La estrategia que propone el uso de drones cargados con concentraciones de glifosato para la fumigación de cultivos ilícitos ha sido bastante polémica. A su alrededor giran críticas que aseguran que esta medida pasaría por encima de una sentencia de la Corte Constitucional que recomienda la suspensión de la aspersión aérea. Sin embargo, también hay quienes afirman que, al ser más precisa con sus irrigaciones, tiene hasta un 99% de efectividad.
Por esta razón, Antonio Sanguino, vicepresidente de la Comisión Segunda del Senado de la República, citó al nuevo ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ricardo José Lozano Picón, a un debate de control político, con el fin de que este le explique a los ciudadanos las consecuencias ambientales y de salud pública que tendría la aplicación de esta estrategia, planteada por el presidente Iván Duque.
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Sanguino, reiterando el apoyo de su partido, Alianza Verde, con las causas ambientales, recalcó “la importancia de determinar los posibles daños a la salud y al ambiente que puede ocasionar la fumigación de cultivos ilícitos con glifosato, y la participación de los territorios afectados”.
Al debate, fueron también invitados los gobernadores de Norte de Santander, William Villamizar Laguado, y de Nariño, Camilo Romero Galeano.
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El uso de drones en la agricultura ha tenido auge en los últimos años, utilizándose en procesos de fumigación de cultivos legales. Sin embargo, fue en plena contienda electoral que entró en el debate público su utilización para la erradicación de cultivos ilícitos. “Se pueden buscar técnicas con químicos aceptados y que haya mecanismos de precisión que mitiguen los efectos en terceros”, aseguró Duque, entonces candidato.
Desde abril de este año, la Dirección Antinarcóticos de la Policía abrió un proceso para contratar la prestación de servicios de aspersión de cultivos ilícitos, en desarrollo de una prueba piloto, a través de equipos teledirigidos a baja altura, es decir, a través de drones.