La última salida presidencial a la plaza pública ratificó la estrategia de Gustavo Petro por convocar una Asamblea Nacional Constituyente como la principal bandera de campaña de la izquierda para 2026. Aunque este interés ya lo había enunciado con anterioridad y sus ministros del Interior, Armando Benedetti, y de Justicia, Eduardo Montealegre –hoy en un choque personal– ya araban este camino, el discurso en el Parque Murillo Toro de Ibagué representó una convocatoria oficial del presidente para dar inicio con el proceso y movilizar sus bases.
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“Hay que ponerse en modo electoral, representativo, que toca y toca ganar Congreso y Presidencia. Pero lo que yo estoy proponiendo, además, si ustedes quieren, es que nos pongamos en modo constituyente”, dijo el presidente Petro, frente a una plaza que congregó a miles de ciudadanos, en una cita rodeada de incertidumbre alrededor de presuntas presiones a contratistas para asistir.
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Con la presencia de la mayoría del gabinete, en tarima a Petro le acompañaron sus más cercanos funcionarios dentro de los que destacan Benedetti, la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Angie Rodríguez, el ministro de la Igualdad, Juan Carlos Florián, o la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino. Además, también hubo espacio, incluso ante micrófonos, para exmilitantes del M-19 donde destacó un hombre de nombre Tirso, a quien, según Petro, conoció en la militancia de este grupo y que se dedicó al campo una vez firmado el proceso de paz de 1990.
Como grandes simbolismos en este nuevo plazoletazo, la multitud que acompañó al mandatario lo hacía con banderas de Palestina, así como con elementos alusivos al movimiento M-19. Además, en algunos sectores se vislumbraba la bandera de ‘Guerra a Muerte’, con la que Petro también ha radicalizado su mensaje y que incluso le acompañó durante su último discurso ante la ONU.
Durante su intervención, que duró algo más de 90 minutos, el jefe de Estado pasó por temas varios como la historia de Colombia y varios de sus más importantes presidentes, el papel de la oposición, la pérdida de soberanía colombiana o la descertificación; y cuestionó la imposibilidad de reelección en Colombia.
“Merecemos gobernar más. A mí no me dejan. El señor Santos, amigo de Montealegre, nadie le criticó eso. Hicieron una norma, primero Uribe con el articulito para reelegirse; y luego Santos, después de reelegirse, para acabar la reelección. No permitió que ningún presidente a futuro de reeligiera. Seguro Duque no lo iban a reelegir, pero ellos saben que yo me lanzara a elecciones los barrería de lejos”, dijo.
Fue allí cuando marcó claramente esa matriz de constituyente. “Si queremos reformas tiene que haber una bancada progresista mayoritaria en el Congreso”, remarcó.
La directriz ya era conocida y acogida tanto por la actual bancada del Pacto Histórico en el Congreso, como por aquellos que buscan aterrizar en el Capitolio Nacional a partir de 2026. La consolidación de esta línea de campaña se produjo a finales de agosto, con la primera de las tres reuniones que han sostenido sectores del Congreso con el presidente, incluyendo una reunión virtual con la que se definió la ruta electoral.
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Este encuentro desarrollado en la Casa de Nariño fue el punto de quiebre para una estrategia mucho más frontal referente a la constituyente, la causa Palestina –a menos de un mes del discurso de Petro en la Asamblea General de la ONU– y el uso del aparato estatal como megáfono a las denuncias del jefe de Estado, y, por ende, la campaña del Pacto.
Así lo hizo saber a El Espectador el representante Alejandro Toro, quien además es cercano a la campaña presidencial de Daniel Quintero. “Ante la caída de algunas reformas, algunas leyes y tener un Congreso, un CNE y unas Cortes tan adversas, el presidente llega a la conclusión, que ya había llegado Quintero, que era necesaria una Asamblea Nacional Constituyente, como dice Daniel, para resetear la política”, aseguró.
El plan se extendió luego de esa reunión a los diferentes procesos presidenciales, que para esas fechas ascendía a nueve aspirantes por el único aval del Pacto. De allí, y previo a las modificaciones que sufrió la campaña, el discurso se endureció contra diferentes entidades, entre ellas el Consejo Nacional Electoral. Por ello, dentro de las modificaciones que se planteadas sería principalmente que “el Congreso no elija las Cortes, no elija el procurador, el contralor, no lo haga tampoco con el CNE y donde el Estado pague las campañas políticas para que no haya una asimetría, como consecuencia de llegar al Gobierno sin tener un poder real para transformar las cosas”, dijo Toro.
Asimismo quedó reafirmado ese respaldo a esta causa palestina como bandera de campaña -que también ha izado la oposición desde un respaldo a Israel- con simbolismos como la bandera de ese Estado que ondearon varios de los asistentes y que también acompañó a Petro desde la tarima.
Enfatizando en su acusación contra Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, de cometer un genocidio, Petro dirigió su mensaje también a Donald Trump, asegurando que “aquí ahora el mundo conoce a Colombia por Petro porque le sonó a rock, porque le sonó a algo moderno que habla de la crisis climática y sabe que los dictadores de hoy quieren acabar con que el pueblo”.
El símil de 2021
Esta situación no resulta novedosa. El panorama de un “cambio estructural” es una semilla que se recoge de los procesos presidenciales que lideró Petro en 2018, pero especialmente en 2022, donde precisamente su lema era consolidar el ‘Gobierno del Cambio’. De este último queda en la retina cómo desde el Pacto Histórico se dio un importante eco a la manifestación social –o estallido social– del 2021 por la controvertida reforma tributaria que se buscó impulsar el exministro de Hacienda Alberto Carrasquilla en el gobierno Duque y que permitió la llegada de la izquierda al poder.
Estas movilizaciones, más el descontento generalizado con la administración de turno, fueron la catapulta final que permitió a Petro y su programa de Gobierno pasar de 8.040.449 votos durante la segunda vuelta presidencial de 2018 a 11.291.897 en la misma instancia de 2022, y con las que ahora busca promover el proceso constituyente.
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Sin embargo, a diferencia del escenario de hace cuatro años, el aparato estatal acompaña a un presidente que radicalizó su discurso contra Estados Unidos – puntualmente contra la administración de Donald Trump - y contra la oposición tras varias derrotas en el Congreso.
La evidencia estaría en esa serie de denuncias alrededor de las convocatorias a la plaza pública en la que presuntamente entidades como el Ministerio de Salud habrían obligado a contratistas de la entidad a asistir al evento del Murillo Toro, y otros, sin la cobertura de viáticos y con la amenaza de perder sus puestos de trabajo en caso de una negativa. El caso fue evidenciado, entre otros, por el precandidato presidencial David Luna.
Sin embargo, tanto en la cartera dirigida por Guillermo Alfonso Jaramillo – nativo de Tolima - y en la Casa de Nariño se negó esta versión. “Hay un gran incentivo y es el cariño de la gente al proyecto del cambio y su amor por el presidente Petro”, dijeron a El Espectador desde la Consejería para las Regiones. Además, en esta entidad manifestaron que la convocatoria fue realizada “como siempre lo hacemos, con nuestra relación con las organizaciones sociales y medios de comunicación y redes”.
Y si para 2021 las ideas que dieron más peso a su discurso fueron alrededor de ciertas luchas sociales, de cara a 2026 estarán centradas directamente en la implementación de reformas y acompañadas de esa bandera de Guerra a Muerte, que por primera vez sacó a relucir en mayo del presente año, junto con la espada de Bolívar al momento de radicar la consulta popular ante el Senado.
Ahora, este discurso frontal se mantendrá, mientras en paralelo el Gobierno impulsa que desde los sindicatos y movimientos sociales esa constituyente pueda avanzar. “La norma es un comité promotor que no seremos nosotros, que debe ponerlo el pueblo en sus fuerzas sociales. Un comité promotor para recoger dos y medio millones de firmas ¿ustedes creen que no podemos? 2,5 millones de firmas eso solo las manifestaciones lo hacemos”, señaló Petro, discurso que seguramente será repetido en Tumaco el próximo 6 de octubre en la visita que realice el mandatario a este municipio, según pudo conocer este diario.
Bajo esta óptica, desde la izquierda se seguirá aprovechando cada institución adscrita al Gobierno para amplificar su mensaje, como ya pasó con el caso de la descertificación o la denuncia por el desfalco en la Nueva EPS. Y aunque este punto podría ser el más complejo con el que podría luchar la oposición, los sectores independientes, de centro derecha o derecha buscan opciones para contrarrestar estos movimientos de la Casa de Nariño que, según se ve, arrancarían el próximo 15 de octubre con la Cumbre de la Oposición.
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