Un evento del senador Miguel Uribe en Antioquia, el departamento donde más fuerza tiene el partido, fue el causante de la nueva ruptura del Centro Democrático por la que incluso el expresidente Álvaro Uribe insistió en la necesidad de que, pese a que hay cinco precandidatos, se mantenga unidos. Sin embargo, el llamado del líder de la colectividad al orden no consiguió aplacar los ánimos y dentro de las filas del uribismo el inconformismo persiste.
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La preocupación radica en que, desde ya, miembros del partido que no aspiran a la Presidencia –como congresistas, concejales, diputados y ediles– estarían respaldando desde ya a uno de los precandidatos. Y, como aún no se ha logrado definir el mecanismo para elegir al aspirante único, se generó la fricción entre varios que consideran que cantar el apoyo desde ya afectaría las conversaciones dentro de las mismas filas del partido.
Es tal el inconformismo que este lunes, en la oficina del segundo vicepresidente del Senado, Alirio Barrera, se reunió parte de la bancada del partido para hablar sobre la elección del nuevo magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE), prevista para este 8 de abril. Sin embargo, varios de los precandidatos criticaron que se citara sobre el tiempo y algunos no asistieron por apenas estar llegando a Bogotá.
El origen de esta nueva discordia, como se dijo, fue un evento en Plaza Mayor, el centro de convenciones de Medellín. El pasado fin de semana, el senador Uribe realizó un multitudinario encuentro en el que, en la tarima, estuvo acompañado de varios políticos del Centro Democrático antioqueños.
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Entre quienes estuvieron se cuenta a Sebastián López, presidente del Concejo de Medellín; el senador Esteban Quintero; los representantes Jhon Jairo Berrío y Yulieth Sánchez; los diputados Luis Gabriel Gómez, José Luis Noreña, Gabriel Jaime Giraldo y Carlos Humberto García, y la concejala Leticia Uribe. En redes sociales empezó a circular el mensaje “Antioquia ya decidió”. Y fueron esas tres palabras las que causaron indisposición.
El senador Andrés Guerra, precandidato nacido en Medellín y que ha hecho carrera en Antioquia –habiendo sido incluso candidato a la Gobernación– manifestó su desacuerdo: “Afirmar que ‘Antioquia ya decidió’ le da un golpe certero a la credibilidad de nuestra confianza”. Según confirmó El Espectador con varias fuentes de la colectividad, el malestar no fue solo de Guerra.
Aunque han evitado pronunciamientos públicos, e incluso optaron por no hablar con este medio al respecto, las senadoras Paloma Valencia, María Fernanda Cabal y Paola Holguín –precandidatas las tres– se habrían sumado a esa incomodidad argumentando que no sería posible acercarse a congresistas y miembros del partido que ya habrían decidido a quién impulsar. A esto se suma que en noviembre se había dado por una fricción por una encuesta pagada por cercanos a Uribe, en la que él punteaba por encima de los otros cuatro.
Ante esto, el expresidente Uribe buscó aplacar los ánimos: “En un partido democrático derrotar a un compañero o compañera es una victoria inútil. Necesitamos la gran victoria de la democracia que se obtiene con la delicadeza de unir al partido”.
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En público, el mensaje de Uribe cayó bien. Por ejemplo, el representante antioqueño Hernán Cadavid manifestó: “Hay sensibilidades propias de un proceso de definición de candidatura. Hemos madurado desde 2014. Ahora para 2026 procedimientos que normalmente causan en uno u otro sector. Aquí no estamos para divisiones. Si se hará un proceso de competencia sana tiene que haber respeto”.
Y el senador Carlos Meisel aseguró: “Uribe tiene razón; está llamando a la unidad del partido, a que afrontemos esto con la seriedad que tiene; lo que quiere él es tener un partido unido, como siempre ha sido, y que se disipen las diferencias de una manera más íntima”. Similar fue también la postura del congresista Honorio Henríquez, quien aseguró que lo importante, más allá de cualquier diferencia, es que se defina el mecanismo de selección.
Además, Uribe Turbay, durante el evento, lanzó una ofrenda de paz. “Y desde aquí les digo a Paola, a Andrés, a Paloma, a María Fernanda: ustedes cuentan conmigo, yo cuento con ustedes, y somos un equipo. Como dice Paola Holguín: primero la plataforma, después el candidato. Como dice Andrés Guerra: unidad igual victoria. Junto a Álvaro Uribe y todos ustedes, vamos a ganar la consulta de marzo”, dijo en Medellín.
Sin embargo, son otros los vientos cuando se apagan los micrófonos. Por un lado, que Uribe Turbay hablara de una consulta en marzo de 2026, en referencia a una votación entre candidatos de distintos partidos, no cayó bien, porque eso significaría que, para ese momento, ya esté definido el nombre de quien enarbolará las banderas del partido para las presidenciales.
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Para que esto sea así, el senador ha insistido en que se utilice el mismo mecanismo de 2022: una serie de encuestas en los que se eliminen a los que tengan menos favorabilidad. No obstante, desde ese mismo año, voces del partido han criticado que se utilizara, asegurando que hubo supuestas irregularidades.
Sin embargo, Cabal ha insistido en repetidas ocasiones en que, a su juicio, el candidato tiene que elegirse, precisamente, en una consulta interna en marzo, lo que llevaría a que quien sea seleccionado vaya hasta la primera vuelta.
De hecho, hace 10 días –a finales de marzo– hubo una reunión de los cinco precandidatos junto con el director del Centro Democrático, Gabriel Vallejo. Allí, Andrés Guerra le propuso a sus compañeros que cada uno dejara por escrito el mecanismo que apoya para que, desde la dirección del partido, se tome su decisión.
La tercera opción, además de las encuestas y la consulta interna, sería “la vía del medio”, como dijo un miembro del partido conocedor del proceso. En un primer momento se realizarían encuestas en agosto, septiembre y octubre para eliminar a tres precandidatos. Y los dos que queden irían a una consulta interna.
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Sin embargo, las conversaciones que se habían avanzado, se vieron truncadas por el evento de Uribe en Antioquia –donde el partido aún no ha hecho un foro–. “Con la encuesta de Miguel en noviembre y ahora con lo que pasó en Antioquia se volvió trizas el proceso y tendremos que empezar otra vez”, aseguró un miembro del equipo de uno de los precandidatos.
“Muy triste que haya una persona que no quiera cumplir las reglas del partido. Las reglas las ponen los precandidatos. Esto ha sido disonante”, manifestó otra persona del partido.
Así las cosas, las múltiples aspiraciones presidenciales en el Centro Democrático, lejos de unir al partido, está causando fricciones que podrían resultar insalvables. En ese contexto, Uribe ha buscado tomar las riendas del partido. Pero, sin la definición del mecanismo de elección del candidato único, parece que aún no ha logrado encarrilar los ánimos.
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