Cada año, cerca de 10 millones de personas mueren por algún tipo de cáncer, mientras que más de 19 millones reciben un diagnóstico. Estas cifras, publicadas en la más reciente edición del Atlas de Cáncer, muestran la magnitud de una enfermedad que sigue en aumento. Pero también dejan ver un dato clave: la mitad de estas muertes podrían prevenirse si se actuara sobre los principales factores de riesgo. Así lo advierte el World Cancer Report: Cancer Research for Cancer Prevention (2024), una guía científica desarrollada por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y la Sociedad Estadounidense del Cáncer, que recoge décadas de evidencia sobre las causas más evitables de esta patología.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
La mayoría de estos factores están relacionados con estilos de vida, exposición ambiental o desigualdades en el acceso a servicios de salud. No son elementos nuevos, pero su impacto sigue siendo profundo, y en muchos países no se les está haciendo frente con la seriedad que requieren. Como dijo Madeline Drexler, editora de Harvard Public Health: “La cura milagrosa contra el cáncer no es un tratamiento. Es la prevención”.
El tabaco: el enemigo más letal
A pesar de las campañas y regulaciones, el tabaco sigue siendo el principal factor evitable de cáncer en el mundo. Cada año, más de 8 millones de personas mueren por enfermedades relacionadas con su consumo, y alrededor de 1,3 millones de estas muertes ocurren en personas que no fuman, pero están expuestas al humo de segunda mano.
Según el World Cancer Report, los productos de tabaco son responsables de más de 2 millones de muertes por cáncer cada año. En total, el tabaco está vinculado a por lo menos 17 tipos de cáncer, incluidos los de pulmón, laringe, cavidad nasal, senos paranasales y ovario (tipo mucinoso). A nivel global, se estima que 1.250 millones de personas consumen algún tipo de tabaco, siendo el cigarrillo el más común.
Pero hay otras formas de consumo con alto riesgo: el tabaco sin humo, las pipas, los bidis, los kreteks, los cigarros y las hookahs. De hecho, un tercio de los casos de cáncer oral en el mundo están asociados al consumo de tabaco sin humo o nuez de areca. Aunque los efectos de productos emergentes como los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado aún no están del todo claros, a los expertos les preocupa cada vez más su uso creciente, especialmente entre jóvenes, así como la tendencia al consumo combinado de varios productos.
Infecciones que causan cáncer
Aunque el cáncer suele asociarse con factores externos como la dieta o el tabaquismo, el reciente informe señala que hay una fracción importante de casos que tiene su origen en infecciones. Se estima que el 12 % de los nuevos diagnósticos anuales de cáncer en el mundo están causados por agentes infecciosos como bacterias, virus y parásitos. En países de ingresos bajos, como varios de África y Asia, esa proporción puede ser de uno de cada cuatro casos.
Cinco agentes infecciosos concentran el 90% de los cánceres asociados a infecciones: Helicobacter pylori (850.000 casos anuales), el virus del papiloma humano –VPH– (730.000), el virus de la hepatitis B (380.000), la hepatitis C (170.000) y el virus de Epstein-Barr (200.000).
La situación es especialmente crítica en países donde el acceso a pruebas de detección y vacunación es limitado. En naciones como Botswana, Zambia o Eswatini, más del 20 % de los diagnósticos de cáncer están relacionados con el VPH. En contraste, en países de altos ingresos, donde la cobertura de vacunación es alta y existen programas organizados de tamizaje, el cáncer de cuello uterino ha disminuido de forma significativa.
Alcohol: un riesgo poco reconocido
Aunque el vínculo entre el consumo de alcohol y el cáncer es conocido por la comunidad médica desde hace décadas, aún es subestimado por la población general. El etanol, el tipo de alcohol presente en las bebidas alcohólicas, es una sustancia cancerígena. No importa el tipo de bebida: todas aumentan el riesgo.
En 2020, el alcohol fue responsable de 741.300 nuevos casos de cáncer en el mundo, lo que representa el 4 % del total. La mayoría de estos casos se concentran en hombres (tres de cada cuatro). Los tipos de cáncer más asociados al consumo de alcohol son los de esófago (en hombres) y el de mama (en mujeres), que representa el 57 % de los casos atribuibles al alcohol en esta población.
Los países del este de Europa presentan los niveles más altos de consumo per cápita, con más de 12,5 litros de alcohol puro por adulto al año. En contraste, en partes del sudeste asiático, África y Medio Oriente, el consumo es inferior a los 2,5 litros anuales. Sin embargo, en muchas regiones, incluso niveles bajos de consumo elevan el riesgo de ciertos tipos de cáncer, especialmente los del tracto digestivo superior y el de mama.
Exceso de grasa corporal: una carga creciente
La obesidad se ha triplicado en las últimas tres décadas en casi todas las regiones del mundo. Hoy se reconoce como un factor de riesgo para al menos 13 tipos de cáncer, incluidos los de útero, riñón, hígado, páncreas, mama posmenopáusico y esófago (adenocarcinoma).
A nivel global, cerca del 4,5 % de las muertes por cáncer están asociadas al exceso de grasa corporal, aunque en algunos países de altos ingresos esa proporción llega al 7 u 8 %. En el caso del cáncer de útero, se estima que hasta el 40 % de las muertes están relacionadas con el sobrepeso u obesidad. En el cáncer de riñón, ese porcentaje es del 19 %, y en el esófago, del 18 %.
La combinación de mala alimentación, vida sedentaria y entornos urbanos que no promueven la actividad física está generando una carga cada vez mayor de enfermedades crónicas, entre ellas el cáncer. Más del 80 % de los adolescentes en el mundo no cumplen con las recomendaciones mínimas de actividad física.
Radiación ultravioleta: el peligro invisible
Los rayos ultravioleta (UV) del sol y de dispositivos artificiales como las camas de bronceo son la principal causa del cáncer de piel. Cada año, se diagnostican más de 332.000 nuevos casos de melanoma en el mundo, y más de 59.000 personas mueren por esta causa. Se calcula que entre el 70 % y el 90 % de los melanomas cutáneos y prácticamente todos los cánceres de piel no melanoma (carcinomas basocelulares y escamocelulares) están relacionados con la exposición a la radiación UV.
El problema se agudiza por la falta de conciencia sobre el uso de protector solar, la exposición prolongada sin protección en edades tempranas y el uso frecuente de cabinas de bronceo. Algunas regiones como Australia, Nueva Zelanda y el sur de Estados Unidos tienen las tasas más altas de melanoma, especialmente en personas de piel clara.
Más allá de los factores individuales, el informe destaca que la exposición a estos riesgos varía drásticamente entre países y dentro de ellos, y está profundamente asociada a las desigualdades sociales. Las poblaciones con menos recursos tienen menos acceso a información, servicios de salud, vacunación y espacios que favorezcan la actividad física. También enfrentan mayor exposición a contaminantes ambientales y laborales, otro conjunto de factores que incrementan el riesgo de cáncer.
En el fondo, dice el informe, la prevención del cáncer no solo depende de decisiones individuales, sino de políticas públicas sostenidas que reduzcan la exposición a riesgos y garanticen el acceso equitativo a intervenciones efectivas.
El cáncer seguirá siendo una de las principales causas de muerte en el mundo en las próximas décadas, señalan los expertos. Pero también es una enfermedad en la que la acción preventiva puede marcar la diferencia. Frenar el tabaquismo, aumentar la cobertura de vacunación contra el VPH y la hepatitis B, reducir el consumo de alcohol, promover una alimentación saludable y protegerse del sol son medidas conocidas, pero aún subutilizadas. Como muestran los datos del World Cancer Report, las soluciones existen. La pregunta es si los sistemas de salud, los gobiernos y las sociedades están dispuestos a implementarlas con la urgencia y ambición que la situación requiere.