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¿Qué hacer en cinco días en Belice para vivir el viaje soñado con amigos?

Con playas caribeñas, vida marina única, cultura garífuna, aventuras en la selva y experiencias culinarias memorables, este itinerario demuestra que el país ofrece la mezcla ideal de descanso, sabor y diversión para un viaje inolvidable.

Andrés Montes Alba

02 de octubre de 2025 - 08:35 a. m.
Belice es sinónimo de vida marina, y Hol Chan Marine Reserve junto a Shark Ray Alley son parada obligatoria.
Foto: Cortesía
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Seamos sinceros: todos tenemos ese grupo de amigos con el que los planes de vacaciones nunca pasan de la fase de chat. Se habla, se sueña, se proponen fechas, pero nadie termina reservando el vuelo. Pues bien, Belice aparece como la excusa perfecta para dar el primer paso y, finalmente, convertir en realidad esa escapada pendiente. Con playas caribeñas, cultura garífuna, sabores únicos y aventura en la selva, este itinerario demuestra que sí se puede cuadrar el viaje soñado entre amigos.

Día 1: Llegada al Caribe

El punto de partida es el Aeropuerto Internacional Philip Goldson, en la Ciudad de Belice. Desde allí, un vuelo corto hacia San Pedro, en Cayo Ambergris, regala a los viajeros una primera postal inolvidable: aguas turquesa y la barrera de coral más extensa del hemisferio occidental. El ambiente animado de la isla se percibe apenas aterrizar, y tras instalarse en el hotel, la primera noche se corona con una cena frente al mar.

Día 2: Snorkel entre tiburones y rayas

Belice es sinónimo de vida marina, y Hol Chan Marine Reserve junto a Shark Ray Alley son parada obligatoria. Allí, entre corales multicolores, tiburones nodriza y rayas, el grupo de amigos puede experimentar la magia del Caribe en estado puro. La jornada se completa con un recorrido gastronómico por San Pedro, donde platos como el ceviche y los salbutes conquistan a los paladares curiosos.

Hol Chan Marine Reserve junto a Shark Ray Alley son parada obligatoria.
Foto: Cortesía

Día 3: Rumbo al corazón cultural

El viaje continúa hacia el interior del país. De regreso a la Ciudad de Belice, una renta de coche abre camino hacia Hopkins, considerado el epicentro cultural de la población garífuna. Antes de llegar, la adrenalina se enciende con una experiencia de tirolesa en la selva, ideal para quienes buscan aventura antes de adentrarse en la tranquilidad del pueblo costero.

Día 4: Ritmo y tradición garífuna

Hopkins ofrece una inmersión cultural sin igual. Entre tambores y cantos, los visitantes pueden participar en una clase de percusión y descubrir la riqueza de la herencia garífuna. La experiencia culinaria se vive al preparar hudut, un plato tradicional a base de pescado y coco. La tarde, más relajada, invita a recorrer la playa en bicicleta o simplemente descansar frente al mar antes de una cena final en comunidad.

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Día 5: El dulce cierre

El viaje concluye con un guiño a la tradición Maya: una clase de elaboración de chocolate artesanal. Entre aromas de cacao y técnicas ancestrales, la despedida se vuelve más llevadera. Con las maletas cargadas y los recuerdos aún frescos, llega el momento de regresar al aeropuerto, con la certeza de que esta vez el plan de amigos sí se concretó.

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