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La semana pasada se conoció que, tras resolver una apelación, la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima) ratificó rechazar la solicitud de licencia ambiental para construir el parque solar Los Venados. Se trata de un proyecto que ocupa 57 hectáreas en Venadillo, municipio al norte de ese departamento, y que espera producir 15 megavatios (MW) de energía, suficiente para abastecer anualmente a unas 40.000 personas.
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El proyecto, que esperaba entrar en operación en los próximos meses, está incluido en los planes del Gobierno para alcanzar 6 gigavatios de energía solar y eólica para 2026, correspondientes al 30 % de la energía que hoy genera Colombia. Hasta el momento, el avance en ese objetivo va en 2 gigavatios, casi todos compuestos por parques solares.
De acuerdo con Andrés Castilla, country manager de Voltalia en Colombia, “ya hay un contrato de suministro de energía” con el que la empresa se comprometió a vender energía al sistema eléctrico del país desde 2026. Es decir, el sistema eléctrico espera contar con los 15 MW para los primeros meses del año. Sin embargo, tras la negación de la licencia ambiental, sus planes tendrán que aplazarse, pues la evaluación de una nueva solicitud podría tomar un año y construir el parque otro año más.
Desde Voltalia aseguran que “no se hizo un estudio objetivo” de la solicitud y defienden que esta cumplía con todo lo necesario para ser aprobada. Además, la Junta de Acción Comunal de la vereda Cofradía–Gallego, en donde se construiría el proyecto, emitió un comunicado calificándola como una decisión “arbitraria” y pidiendo que se reevalúe. La corporación responde que se basaron “en elementos técnicos y jurídicos” para negar la solicitud y que, por lo pronto, no se podrá construir el proyecto.
Un drenaje natural
Para Eduard Carrillo, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Cofradía Gallego, frenar el proyecto Los Venados vulnera su “derecho al trabajo y a un ambiente sano”. Según explica en el documento, la comunidad contaba con que el parque solar generara empleos locales e impulsara la formación técnica en su vereda para vincularse al proyecto. Aunque consideran que Cortolima no tuvo esto en cuenta a la hora de rechazar la solicitud de licencia ambiental, la corporación explica que hubo otros motivos detrás de la decisión.
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Para solicitar la licencia ambiental, las empresas deben presentar un estudio en el que, básicamente, explican qué recursos necesitan y analizan cuáles son los impactos que podría tener el proyecto en la zona en la que se construirá. A partir de esto, deben entregar un plan de mitigación o compensación de esos impactos.
Por ejemplo, uno de los impactos identificados en el proyecto es la tala de los árboles que se encuentran en las 57 hectáreas que ocupará el proyecto. “Nosotros hacemos un inventario para saber de cuántos de esos individuos vamos a disponer y a partir de esto proponemos un plan de compensación”, explica Castilla, de Voltalia. Esos planes suelen estar compuestos por una reforestación de tres o más árboles por cada uno de los que fue talado.
El análisis de la información que entregó la empresa para construir el parque solar Los Venados empezó en mayo de 2024. “Lo que sigue después de iniciar el trámite es hacer una visita técnica en la que van biólogos, geólogos, ingenieros forestales y todo un equipo técnico para evaluar en campo la información del estudio de impacto ambiental”, dice Olga Lucía Alfonso Lannini, directora de Cortolima. A partir de esa visita y de la revisión de los documentos entregados por Voltalia, la corporación solicitó información adicional sobre 41 de los 92 puntos que debe evaluar.
De esos puntos, Voltalia entregó información suficiente para 38, pero tres fueron considerados insuficientes por parte del equipo técnico de la corporación. “Dos de ellos corresponden a unas obras que la empresa requiere hacer en un lugar en el que hay un drenaje natural. Para hacer eso, se necesita una solicitud de ocupación de cauce que no fue presentada”, señala la directora de Cortolima.
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El drenaje natural, según la corporación, es un afluente del río Venadillo. Sin embargo, cuando le pidieron esa información, la empresa no presentó la solicitud de ocupación de cauce, sino que entregó, según Castilla, “información de un estudio hidrológico y topográfico en el que demostramos que en los puntos en cuestión no hay un drenaje natural”. Con esa información, Voltalia argumenta que no debe solicitar una ocupación de cauce, pues el cuerpo de agua no existe.
Pero la corporación no está de acuerdo con esto. “Tenemos estudios propios y contamos con un sistema de información geográfica que nos permiten establecer que allí hay un drenaje natural. No quiere decir que sea una fuente hídrica permanente, pero tenemos la obligación de protegerlo”, advierte Alfonso. Además, Cortolima asegura que en otros apartes del estudio de impacto ambiental Voltalia reconoce la existencia de ese drenaje, por lo que insisten en que se requiere una solicitud de ocupación de cauce.
Los estudios de calidad del aire
El tercer punto en el que Cortolima consideró que la información entregada por la empresa fue insuficiente tiene que ver con los análisis de calidad del aire. De acuerdo con Castilla, los términos de referencia en los que se basan los estudios de impacto ambiental dicen que “los estudios de calidad del aire deben hacerse en época seca y época húmeda. Sin embargo, allí mismo dice que se permite hacer el monitoreo en una época y para la segunda época presentar datos secundarios relevantes, como datos satelitales, para conocer la dispersión de contaminantes. Al ser una planta solar, no tiene emisiones atmosféricas”.
La empresa presentó esta información con datos recopilados durante la época húmeda y realizó una modelación de la época seca a partir de información secundaria. Alfonso, de Cortolima, afirma que “los términos de referencia no establecen esa posibilidad”, como asegura Voltalia, sino que es obligatorio hacer las mediciones en ambas épocas. También, explica que algunas de las estaciones de las que tomó información Voltalia están por fuera del área de influencia definida para el proyecto.
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Sobre esto, los términos de referencia emitidos por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales para proyectos de energía fotovoltaica establecen que “el proceso de captura de información debe estar de acuerdo con lo establecido en el Protocolo para el Monitoreo y Seguimiento de la Calidad del Aire, incluyendo monitoreo en época seca y húmeda con mediciones 24 horas, hasta completar como mínimo 18 muestras en cada estación”. Esto no se cumplió, según Cortolima.
Con este argumento, Cortolima rechazó la solicitud de licencia ambiental. A pesar de que la empresa presentó un recurso de apelación, la corporación se ratificó en su decisión. Ahora, Voltalia deberá presentar una nueva solicitud para poder construir el proyecto, pero esto podría retrasar su entrada en operación hasta 2027.
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