Frustraciones y propuestas en la Conversación de Duque

En el sexto día de protestas multitudinarias, la ciudadanía le achaca al presidente haberse reunido primero con los mandatarios locales que con los sectores sociales que marchan en contra de su gobierno. Alicia Arango, ministra de Trabajo, afirmó que citarán al Comité del Paro hoy.

Laura Angélica Ospina - @LaurisOspina
26 de noviembre de 2019 - 11:00 a. m.
En las calles se sigue viendo la inconformidad de muchos colombianos. / Mauricio Alvarado
En las calles se sigue viendo la inconformidad de muchos colombianos. / Mauricio Alvarado

Es el sexto día del paro nacional y no hay indicios claros por parte del Gobierno que calmen los ánimos y la inconformidad de los sectores sociales que siguen manifestándose en las calles. El presidente Iván Duque lanzó el pasado domingo la Gran Conversación Nacional, como respuesta a las marchas multitudinarias, estrategia que busca generar “más confianza” en las instituciones y ser un espacio para la construcción de una hoja de ruta que “acelere” el cierre de las brechas sociales, una de las tantas y diversas razones del paro.

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“Todos los colombianos tendrán la oportunidad de tener voz en esta conversación”, aseveró el jefe de Estado. Asimismo aclaró que el diálogo irá hasta el 15 de marzo de 2020 y en él escuchará a los estudiantes, la academia, las juntas de acción comunal, las comunidades indígenas, campesinas y afrocolombianas, los sindicatos, las iglesias, los líderes sociales, los empresarios y los mandatarios locales y regionales. El domingo 24 Duque se reunó con los alcaldes, y la ministra del Trabajo, Alicia Arango, dijo que citaron para este martes la reunión con el Comité del Paro.

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Sin embargo, la ciudadanía le critica que, en vez de sentarse a hablar con los sectores sociales que continúan manifestándose con arengas y cacerolazos diarios, haya dado inicio a esa conversación nacional hablando con 24 de los 32 alcaldes electos de las ciudades capitales. 

Según el presidente Duque, la razón de empezar con ellos es tender un puente con los territorios y llevar las necesidades locales a los planes de desarrollo de los nuevos mandatarios. “Creo que hoy Colombia lo que más demanda de todos nosotros, quienes ejercemos liderazgo, es que dejemos atrás vanidades, dejemos atrás conflictos, y nos preocupemos en la atención de las necesidades”, enfatizó. Sin embargo, algunos alcaldes que atendieron su llamado le recordaron que la ciudadanía es el principal interlocutor del diálogo que intenta liderar.

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Así se lo dijo Claudia López, quien dirigirá a Bogotá desde enero del próximo año: “Ninguno de nosotros representa a la ciudadanía en las calles. La ciudadanía tiene sus propios voceros, organizaciones, agendas y demandas. (Los jóvenes) están esperando que se les convoque a ellos directamente”, expresó.

López fue enfática en una idea: lo que piden los colombianos al Ejecutivo y los nuevos dirigentes es una actitud de humildad para reconocer las cosas que van mal y trabajar a partir de ahí. “El diálogo no es para explicar con más profundidad las políticas gubernamentales y comunicarlas mejor. No. El diálogo debe ser para, con humildad, reconocer errores, hacer cambios y hacer concesiones”, afirmó.

Por su lado, Juan Carlos Cárdenas, alcalde electo de Bucaramanga, dijo que entender los “sentimientos colectivos” de los territorios será la clave para un diálogo constructivo que responda concretamente a las peticiones expresadas en el paro nacional. “Un mensaje de positivismo, tranquilidad y esperanza no será suficiente si no somos capaces de resolver los grandes temas. No podemos ser sordos ante los reclamos de tantos ciudadanos”, puntualizó.

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De igual forma, Jairo Yáñez, mandatario electo de Cúcuta, dijo haberle expresado al presidente Duque que “la polarización es lo que menos construye”, y Daniel Quintero, el nuevo alcalde de Medellín, le envió por escrito su propuesta: llamar a una asamblea nacional constituyente que “resuelva la polarización y nos permita encontrarnos como sociedad”. De todos, este planteamiento provocó inmediato rechazo en redes sociales, espacio en el que varias personas, incluida Angélica Lozano, senadora de la Alianza Verde, recalcaron que lo que necesita Colombia es cumplir, en primer lugar, la Carta de 1991.

Pese a las propuestas y las primeras conclusiones de ese encuentro, la reunión entre alcaldes y el jefe de Estado le pareció a más de uno un paso en falso en esta coyuntura nacional. Mientras los funcionarios públicos hablaban, los ciudadanos, reunidos en varios puntos de Bogotá, pedían con el sonido de las cacerolas que los escucharan.

Diógenes Orjuela, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), escribió sobre el asunto: “Los colombianos se movilizaron por convocatoria del Comité Nacional de Paro, los Comités Departamentales y Municipales. Ellos son los interlocutores, presidente Duque”. Lo mismo hizo el exnegociador de paz Humberto de la Calle. Sin bien saludó la apertura del primer mandatario, reiteró que “no basta con una ‘conversación’. Se trata de dialogar y pactar. Hay liderazgo nacional que no se puede desconocer. Ejemplo: Comité del Paro”, dijo en Twitter.

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Bajo esa lectura, el rechazo a la estrategia del presidente no es solo por empezar por la conversación con los alcaldes, sino por la metodología misma: que, sin haberse reunido con el Comité del Paro, haya organizado bloques temáticos y los meses que se demora la charla colectiva. "Pretende ponernos a 'conversar' cuatro meses sobre su plan de desarrollo, aprobado con trampas en medio del descontento. Y de los niños bombardeados, los indígenas masacrados, los líderes asesinados y amenazados o el Acuerdo de Paz, nada".

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 La estrategia de Duque para levantar el paro nacional no termina de calar en una ciudadanía plagada de jóvenes que afirman no tener miedo de continuar su lucha. Diego Molano Aponte, director del Departamento Administrativo de Presidencia y coordinador de la Gran Conversación Nacional, señaló que las reuniones con los sectores sociales esperan resolver “algunos” de los reclamos. Asimismo recalcó que, pese a que la conversación irá hasta el 15 de marzo, el Gobierno actuará a la par de los encuentros realizados y escuchará las propuestas de los sectores políticos, incluyendo el Centro Democrático, el partido del presidente, y las demás colectividades, bien sean de la coalición oficalista, independientes u oposición.

Sin embargo, la voz de la amplia y diversa ciudadanía es clara: la conversación es primero que todo con ellos. Es la consigna que esperan que el jefe de Estado logre atender, a la vez que resuelve el estallido social que ha dado pie al vandalismo y los graves excesos de la Fuerza Pública. A este reto se suma otro: identificar y segmentar la masa heterogénea que constituye un paro como no se veía hace décadas.

Por Laura Angélica Ospina - @LaurisOspina

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