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El Espectador le explica el panorama del racionamiento de agua en Bogotá

El racionamiento de agua en Bogotá y las dudas sobre un posible racionamiento energético en el país las tratamos en esta nueva entrega de El Espectador le explica.

Andrés Osorio Guillott

17 de abril de 2024 - 04:00 p. m.
Bogotá completará este jueves una semana de racionamiento de agua. Se estima que cada zona (son 10) tengan 30 días sin este servicio por lo que resta del año.
Foto: Ilustración: Paula Sánchez
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Es miércoles, día de El Espectador le explica. Ya casi vamos a cumplir la primera semana de racionamiento de agua en Bogotá. ¿Cómo le ha ido a la ciudad con esta medida? ¿Por qué llegamos a este punto? ¿Qué podemos hacer para recortar el período de racionamiento? ¿Habrá también racionamiento de energía? Bueno, pues esta y otras preguntas que han surgido en las últimas semanas vamos a intentar responderlas en este boletín.

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Estamos aquí por muchas razones, pero si me lo preguntan a mí, más que echarles la culpa a los gobernantes, la responsabilidad de esto es nuestra. Y nos podemos ir bien atrás, al origen de todo, porque la crisis climática a nivel mundial es provocada por los seres humanos, por el sistema capitalista y neoliberal. Y no, no es un discurso progresista. Pero negar que la deforestación y la huella ambiental que dejamos cada uno de nosotros y nuestros consumos no afecta escenarios como este, es terquedad.

Pero para no irnos tan atrás y no caer en una perorata que no cabe en este espacio, vamos a hablar de un pasado más cercano. El 4 de abril, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció que la ciudad tendría un racionamiento de agua debido a los críticos niveles de los embalses, producto del Fenómeno de El Niño y las sequías que han afectado no solamente a la capital, sino a todo el país (ya veremos más adelante qué pasa en otras ciudades).

En una nota realizada por Camilo Tovar, periodista de la sección de Bogotá, María del Pilar García, investigadora de la Universidad Externado de Colombia, respondió a la pregunta de dónde viene el agua que consumimos en la capital, a lo que ella respondió que: “Las cuencas hidrográficas vinculadas a los ríos Chuza, Guatiquía, Bogotá y Tunjuelo, provenientes de los páramos de Chingaza, Guerrero y Sumapaz, constituyen las principales fuentes de agua para la ciudad de Bogotá. Estas aguas se almacenan en embalses como Chuza, San Rafael, Neusa, Sisga, Tominé, La Regadera y Chisacá, integrantes de los sistemas Chingaza, Norte y Sur, respectivamente”.

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Con extensas playas formadas por la falta de agua se observa el embalse San Rafael ubicado en el municipio de La Calera (Colombia).
Foto: EFE - Carlos Ortega

En ese artículo, Tovar explica que los tres sistemas hídricos que abastecen a Bogotá están interconectados entre sí. El Sistema Sur recoge el agua de los embalses de Chisacá y La Regadera, que hasta hace unas semanas tenían el 47,5 % y el 29,7 % de su capacidad, respectivamente. De aquí se abastecen las localidades de Usme y parte de Ciudad Bolívar.

El Sistema Chingaza, que suministra cerca del 70 % de agua de la ciudad, está compuesto por los embalses de Chuza y San Rafael. Las localidades de Chapinero, La Candelaria, Engativá, San Cristóbal, Kennedy, Bosa y Tunjuelito se abastecen de allí. Hasta hace unas semanas, el embalse de Chuza tenía una capacidad del 16,08 % y el de San Rafael del 18,66 %.

En cuanto al Sistema Norte, este se alimenta en gran parte del río Bogotá, en su cuenta alta, y de los embalses Tominé, Sisga y Neusa, que tenían una capacidad del 51,99 %, del 50,50 % y del 83,06 %, respectivamente. De este último sistema, el Acueducto de Bogotá tuvo que utilizar sus reservas para enfrentar los bajos niveles del sistema Chingaza a principio de año. En febrero, Natasha Avendaño, gerente de la Empresa de Acueducto de Bogotá, aseguró que no avizoraba un desabastecimiento, y henos aquí.

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Como se los dije al comienzo, no solo es el Fenómeno de El Niño, también nuestro comportamiento. Avendaño le contó a Tovar en la nota que les mencioné que “nuestro consumo ha aumentado en un metro cúbico adicional con respecto al promedio del año pasado. Esto significa que estamos consumiendo como si tuviéramos 500.000 personas más en Bogotá”.

¿En dónde se consumen más agua? Según una nota publicada en marzo por la sección de Bogotá, “en Usaquén se destacan los barrios Cedritos, Country Club, Santa Bárbara Occidental; en Suba, son los sectores de Villa del Prado, San José de Bavaria y Mazurén; en Kennedy y Tunjuelito, los barrios de mayor consumo son el Carvajal, sector aledaño a la Escuela General Santander, y en las viviendas aledañas al Parque el Tunal; finalmente en Engativá, las viviendas cercanas al Jardín Botánico, Las Ferias occidental, Las Ferias, y La Estrada”.

Frente a las medidas que ha tomado la alcaldía, una de las primeras en presentar críticas fue Susana Muhamad, ministra de Ambiente, quien aseguró que aunque son acertadas, no son suficientes. Acá toca revisar la planificación de los planes de ordenamiento territorial de toda la sabana de Bogotá, estamos trabajando desde el año pasado para tomar decisiones sobre límites ambientales a la sabana de Bogotá. No podemos seguir pensando que tener concentrado el 30 % del PIB, concentrar a la población, seguir expandiendo el negocio urbanístico hacia la sabana, sin tener claridad el futuro del agua de la región”.

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Galán aseguró que además de las medidas restrictivas, se busca que también sean pedagógicas, pues buscan “que haya un cambio en el comportamiento de las personas”.

Uno de los expertos consultados por este diario fue Alfonso Rodríguez Díaz, ingeniero del Centro de Estudios Hidrográficos y rector de la Escuela Colombiana de Ingenieros, quien dijo que esta medida “debió tomarse hace un año, ya que a la crítica situación de los embalses se sobrepone la alta demanda de agua, que viene en aumento”.

El embalse San Rafael es el que registra menor porcentaje de llenado, con 24,76 %. / Archivo Particular

Día a día, la alcaldía ha estado haciendo un monitoreo del consumo de agua, y cada 15 días habrá un balance para evaluar si se relajan o se endurecen las medidas. Y adivinen qué. Por el camino que vamos parece que se tendrán que poner más drásticos. Hay una frase de Fito Páez que dice “Yo también creo en la bondad de los desconocidos”, pero a veces se la ponen a uno muy difícil.

La meta, según Galán, es que el consumo en la capital sea de 15 metros cúbicos por segundo, pero no se ha podido llegar a esa cifra. Incluso, el tercer día de racionamiento se registró un consumo de 16,05, lo que indicó que subió con respecto a los dos primeros días. Y ni hablar del cuarto, que registró 11,11 metros cúbicos por segundo. Hay conjuntos residenciales que utilizan sus reservas, la gente se sigue demorando más de cinco minutos, otros terminan guardando más agua de la que se necesita.

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Toda acción suma, cada gota cuenta. Esto es cuestión de todos. Si bien estamos por debajo del consumo promedio, que es de un poco más de 18 metros cúbicos por segundo, hay que procurar llegar a la meta propuesta si no queremos que la situación empeore.

Incluso, debido a este panorama, el alcalde informó que las personas que consuman por encima de 22 metros cúbicos al mes tendrán que pagar el doble en la tarifa del agua. En una nota de servicio que realizó la sección de Bogotá, se explica cómo se puede revisar el control del consumo de agua en la factura.

“Un buen método para realizar este control, consiste en revisar el último recibo del agua que llegó a su casa. En la esquina superior derecha de la factura, justo al lado del valor total a pagar, aparecen unas barras que representan el comparativo de gasto del recurso, durante las últimas fechas de corte. En la cima de cada barra, aparece un número que representa el total de metros cúbicos que gastó su hogar durante el corte bimestral”.

¿Hacemos un recorderis de medidas que recomienda el Acueducto para ahorrar agua? Hagámosle.

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- Tomar duchas de máximo 5 minutos.

- Cepillarse los dientes con un vaso de agua y mantener cerrada la llave durante el proceso.

- Cerrar la llave del lavaplatos mientras se enjabona la loza y demás utensilios de cocina.

- Efectuar lavados de ropa entre 1 y 2 días a la semana. Se recomienda la reutilización de agua para quienes tengan la posibilidad de hacerlo.

- Abstenerse de lavar carros, motos, bicicletas, y cualquier vehículo.

- Revisar posibles escapes o fugas en el hogar.

Ahora, algunas personas notaron que el agua se tardó más de 24 horas en regresar. Hubo varias quejas en algunos sectores. Yo vivo en Rafael Núñez, y en barrios aledaños como Nicolás de Federmán o Pablo VI, el agua el pasado viernes (somos de la zona uno) regresó cerca al mediodía. ¿Por qué pasa esto? Aquí se lo explicamos también.

Apertura de válvulas del suministro de agua en la zona 1 de racionamiento.
Foto: Acueducto

Avendaño aseguró que sobre las 6:30 a.m. los operarios del Acueducto empiezan a girar las llaves de las válvulas, pero este es un proceso que debe hacerse de manera progresiva para que la presión no genere fugas. Además, “algunas personas tienen agua desde las 7:30 a.m., que son los que viven cerca a estos centros. En las zonas más alejadas, el agua puede demorar un poco más”, aseguró la gerente del Acueducto.

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La sección de Bogotá también se preguntó por el impacto económico que puede tener el racionamiento en la capital. De los 18 metros cúbicos que se usan a diario, el 8 % corresponde al sector industrial y empresarial.

Los periodistas de esta sección hablaron con varias fuentes. Una de ellas fue René Silva, director de Zonas Francas de Occidente, quien comentó en la nota que “los parques industriales, bajo la jurisdicción del gremio, tienen un as bajo la manga para atenuar el impacto de la contingencia. Menciona que, en aras de la actividad industrial sostenible, y como prevención para períodos de sequía como los actuales, existe una laguna artificial con 28.000 m³ de capacidad y cuyo nivel está a tope”.

También habló Juan José Cabal, CEO de M3storage, empresa propietaria de bodegas en la sabana de Bogotá, quien explicó que “su emprendimiento ha logrado materializar una logística 100 % digital que le permite prescindir, casi en su totalidad, de cualquier atisbo de actividad humana en su cadena de almacenamiento. Evidentemente, si no hay trabajadores y ni un servicio de vigilancia fijo, pues no hay necesidad de consumir agua”, se lee en la nota, cuyo link se los dejo aquí.

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Les dije que hablaríamos de otros lugares del país en el que el Fenómeno de El Niño sigue haciendo presencia. Bueno, pues el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales reportó récord de temperaturas en ciudades como Medellín (33,8 °C), Santa Marta (38,1 °C), Puerto Carreño (40,5 °C) y Valledupar (41,4 °C) en este mes de marzo. Aunque el primer lugar se lo llevó Jerusalén, municipio de Cundinamarca, pues se registró una temperatura de 43,8 °C. Qué horno, por dios. En este link que les dejo aquí pueden revisar el reporte completo y el pronóstico del clima para este fin de semana.

¿Ustedes estarían dispuestos a pagar más en su recibo de agua para cuidar la Amazonia? Bueno, María Paula Lizarazo, periodista encargada de cubrir esta región del país, habló de esta posible solución.

Según Lizarazo, “a pesar de su destrucción, la Amazonia sigue siendo esencial para el ciclo hídrico del país. El páramo de Chingaza, por ejemplo, se ‘alimenta’ de los llamados ‘ríos voladores’ que se forman y viajan desde la selva amazónica. Gracias a ese proceso, los habitantes de Bogotá tienen acceso a un servicio de agua por el que pagan una cantidad según el estrato en el que vivan. De ese monto, la empresa de Acueducto destina 0,3 % para el cuidado del Parque Nacional Natural Chingaza”.

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En el mismo artículo, Lizarazo cita a Juan Pablo Ruiz Soto, economista, consultor del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo y profesor de la Universidad del Externado, quien aseguró en una columna publicada en este diario que Conservar los bosques amazónicos y sus importantes servicios ecosistémicos tiene un costo y es necesario que todos hagamos nuestra contribución”.

Blog El Río:

https://www.elespectador.com/ambiente/blog-el-rio/preocupacion-de-autoridades-ambientales-por-baja-del-caudal-del-rio-magdalena/

Ambiente:

https://www.elespectador.com/ambiente/la-actividad-humana-ha-aumentado-el-riesgo-de-que-ocurran-grandes-olas-de-calor/

Blog El Río:

https://www.elespectador.com/ambiente/blog-el-rio/sembrar-nubes-para-hacer-llover-una-mentira-de-varios-millones-de-dolares-para-aliviar-la-sequia/

Otra fuente, Juan Camilo Cárdenas, Ph. D. en Economía por la Universidad de Massachusetts (EE. UU.), le dijo a Lizarazo que “un buen camino sería incrementar la inversión del recibo de los estratos cinco y seis para proteger esa fuente”. Con esta iniciativa, explica Cárdenas, habría que pensar en la cantidad de hogares que hay en los estratos bajos y la cantidad que hay en los estratos altos, de modo que se recaude un porcentaje que cubra a todos. Por otra parte, Ruiz cree que se podría establecer un aumento a partir del estrato tres.

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¿Qué opinan ustedes? ¿Estarían dispuestos a ponerse la 10 en este caso? Creo que valdría la pena. Algunos dirán “pero con este país tan corrupto esa plata se la roban”. Y bueno, eso no los puedo asegurar yo, pero considero que la medida no es para nada descabellada. Por lo pronto, dejo por acá también el enlace de la nota, que vale la pena leerla completa.

Una pregunta extra para ir cerrando: ¿y esto nos llevará a un racionamiento de energía? Calma, no. O por lo menos eso no se ve como una posibilidad. Si bien hay preocupación, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, aseguró en una entrevista para El Espectador que se han tomado medidas para evitar este escenario.

¿Pero por qué hablamos de racionamiento de energía en este caso? Bueno, porque la generación de energía en Colombia se apoya en el 70 % de las hidroeléctricas, de manera que la ausencia de lluvias “pone en jaque al sistema. La situación debe leerse, además, en un contexto de demanda creciente, XM (empresa que administra el sistema) reportó que en marzo esa variable creció 7,45 % frente al mismo mes del año pasado” se lee en el análisis que hizo la sección de economía sobre la posibilidad de un racionamiento en el sistema eléctrico en Colombia.

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El incremento del consumo de energía refleja el momento de la recuperación de la economía.
Foto: Pixabay

“Hoy cerca del 47 % de lo que consume Colombia está siendo atendido con generación térmica basada en gas y en carbón, principalmente. El tema es que, lamentablemente, a máxima capacidad con generación térmica se puede atender el 52 % de lo que consumimos. Si no llegan las lluvias para la primera semana de mayo, estaríamos en una situación compleja”, afirmó Alejandro Castañeda, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), quien señaló también estar en “alerta naranja” debido al nivel de los embalses, que se acercan al punto crítico, es decir, al 27 % de su capacidad.

Sobre este punto, Andrés Camacho, ministro de Minas y Energía, le aseguró a este diario que “Ya hemos implementado varias: limitamos la ventana de energía a Ecuador y tenemos al máximo la generación térmica. Este martes pusimos al máximo la generación renovable y estamos revisando el despacho de las hidroeléctricas uno a uno para despachar la energía que está guardada en algunas que todavía tienen un nivel importante de embalse”, y que “Para eso es que nos estamos preparando, para estas dos semanas claves. Las medidas que hemos adoptado buscan precisamente garantizar la seguridad energética del país”.

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Sobre nuevas medidas, Camacho respondió que “Ya hemos implementado varias: limitamos la ventana de energía a Ecuador y tenemos al máximo la generación térmica. Este martes pusimos al máximo la generación renovable y estamos revisando el despacho de las hidroeléctricas uno a uno para despachar la energía que está guardada en algunas que todavía tienen un nivel importante de embalse”.

Habrá que confiar, pero, sobre todo, tiene que haber más compromiso de parte de todos nosotros. Aquí le explicamos el contexto, pero en este caso es más el llamado a que el cuidado del agua, y del planeta en general, es responsabilidad de cada uno de nosotros. Una distopia como esta de no tener agua no puede convertirse en una realidad, y asistir a estos días de racionamiento es un campanazo para que cuidemos al medio ambiente, pues como bien dice el dicho, “es mejor prevenir que lamentar”.

Este es un hasta pronto con nuestro mensaje final: si les gustó este newsletter y el contenido que desarrollamos en El Espectador, invitados a disfrutar del contenido exclusivo que tenemos en nuestra página web. En esta labor de todos los días necesitamos compañía no solo para las críticas, que las recibimos con humildad, sino para que nos ayuden a construir un mejor país, denunciando, indagando, investigando, informando. Y no olviden dejar aquí abajo los temas que ustedes quisieran que investiguemos en la redacción de El Espectador. Nos vemos el próximo miércoles. Hasta pronto.

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¿Qué tema le gustaría que tratáramos la próxima semana? Escríbanos a ebohorquez@elespectador.com.

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