Parques Nacionales Naturales y la Fundación Parque Jaime Duque, por medio de un comunicado, informaron que Tamá, el oso andino que se había escapado de este parque y que estaba en proceso de liberación, murió en la tarde de este miércoles 17 de diciembre.
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“Lamentamos profundamente este hecho, que entristece hoy al país, y expresamos nuestra solidaridad frente a la sensibilidad que genera la protección y conservación de la fauna silvestre”, aseguraron las entidades.
De acuerdo con las autoridades, el fallecimiento de Tamá se registró durante el proceso de traslado para su liberación y, hasta el momento, no se han determinado las causas. “Estas deben ser establecidas por nuestros científicos”, añadieron en el comunicado.
Tamá estaba siendo trasladado en un avión, en compañía de personal médico calificado, con destino al Parque Nacional Natural Tamá. Al momento de aterrizar, el equipo se enfrentó a condiciones meteorológicas adversas, lo que obligó a regresar al aeropuerto Camilo Daza, en Cúcuta.
Pero, durante el regreso, Tamá presentó signos de dificultad respiratoria, que fueron atendidos de manera inmediata. “Lastimosamente, no respondió a la atención médica prestada, la cual incluyó maniobras de reanimación que no dieron resultado”, señalaron las entidades.
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Tras confirmarse el deceso de Tamá, en el aeropuerto se iniciaron los acercamientos con las autoridades ambientales, con el objetivo de “definir de manera conjunta el proceso a seguir”.
El proceso de liberación de Tamá había comenzado el martes 16 de diciembre y, durante el traslado, fue monitoreado por un equipo técnico especializado en fauna silvestre. En ese momento, no presentó señales de alerta ni complicaciones de salud. Antes de ese viaje, además, había sido evaluado por personal especializado, cumpliendo con los protocolos.
La historia de Tamá llamó la atención en 2022, cuando se conoció que, tras escaparse, logró mantenerse con vida en el cerro Tibitó, en Tocancipá, Cundinamarca. Allí construyó sus camaretas para dormir, trepó árboles y buscó frutos silvestres para alimentarse. Aunque podría parecer una tarea sencilla, para un animal de su especie no lo era.
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Con cuatro meses, este osezno quedó huérfano, luego de que cazadores mataran a su madre. En ese momento, fue trasladado al sector norte del Parque Nacional Natural Tamá, donde recibió atención temporal mientras Parques Nacionales hacía entrega oficial a la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor).
Tamá no contaba en ese entonces con las condiciones necesarias para regresar de inmediato a la vida silvestre, por lo que fue llevado al Centro de Rehabilitación de Alta Montaña en Guasca, Cundinamarca, donde recibió cuidados especializados, alimentación adecuada y aprendió comportamientos propios de su especie.
Luego de su fuga, fue recapturado para continuar con su proceso de rehabilitación. Tamá pesaba 174 kilos y “conservaba plenamente su habilidad para sobrevivir en su hábitat natural”, según Parques Nacionales.
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