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Tras años de controversias e incumplimientos, al fin terminó el pleito que tenía el Distrito con jardines de Luz y Paz, empresa privada que operaba los cementerios públicos de Bogotá. A partir de hoy, y luego de la terminación unilateral del contrato, será la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) la que se encargará de la operación de los camposantos del norte, el central, sur y Parque Serafín.
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La subdirectora Administrativa y Financiera de la UAESP, Dolly Arias, afirmó que con este cambio no habrá afectaciones ni en el servicio, ni en el costo de los cementerios. Así mismo, se garantizará que los visitantes puedan ingresar de manera normal a los espacios.
“Esperamos que estén en condiciones óptimas, eso es lo que vamos a verificar (...) Para tranquilidad de la ciudadanía, los servicios funerarios se prestarán de manera normal. Gradualmente y de manera escalonada iremos prestando los servicios de manera directa: inhumación, exhumación y cremación”, señaló la subdirectora a City TV.
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Terminación del contrato
La Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) informó que mediante la Resolución 643 de 2024 se dio por terminado unilateralmente el contrato de concesión No. 415 de 2021 con Jardines de Luz y Paz S.A.S, a cargo de los cuatro cementerios distritales.
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En un comunicado, la entidad distrital argumentó que la decisión tiene como antecedente el resuelve del recurso de reposición interpuesto por el concesionario, luego de que el juzgado 64 penal del circuito con función de conocimiento de Bogotá, decidiera en segunda instancia que no hubo violación al debido proceso por parte de la UAESP en la terminación unilateral del contrato.
El lío de los cementerios distritales
La crisis que hoy vive la ciudad es producto de un cúmulo de líos con el contrato de operación, por $41.000 millones, que le adjudicó la UAESP a Jardines de Luz y Paz, en junio de 2021, para que administrara los cuatro cementerios, por cinco años. A pesar de que las condiciones y el presupuesto de la licitación fueron claros, casi desde el comienzo el concesionario empezó a reportar pérdidas y conflictos.
El gerente, Éder Parada, le dijo a El Espectador, que desde los primeros meses advirtieron que los ingresos no serían suficientes; habló de pérdidas por $2.600 millones, entre 2021 y 2023, y señaló que antes de asumir la operación, la empresa no había podido revisar, con detalle, los pormenores del contrato.
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Por Redacción Bogotá
