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En 2024, el mercado automotor en Latinoamérica registró un crecimiento del 7,8% respecto al año anterior, con un total de 5,6 millones de vehículos vendidos, según datos recientes de la Asociación Gremial de Concesionarios de Automotores (Aconauto). Brasil se consolidó como el principal mercado de la región, con más de 2,6 millones de unidades comercializadas, lo que representó un incremento del 14% y casi la mitad de las matrículas registradas.
México ocupó la segunda posición, con más de 1,4 millones de vehículos vendidos, impulsado por un crecimiento del 9,9% en su mercado interno y una participación del 27,7% en el total regional. Cabe resaltar que estos datos reflejan exclusivamente las ventas locales y no incluyen exportaciones.
Pedro Nel Quijano, presidente ejecutivo de Aconauto, señala que, desde mediados del siglo XX, Brasil y México se han posicionado como los principales focos de inversión extranjera en la industria automotriz, impulsados por su estabilidad política, atractivos incentivos fiscales y un mercado interno sólido. En contraste, en los países andinos, la falta de estas condiciones limitó el desarrollo del sector, favoreciendo la consolidación de oligopolios que elevaron los costos de los vehículos y ralentizaron el crecimiento de la industria.
Actualmente, ambos países concentran el 74,5% de las ventas de vehículos en Latinoamérica, reafirmándose como los mayores centros industriales del continente. “Este panorama refleja la fortaleza de Brasil y México como polos de desarrollo automotor y la dinámica comercial de la región”, afirma.
Además, el aumento en las ventas responde a la recuperación económica tras la pandemia, impulsada por medidas gubernamentales como la expansión del crédito y el fortalecimiento de la confianza de inversionistas y consumidores.
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Según Quijano, el desempeño del sector automotor en Latinoamérica en 2024 estuvo marcado por las condiciones económicas de cada país. Mientras algunos mercados lograron consolidar su crecimiento, otros enfrentaron contracciones significativas. Argentina, por ejemplo, registró una caída del 8,8% en sus ventas, con 409.000 unidades comercializadas. Esta reducción se atribuye a la incertidumbre económica y a un proceso de ajuste fiscal que afectó la confianza de consumidores e inversionistas.
No obstante, las proyecciones para 2025 son más alentadoras; se espera que medidas como la reducción del gasto público, el control de la inflación y la disminución de tasas de interés y cargas tributarias impulsen una recuperación del mercado automotor argentino.
Entretanto, otros países de la región mantuvieron un desempeño positivo. Chile vendió más de 318.000 unidades, mientras que Colombia alcanzó las 201.219 matrículas, con un crecimiento interanual del 7,7%. Estos resultados consolidaron a ambos países dentro del top 5 de los mercados más grandes de la región.
En un nivel intermedio, Perú reportó 169.309 unidades vendidas, seguido de Ecuador (108.266), Costa Rica (76.880) y Uruguay (66.664). En el extremo inferior del ranking, Paraguay, Bolivia y Venezuela sumaron en conjunto menos de 80.000 unidades, reflejando las dificultades económicas que afectan a estos mercados.
¿Cuál es la situación del mercado automotor en Colombia?
Aconauto estima que en 2025 las ventas de vehículos en Latinoamérica superen los 6 millones de unidades, con un crecimiento regional cercano al 8%. En el caso de Colombia, se proyecta un aumento del 15% en las matrículas, alcanzando aproximadamente 231.000 unidades.
Según Quijano, este desempeño estará condicionado por varios factores económicos y financieros que incidirán en la dinámica del sector:
- Ejecución del presupuesto nacional: su impacto en la economía determinará la capacidad de compra de los consumidores.
- Estabilidad del tipo de cambio: la cotización del dólar influye en los costos de importación y en los precios finales de los vehículos.
- Decisiones del Banco de la República: la variación en las tasas de interés afecta el acceso al crédito comercial, factor clave en la adquisición de vehículos.
- Definición del acuerdo arancelario con Brasil: cualquier modificación podría alterar los costos de importación y la competitividad de los vehículos en el mercado.
- Regulación del transporte de carga: los cambios en la renovación de la flota impactan directamente la demanda de vehículos comerciales.
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Quijano enfatiza que, aunque una reducción en las tasas de interés y una mayor estabilidad podrían favorecer las ventas, el verdadero motor del crecimiento será la confianza de inversionistas y consumidores. “Para fortalecer este panorama, es clave que el Gobierno emita señales claras sobre la estabilidad económica y adopte estrategias que incentiven la renovación del parque automotor, estimulando la demanda de vehículos nuevos”, señala.
En cuanto a la electrificación del sector, la transición hacia vehículos eléctricos e híbridos avanza en la región, aunque enfrenta retos como la falta de infraestructura pública de carga.
No obstante, la tendencia hacia tecnologías más limpias es irreversible, tanto los modelos electrificados como los de combustión interna de última generación son más eficientes y menos contaminantes que aquellos con más de una década de uso.
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