jurídica. Pero no deja de llamar la atención el momento en el que se da.
“Es increíble cómo el Estado colombiano durante décadas jamás se ha interesado en conocer, registrar o caracterizar a sus ciudadanos residentes en Venezuela. Sin embargo, de manera repentina les exige que ‘se registren’ en medio de ‘momentos difíciles’, no por el terrorismo de Estado que aplica Nicolás Maduro, y que mantiene a colombianos inocentes encarcelados sin derecho a asistencia consular, sino por presión externa. Además, se han inventado una cantidad de trámites interminables y obstáculos burocráticos para acceder a su nacionalidad”, señaló una periodista venezolana que reporta desde la frontera.
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