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Rolls-Royce amplía su portafolio con el Black Badge Spectre, una versión que eleva el rendimiento y agrega detalles estéticos distintivos. Con 659 caballos de fuerza y un torque de 1.075 Nm, este modelo se posiciona como el Rolls-Royce más potente jamás fabricado.
La línea Black Badge representa el lado más dinámico de la marca, con ajustes mecánicos y de diseño que enfatizan su carácter deportivo. En esta edición, el Spectre destaca por su acabado en un tono violeta oscuro, inspirado en la estética de los clubes nocturnos de los años 80 y 90.
Según Chris Brownridge, director ejecutivo de Rolls-Royce Motor Cars, el Black Badge Spectre es una de las expresiones más destacadas de la marca, desarrollada en respuesta a las expectativas de sus clientes. El modelo combina ciencia de datos, análisis cualitativo y el conocimiento técnico de la compañía para lograr un diseño y desempeño alineados con la identidad Black Badge.
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Potencia adaptada al estilo de conducción de sus clientes
De acuerdo con el fabricante, la creación del Black Badge Spectre respondió a las altas expectativas de los clientes de esta línea, quienes demandan un vehículo con un rendimiento intenso, inmediato y preciso. Para cumplir con estos requerimientos, los ingenieros de Rolls-Royce analizaron datos de conducción anónimos proporcionados por un grupo de propietarios, recopilando información sobre su comportamiento al volante a lo largo de cientos de kilómetros.
El estudio reveló que los clientes suelen utilizar la potencia máxima en ráfagas cortas en lugar de mantenerla durante largos periodos. Este análisis validó la estrategia de desarrollo del Black Badge Spectre, optimizando su respuesta para ofrecer una experiencia de conducción acorde con el estilo de sus usuarios.
“El desarrollo del Black Badge Spectre combinó nuestra experiencia en ingeniería con un análisis detallado del estilo de conducción de nuestros clientes. Gracias al acceso a datos anónimos, logramos crear una experiencia de conducción adaptada a sus necesidades. Posteriormente, un grupo selecto de propietarios tuvo acceso anticipado a unidades de prueba y confirmó que nuestra solución cumplía con sus expectativas, reforzando la conexión entre Rolls-Royce y sus clientes”, señaló Bernhard Dressler, director de Ingeniería de Rolls-Royce.
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Máximo rendimiento con innovaciones en la propulsión
El Black Badge Spectre redefine la experiencia de conducción con dos innovadores modos de propulsión diseñados para maximizar su rendimiento. Aunque son una novedad en un carro de Rolls-Royce, tienen su origen en la aviación.
En aeronaves con el legendario motor Rolls-Royce Merlin, como el Supermarine Spitfire, los pilotos podían activar un aumento temporal de potencia mediante un interruptor en el acelerador. A diferencia de aquellos tiempos, donde se requería una revisión técnica tras el aterrizaje, en el Black Badge Spectre esta potencia adicional está disponible sin restricción alguna.
Para hacer esto posible, Rolls-Royce ha desarrollado dos modos de conducción, cada uno enfocado en un propósito específico:
- Modo Infinity (∞): Inspirado en el símbolo de la línea Black Badge, se activa con un botón en el volante y libera la potencia máxima de 659 caballos de fuerza, optimizando la respuesta del acelerador. Al activarse, los indicadores del tablero cambian a un diseño más vibrante para reflejar el carácter dinámico del vehículo.
- Modo Spirited: Este modo está diseñado para una aceleración instantánea e intensa. Con el vehículo detenido, el conductor debe presionar simultáneamente el freno y el acelerador. Una señal háptica y visual indicará que el sistema está listo, y al soltar el freno, el torque alcanza 1.075 Nm, permitiendo al Black Badge Spectre acelerar de 0 a 60 mph en solo 4,1 segundos.