La crisis financiera del Hospital General de Medellín (HGM) se sigue agudizando. De acuerdo con el gerente Mario Fernando Córdoba, el hospital requiere cerca de $26.000 millones al mes para su funcionamiento, pero los ingresos apenas ascienden a los $14.000 millones. (Lea: Se están agotando las camas para que las mujeres den a luz en Medellín)
Por esta razón, Córdoba recientemente envió una carta a la Superintendencia de Salud en la que les solicita su intervención para buscar una solución. De acuerdo con lo expresado en la carta, parte de la crisis se debe a la situación administrativa que enfrenta con la EPS Savia Salud, intervenida desde junio de este año por esta superintendencia.
“Se están ejerciendo prácticas dilatorias con los recursos del Sector salud, teniendo graves repercusiones en nuestro flujo de caja y afectando el funcionamiento operativo del Hospital, y por ende, de los usuarios”, sostuvo el gerente.
En medio de una rueda de prensa, Córdoba afirmó que Savia Salud tiene una deuda con el hospital que asciende a los $87.354 millones. “Esta situación involucra a la fecha del 30 de noviembre de 2023, facturas por valor de $44 mil millones, las cuales fueron radicadas por el HGM durante los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre de 2023″, explica. (Lea: Por primera vez en los últimos diez años se redujeron los nacimientos en Colombia)
A eso se suman deudas de otras entidades: Coomeva con casi $25.000 millones; la Empresa Mutual para el Desarrollo Integral de la Salud, $15.000 millones; el departamento de Antioquia, $9.000 millones; la Adres, $8.000 millones, y otras 24 EPS, como Sura, Coosalud, Nueva EPS y otras ya liquidadas, según las cuentas del directivo.
Esta situación, dice Córdoba, es la razón por la cual no han podido responder a los trabajadores del hospital en su totalidad. A la fecha, sostiene, ya están al día con los salarios de todo el personal, pero hace falta pagarle a proveedores y la nómina del 30 de diciembre, así como a 182 especialistas por prestación de servicios con quienes hay una deuda pendiente de $2.000 millones.
“Si nuestros usuarios de servicio, las aseguradoras y principales pagadores, no le pagan a la red, nos llevan a esta situación y a la compresión de servicios. Nosotros hemos comprimido nuestra oferta adecuándola a las razones necesarias del costo”, explicó. (Lea: Contraloría: las principales quejas de las EPS en los últimos años)
Además, sostuvo que de cada 100 pacientes que ingresan a la a la institución, 95 son del régimen subsidiado de los departamentos de Chocó, Antioquia y Caldas. “¿Quién los va a atender si tienen patologías de alto costo? Hoy nuestras camas están llenas”, dijo.
Con la ayuda de Supersalud, esperan garantizar el normal funcionamiento y atenuar la crisis económica, que empezó a ser más evidente hace unas semanas cuando cientos de médicos protestaron por la falta de pagos.