Este lunes, los hospitales públicos del país recibieron una noticia que llevaban esperando mucho tiempo: la promesa de más recursos. Al Salón Rojo del Hotel Tequendama, en pleno centro de Bogotá, llegaron alcaldes, senadores, funcionarios, interventores de EPS y, sobre todo, gerentes de hospitales públicos de todas las regiones de Colombia. La cita fue convocada por el Ministerio de Salud y la Presidencia de la República para socializar lo que denominaron un “plan de estabilización”, una estrategia que busca aliviar una crisis financiera que ya nadie niega.
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Como es habitual, el ministro de salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, abrió su intervención con una defensa de la gestión en salud del actual gobierno, mientras anunciaba que el presidente Gustavo Petro se sumaría en cualquier momento al evento (algo que finalmente no sucedió). Jaramillo se refirió al presupuesto, los equipos básicos de salud, los indicadores de la mortalidad materna e infantil y, de paso, lanzó algunas pullas a Bruce Mac Master, presidente de la ANDI. En pocas palabras, le pidió a los empresarios que, si quieren un aumento mayor de la UPC, también deben estar dispuestos a aportar más recursos al sistema de salud.
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Pero fue hacia el final de su discurso cuando el ministro tocó el tema que todos estaban esperando. Hizo una pausa y, mirando al auditorio, soltó una frase que desató algunos aplausos: “Yo sé que todos ustedes están esperando saber si van a salir de acá con más plata”.
El plan de estabilización surge de una situación que Félix León Martínez, director de la ADRES (el “banco de la salud”), no se cansa de explicar cada que le preguntan si el giro directo está funcionando. Martínez responde que sí, que el Gobierno hoy está girando más de $6 billones mensuales a hospitales y clínicas, pero insiste en una limitación: la ADRES no puede decidir a qué hospital llegan esos recursos. Esa facultad sigue en manos de las EPS. En otras palabras, son ellas —intervenidas o no— las que postulan a los hospitales a los que la ADRES debe pagar.
Eso ha significado una concentración de pagos sobre la que la ADRES, y organizaciones como la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), han llamado la atención en varias ocasiones: unos cuantos hospitales y clínicas concentran una importante parte de los giros, mientras que otros centros, entre ellos los más pequeños, especialmente los de baja complejidad, quedan rezagados, enfrentan demoras para recibir los recursos o inestabilidad en esos giros. “Unos meses les giran una cantidad, y al siguiente otra muy diferente. Eso crea una situación de iliquidez y crisis”, explica Martínez. “Lo primero es regularizar: que tengan un flujo estable de recursos”. (Puede ver: ¿La IA hace que los médicos se vuelvan peores?)
Pero, ¿de cuánta plata estamos hablando? El Ministerio de Salud quiere estabilizar los pagos que llegan a los hospitales de los servicios que contrataron bajo la modalidad per cápita. Es decir, el hospital recibe una suma fija por cada persona asignada (sin importar si consulta mucho, poco o nada), y con esos recursos debe garantizar la atención.
“La pregunta entonces es qué per cápita necesitan los hospitales”, detalla Martínez. “Uno encuentra que hay per cápitas diversos en los pagos que hacen las EPS. En promedio encontramos $25.000 per cápita en el giro, pero unos estaban en $13.000, otros en $18.000”
En otras palabras, mientras hay clínicas y hospitales que reciben un giro de $25.000 por cada paciente, otros apenas alcanzan la mitad de ese valor. “Entonces vamos a regularlo por arriba”, dice Martínez. El Ministerio de Salud asignará más recursos per cápita, comenzando con los hospitales de I Nivel (los de atención primaria) en municipios de categoría 4, 5 y 6. Según lo anunciado, las instituciones de salud públicas que atiendan más de 10.000 afiliados tendrán un per cápita de $35.000 por persona, mientras que aquellas con menos de 10.000 pacientes recibirán $40.000. Y esto ya no dependerá de la postulación de las EPS.
Eso puede representar poca plata al mirarlo paciente por paciente. Pero al multiplicarlo por la población que tiene asignada un hospital, la cifra cambia. Por ejemplo, un centro con 15.000 pacientes podría pasar de recibir unos $375 millones mensuales —asumiendo que tienen un per cápita de $25.000— a más de $525 millones, cuando su per cápita suba a $35.000 En hospitales pequeños, con 5.000 usuarios (menos de 10.000 afiliados, con per cápita de $40.000), el giro mensual subiría de unos $125 millones a cerca de $200 millones.
Ahora, esto no será inmediato ni para todos. El plan propuesto establece que este aumento en la per cápita comenzara con los contratos que Nueva EPS (intervenida por el Gobierno Nacional desde abril de 2024) tiene con 527 prestadores a nivel nacional.
El impacto a mediano plazo
La recién nombrada interventora de Nueva EPS, Gloria Libia Polanía, explicó que la primera fase del plan de estabilización se concentrará en fortalecer la red pública de hospitales de primer nivel. Según dijo, 527 prestadores públicos, ubicados en 505 municipios y 26 departamentos, recibirán un incremento en el valor que se les reconoce por los contratos de capitación. La medida, que contará con el acompañamiento de la ADRES y la Superintendencia de Salud, beneficiaría la atención básica de 3,6 millones de afiliados y, en promedio, representará un aumento del 29,6 % en los ingresos de estas instituciones.
Polanía anunció que ya se está aplicando este esquema. Esas 527 ESE beneficiadas atienden a 3.6 millones de afiliados: entre enero y agosto los giros fueron irregulares (promedio $99.350 millones/mes), con un mínimo de $75.087 millones (julio) y un máximo de $114.479 millones (agosto). Desde septiembre, el plan fija un giro constante de $136.972 millones mensuales, que equivale a un 37,8% más que el promedio de enero–agosto (136.972 vs. 99.350). El ajuste se detalla aún más según el tamaño de las ESE: las 427 instituciones que atienden entre 1.000 y 10.000 afiliados verán un aumento del 28,9 % en sus giros, pasando de $54.928 millones a $70.835 millones. Por su parte, las 100 ESE con más de 10.000 afiliados recibirán un incremento del 30,3 %, elevando sus giros de $50.730 millones a $66.137 millones.
En plata anual, si se mantuviera ese valor todo el año, recibirían $1,643 billones, frente a los $1,192 billones que habrían recibido con el promedio anterior
La estrategia continuará en octubre, cuando se incorporen 37 hospitales públicos de primer y segundo nivel ubicados en municipios de categorías 2 y 3 que atienden pacientes de Nueva EPS. Finalmente, en noviembre se sumarían otros 43 hospitales de tercer nivel, con lo que la medida alcanzaría el 100 % de la cobertura prevista en esta primera fase.
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“En realidad, quedamos sorprendidos”, dice María Andrea Rengifo Vélez, gerente de la ESE Hospital Santander de Caicedonia, Valle del Cauca. Hasta ahora, cuenta, muchos de los anuncios de medidas eran abstractos y algo lejanos, pero esta vez se traduce en cifras concretas para hospitales como el suyo. “Vengo de un hospital con 14.600 usuarios contratados con la Nueva EPS, donde la capitación estaba en promedio en $26 mil por persona. Que hoy el ministro nos anuncie que, por tener más de 10 mil afiliados, ese valor sube a $35 mil pesos, representa para nosotros poco más de 100 millones de pesos adicionales”.
Para Rengifo, lo más importante no es solo el incremento en el valor de la capitación, sino la garantía de que ese giro será constante en los próximos meses. Esa regularidad, explica, le da al hospital un flujo de caja estable que antes no tenía. “Me voy muy contenta y satisfecha y con una expectativa muy positiva”, concluye la funcionaria. Su deseo, y también el del Ministerio de Salud, es que el resto de las EPS intervenidas se sumen al plan y que, incluso, dijo tanto Martínez como Jaramillo, se llegue en un futuro a las IPS del sector privado.
La pregunta de dónde saldrá la plata que Nueva EPS añadirá a estos contratos per cápita, en medio de una crisis financiera como la que vive el sistema, es la otra gran duda. Le hicimos esa pregunta a Martínez, de la ADRES: “Si tú fortaleces el centro de atención básica y pones más recursos, más médicos y atención oportuna, evitas que la gente esté en una mala condición y evitas gastos en la mediana y alta complejidad que no debieran ser”. Parece sugerir que los recursos vendrían de la capitación de la mediana y alta complejidad.
A pesar de la buena noticia, los gerentes no dejaron de recordarle a Jaramillo el otro gran hueco que tienen: los recursos por el pago por evento. A diferencia del pago per cápita, el pago por evento funciona como una factura individual por cada servicio prestado, desde una cirugía hasta una consulta especializada. “Ahí sí tenemos embolatadita la plata, porque la rotación de cartera supera los 360 días”, dice Rengifo. A esos pedidos, Jaramillo respondía con muecas de que nunca es suficiente. Prometió quedarse hasta la medianoche, si era necesario, atendiendo uno a uno a gerentes y alcaldes, varios de los cuales ya tenían bajo el brazo solicitudes tan peculiares como apoyo en la pavimentación de vías rurales.
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