Un nuevo estudio publicado en la revista Science evaluó el riesgo de extinción de 18 especies de grandes peces oceánicos durante casi siete décadas. Para ello, María José Juan-Jordá, ecóloga pesquera del Instituto Español de Oceanografía de Madrid y su equipo se centraron específicamente en los atunes, los marlines y los tiburones, grandes peces depredadores que desempeñan un papel influyente en sus ecosistemas de alta mar.
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Los resultados del estudio demostraron que las acciones de conservación y gestión para proteger a grandes especies oceánicas como los atunes y los marlines (familia de peces con arpón como las agujas o los peces vela) han servido para evitar su extinción y que es urgente extender estas medidas de protección a los tiburones.
La intensa actividad pesquera a la que, desde el siglo XX, se ha sometido a los océanos del planeta, ha llevado a la sobreexplotación de la mitad de las poblaciones de peces con valor comercial.
Para evaluar el estado de salud de la biodiversidad oceánica, el impacto de la pesca y la utilidad de los esfuerzos de conservación, el equipo recurrió a la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que evalúa los cambios en el riesgo de extinción de una especie. Este indicador global recoge datos registrados por los Organismos Regionales de Ordenación Pesquera de 52 poblaciones de atunes, marlines y tiburones (los grandes centinelas de la salud oceánica) y varios indicadores de salud de los ecosistemas marinos más alejados de las zonas costeras de los últimos 70 años.
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Este conjunto de datos no sólo ayuda a evaluar el grado de sostenibilidad o extinción de los depredadores oceánicos, sino que además “podrían servir a los responsables políticos para supervisar los objetivos y compromisos globales de sostenibilidad y biodiversidad”, explica María José Juan.
De hecho, al revisar estos datos, el equipo comprobó que, después de estar medio siglo en riesgo de extinción por la presión pesquera, las estrategias de gestión y conservación de la pesca han servido para que las poblaciones de atunes y marlines se estén recuperando desde hace una década. Sin embargo, el riesgo de extinción de los tiburones, “que siguen estando muy poco gestionados” y que son capturados de forma incidental en las pesquerías, “sigue aumentando”, advierte el estudio.
Y es que, mientras que las especies objetivo son cada vez más sostenibles, las pesquerías multiespecie (en las que distintas flotas capturan simultáneamente diferentes especies) siguen poniendo en riesgo a otras funcionalmente importantes, como los tiburones. Por eso, el próximo reto debería ser extender las medidas de protección a los tiburones, que son los encargados de mantener los ecosistemas en equilibrio.
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El artículo anticipa que proteger a las especies vulnerables como el tiburón será “más difícil” porque, para eso, la industria tendría que “invertir en mejores artes de pesca y prácticas de selección, o reducir los esfuerzos pesqueros, sin beneficiarse directamente de estos cambios”.
New #RedListIndex analysis in @ScienceMagazine finds that after 60 years of increasing #extinctionrisk, effective fisheries management has recovered tunas & billfishes.
— Maria José Juan-Jordá (@mjjuanjorda) November 10, 2022
➡️Yet extinction risk continues to increase for undermanaged sharks.
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