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Transmilenio pasa por una compleja situación financiera. El coletazo económico del COVID-19 le ha dado duro. Para hacerse una idea, hay que saber que antes de la pandemia el sistema movilizaba cuatro millones de personas al día en sus tres componentes (troncal, zonal y cable); ahora ni siquiera se llega a la mitad. Lo anterior se explica en factores como las personas que hacen teletrabajo (según el Ministerio del Trabajo, en Bogotá son más de 56.000), el incremento en el desempleo (en el punto más crítico de la pandemia la ciudad superó el millón de desempleados), las limitaciones de aforo en Transmilenio (lo que llevó a muchos a buscar medios de transporte alternativo, como la bicicleta) y la suspensión de la presencialidad en actividades importantes, como la educación.
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