Bogotá está entrando de manera oficial al tercer pico de la pandemia. El aumento de casos en las últimas semanas, que derivó en medidas como la cuarentena estricta que se repetirá este fin de semana, obligó a declarar la alerta roja hospitalaria como ya ocurrió durante las semanas más complejas de los dos primeros picos. Así lo anunció la alcaldesa Claudia López este martes, tras una reunión de varias horas con el Gobierno y el Comité Epidemiológico Nacional, en el que se concluyó que era necesario ajustar las medidas debido a la ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en la capital.
En este momento, de acuerdo con las cifras del portal Saludata, la ocupación de las UCI para pacientes con COVID-19 es de 74,6 % y la capacidad total de las unidades llegó al 76,3 %. Los porcentajes, de acuerdo con la alcaldesa López, podrían seguir aumentando en los próximos días por lo que fue necesario adoptar de nuevo el modelo 4x3 (cuatro días de trabajo y tres días de confinamiento) y declarar la alerta roja hospitalaria.
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Pero, ¿qué implica alerta roja hospitalaria? Según la Secretaría de Salud, esta medida significa la presencia de personal administrativo y asistencial en los distintos niveles y servicios, además de la activación de los mecanismos que garanticen el suministro de elementos, suministros y equipos para la atención de pacientes. Asimismo, con esta medida se suspenden todas las actividades electivas.
“Hay pacientes que tuvieron COVID-19 que quedan en muy mal estado y deben regresar a unidades de cuidado intensivo. Nuestra dificultad consiste en que estamos recibiendo solicitudes tanto de COVID como de no COVID”, explicó la mandataria, quien indicó que solo en la mañana de este martes hubo 242 solicitudes de UCI para pacientes de COVID-19 y recordó que hasta hace 13 días la capacidad de las UCI se encontraba en 64,8 %.
Aunque el decreto que soporta la decisión será expedido este miércoles, la última vez que se declaró la alerta roja hospitalaria se suspendieron todos los procedimientos quirúrgicos no urgentes, independiente de su complejidad, y los procedimientos electivos no quirúrgicos que requieran sedación. Únicamente se permitieron las cirugías prioritarias y de urgencia no diferible.
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La alerta también implica que se intensifica la estrategia de alta temprana y hospitalización en casa, y que se hará un seguimiento más estricto a la ocupación de camas UCI, de cuidado intermedio y de hospitalización. Asimismo, ahora las IPS públicas y privadas que requieran camas UCI deberán hacer la solicitud en la plataforma establecida por el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE) de la Secretaría de Salud.
Durante el periodo que dure la alerta roja, ninguna IPS se puede negar a entregar información relacionada con la capacidad de camas. Asimismo, deben continuar fortaleciendo la capacidad de prestación de servicios hospitalarios que incluye la suficiencia y capacidad técnica del personal sanitario, garantizar los elementos de protección a todo el personal e insumos necesarios para la atención de pacientes con coronavirus.
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Finalmente, la alerta roja deriva en que no solo al interior del sistema hospitalario sino en toda la ciudad se deben reforzar los protocolos de protección que se han utilizado desde el inicio de la pandemia y que, en lo posible, se fortalezcan las labores a distancia y por medios virtuales.