En la noche del 30 de octubre, Cruz Verde, encargada de suministrar los medicinas a pacientes de varias EPS, hizo un anuncio que ha causado una gran controversia: aseguró que no entregará a los pacientes de Sanitas los medicamentos que no hagan parte del Plan de Beneficios, PBS, (o, antiguamente, llamado POS).
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Su decisión obedece, explicaron, a una deuda que les debe la EPS y que es cercana a las $400 mil millones. “Tras más de tres años de negociaciones y de diversas solicitudes planteadas a la EPS Sanitas para generar un pago de la cartera adeudada, a la fecha, no ha sido posible su saneamiento”, aseguró Cruz Verde en un comunicado.
Pero, tras el anuncio, hay una pregunta fundamental que muchos se están haciendo en este momento: ¿Cuáles medicamentos están incluidos en este grupo? ¿Qué tipo de medicinas son las “NO PBS”?
Lo primero que hay que aclarar es que Cruz Verde seguirá dándole a los pacientes la medicinas que hagan parte del Plan de Beneficios (PBS), entre las cuales está la mayor proporción de fármacos y tratamientos médicos que solemos consumir los colombianos. Esa lista es enorme e incluye desde acetaminofén, hasta insulina y algunos medicamentos oncológicos.
Si la quiere ver en detalle, puede detenerse en la siguiente resolución que muestra todas las tecnologías médicas que hacen parte del PBS.
La lista de los tratamientos que no están en ese grupo, llamados medicamentos “NO PBS”, es mucho más pequeña y, por su costo, siempre han generado una enorme discusión en el sistema de salud colombiano. Desde hace más de una década, quienes entienden este complejo mundo han tratado de hallar un camino para regularlos, pues, en algunos casos, su elevado precio puede hacer tambalear una parte de las finanzas del sistema de salud.
Para hacerse una idea, ese grupo de medicinas le costaron al Estado colombiano cerca de $10 billones en 2018, una cifra que, desde entonces, ha sido muy difícil de controlar. En ese grupo suelen estar, por ejemplo, fármacos para enfermedades huérfanas, o algunos oncológicos que son nuevos en el mercado.
Dicho de otro modo, estas medicinas solían representar una gran grieta en los recursos del sistema de salud, pues, como estaban fuera del Plan de Beneficios y su precio no estaba regulado, el Estado terminaba pagándolas al valor que exigiera el vendedor. Con frecuencia, se trata de tecnologías “novedosas” que las EPS pagaban y luego le recobraban al Estado colombiano, en muchas ocasiones, a precios exorbitantes.
En un intento de remediar ese problema, en el Gobierno de Iván Duque cambió la manera en la que el Estado asumiría ese pago. En palabras simples, creó en 2020 una bolsa especial de recursos que giraría a cada EPS para que estas pagaran los medicamentos NO PBS. Sin entrar en los detalles de la fórmula, el Ministerio de Salud estimaba una suma basada en datos históricos del uso de esas medicinas.
La idea, en el fondo, era que hubiese una restricción presupuestal y que las EPS fueran más juiciosas a la hora de evaluar la pertinencia de cada tecnología que aprobaban. El nombre técnico y aburrido que eligieron para ese modelo fue el de “presupuestos máximos”.
Pero, a medida que el tiempo pasaba, surgió un inconveniente: la Adres, encargada de manejar la plata el sistema de salud, empezó a colgarse en los pagos que debía hacer a las EPS. Ese fue uno de los puntos que desató la inconformidad de las EPS Sanitas, Compensar y Sura hace unos meses. En una carta le hicieron saber al Ministerio de Salud que, debido a esa deuda, estaban pasando apuros financieros. Desde entonces, empezaron a hacer unas mesas de discusión para revisar esos montos. A los ojos de las EPS, la plata no les estaba alcanzando.
Sin embargo, el 19 de octubre, la Adres emitió un comunicado en el que aclaraba que, por fin, había pagado la deuda relacionada con lo “presupuestos máximos”. Había transferido $786 mil millones. Sanitas había recibido $127.061.288.757, por el régimen contributivo. Con buena parte de ese dinero debería pagarle a Cruz Verde, la empresa que se encarga de suministrar los medicamentos de sus usuarios.
El problema es que, de acuerdo con la versión de Cruz Verde, eso no ha sucedido. Sanitas, por su parte, rechazó esa decisión y la calificó como de “unilateral y abrupta”.
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