El partido revelación, que en los comicios del 2010 le plantó cara a la política tradicional y es hoy eje de una coalición de centro capaz de ganar la Presidencia, parece chapotear en el pantano del personalismo, en maniobras de política menuda. Como doblegado por una rebatiña de aspirantes a candidato de ese partido, entre figuras que necesitarían más de un hervor para competir con éxito por el solio de Bolívar, pierden los verdes la iniciativa política que otros copan. No presentan una avanzada contestataria a la medida de su identidad política y de su historia como alternativa de poder. Ni contrapropuestas proporcionales al azote de un Gobierno tan agresivamente abusivo y proclive a la violencia que evoca el experimento fascista de Laureano Gómez. El oro y la escoria de aquel Torquemada se resuelven aquí en una camarilla de aparecidos que gobiernan con los pies y mayorías maniatadas que sufren sus embates.
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¿Verdes empantandos?
13 de abril de 2021 - 03:00 a. m.