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También hay desigualdad psicológica

La desigualdad produce malestar y está asociada con diversos tipos de trastornos de ansiedad y problemas de salud. Además, incrementa los episodios de violencia.

Wilson López López*
27 de febrero de 2023 - 09:48 p. m.
"Trabajar por disminuir la desigualdad es una tarea de la sociedad en su conjunto".
"Trabajar por disminuir la desigualdad es una tarea de la sociedad en su conjunto".
Foto: Diego Peña Pinilla

La desigualdad es un tema que ha sido tratado principalmente por economistas. Sin embargo, la desigualdad psicológica ha surgido como un tema de investigación que va más allá del ámbito económico. Esta desigualdad trata de explicar cómo la exposición a la misma y a los discursos que la legitiman han configurado la forma en que vemos y sentimos nuestro día a día, nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha afirmado que Colombia, uno de los países más desiguales del mundo, tomaría más de once generaciones para lograr la movilidad social de estratos menos favorecidos que se logra en un país promedio en 4.5 generaciones. Esta desigualdad tiene implicaciones sociales, económicas y políticas, y ha sido identificada por muchos analistas como una de las causas de los estallidos sociales en los últimos años. (Lea: Cada dos minutos muere una mujer en el embarazo o el parto: ONU)

Los estudios muestran que la exposición permanente a un contexto termina por normalizar la percepción que tenemos sobre la realidad, lo que naturaliza la violencia o las condiciones en las que vivimos. La percepción de desigualdad destruye la confianza y el tejido social, produce competencias desiguales que terminan por ampliar las diferencias entre los grupos, incluso, lo que consideramos que es moralmente correcto o justo, así como, lo que asumimos como bello o feo.

Esto se expresa en dichos que se hacen cotidianos como “el pobre es pobre porque quiere”, como si la pobreza, que es una condición estructural, fuera una elección individual o natural. Hoy sabemos que la desigualdad produce malestar y está asociada con diversos tipos de trastornos de ansiedad y numerosos problemas de salud, e incrementa los episodios de violencia, es decir, que sí mata.

El estudio de la desigualdad psicológica es difícil, ya que nos cuesta trabajo evaluar sus consecuencias. En otras palabras, no sabemos cómo afecta nuestra salud, ni cómo daña a nuestras familias, comunidades y a toda la sociedad. Es claro que la desigualdad destruye la empatía y el comportamiento de ayuda a otros. (Lea: Camboya declara bajo control un brote de gripe aviar tras muerte de una menor)

Por último, las investigaciones sobre la psicología de la desigualdad evidencian que las creencias y las emociones sobre la meritocracia no cuentan con evidencia, y esta idea base de la desigualdad produce sociedades más enfermas, fragmentadas, menos compasivas, menos solidarias y más violentas.

Trabajar por disminuir esta condición es una tarea de la sociedad en su conjunto, la cual parte de cuestionar las creencias y la ideología de la desigualdad y mostrar las consecuencias nefastas que tiene para el bienestar biológico, psicológico y social.

En definitiva, la desigualdad y todas las concepciones que la legitiman y la sostienen solo nos conducen a la fragmentación social, a la pérdida de sentido de comunidad y está en la base de los recrudecimientos estallidos sociales.

*Profesor del Departamento de Psicología de la Pontificia Universidad Javeriana. lopezw@javeriana.edu.co @Wilsonlpez9

Por Wilson López López*

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