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“Tú eres aquello que haces, no aquello que dices que harás”, Carl Jung
Uno de los equipos que venía con mejores resultados, mostrando juego colectivo y ordenado durante las fechas anteriores a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, era el equipo de la linda ciudad de Manizales. Pero en el partido decisivo no fue capaz de manejar el resultado que traía a su favor (2-0), y en la tanda de penales quedó eliminado por el equipo ecuatoriano Independiente del Valle.
Los albos tenían a su favor marcador, juego, afición y localía, pero parece ser que la parte emotiva/emocional les pudo más que el saber competir en este partido decisivo, cuyo objetivo era avanzar a la semifinal.
Previo a todo lo anterior, se había mostrado como un equipo sólido, compitiendo bien como visitante. La mayoría de sus jugadores estaban en buen nivel futbolístico, enfrentando tres torneos al mismo tiempo: Sudamericana, Liga y Copa. Contaban con una nómina más amplia que el semestre pasado. Al final, sucumbieron frente al equipo ecuatoriano.
El profesor Herrera y su cuerpo técnico hicieron todo lo posible por sacar adelante el equipo: combinaron la nómina, recuperaron jugadores, buscaron diferentes estrategias, entre otras acciones; intentaron hacer lo mejor con lo que tenían.
Es importante analizar el fenómeno mental que viene afectando al fútbol colombiano, tanto en selecciones como en equipos: la “nikefobia”, ese miedo profundo a la victoria en los momentos decisivos de la competencia. Este aspecto debe trabajarse como se trabaja lo técnico, lo táctico, lo físico: con espacio y tiempo para poderlo mejorar y superar.
Expresó el referente del equipo, Dayro Moreno: “Nos faltó concentración, más seriedad. Es un fracaso.” Ahí se resume parte de lo sucedido. ¿Qué sigue? Al interior del equipo, con ayuda externa, se requiere un análisis profundo sobre lo acontecido. Es necesario recuperar mentalmente a todo el grupo (directivos, cuerpo técnico, jugadores) para saber digerir la derrota y empezar nuevamente a llenar la mente de triunfos en la Copa y la Liga.
La derrota no fue técnica, fue emocional. Y eso también se entrena. Ahora, a enfrentar con más hidalguía los otros torneos en competencia y seguir avanzando en los mismos. Siempre habrá otra oportunidad. ¡Adelante!
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