La Universidad de los Andes informó esta mañana que está llevando a cabo un monitoreo constante de la calidad del aire, en colaboración con los expertos en ingeniería ambiental de la Universidad y en coordinación con las autoridades distritales. “La dirección de los vientos está hacia el noroccidente y no presenta riesgo en la Universidad, por lo que decidimos mantener las clases y la operación administrativa en el campus, incluyendo el Centro de Prácticas”, informó la institución. Eso sí, aconsejó el uso de tapabocas.
“Aconsejamos a los miembros de nuestra comunidad que residen en las zonas de influencia asistir al campus, donde, según nuestros especialistas, existe una menor probabilidad de inhalar materiales contaminantes provenientes de las llamas”, dijeron las directivas de la Universidad. En el campus, para las personas que lo requieran, se dispondrá de tapabocas en el Centro Médico y en el Centro Deportivo. “Además, el equipo médico está alerta en caso de que se presenten emergencias respiratorias”.
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Hay que recordar que hace unas horas la Universidad Javeriana sí decidió tener clases remotas debido a los incendios en zonas aledañas a su sede. La Secretaría de Salud de Bogotá informó que debido a los incendios ocurridos en la ciudad, se generó una columna de humo de gran magnitud que puede ocasionar afectaciones a la salud de las personas. La entidad recomienda evitar acercarse al área del incendio, para disminuir la inhalación de humo, además de mantener cerradas las puertas, ventanas y cubrir las rendijas de ventilación con trapos húmedos. También se recomienda no prender velas, incienso o consumir cigarrillo.
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Finalmente, esté atento a los signos de alarma que puede hacer necesario dirigirse a un servicio de urgencias. Por ejemplo, en niños menores de 5 años, algunas de esas señales son fiebre mayor a 39 grados, decaimiento o respiración rápida, vómito o diarrea al mismo tiempo. Ruidos en el pecho, retracción de la piel entre las costillas al respirar, convulsiones o alteración de la conciencia. En bebés menores de 6 meses, la recomendación es clara: todo menor de tres meses que inicie síntomas respiratorios debe ser evaluado por personal de la salud. En la comunidad en general, la fatiga inusual y la tos con expectoración purulenta o con pintas de sangre son algunas de las señales que más deben generar alarma y precaución.
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