Este sábado 25 de mayo, en Caracas, Venezuela, las delegaciones del Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) dieron un paso que marca, hasta ahora, el principal avance desde que iniciaron los diálogos de paz hace 18 meses.
Se trata de la firma del primer punto de la agenda de negociación que se pactó en México: el acuerdo de participación de la sociedad civil en el proceso de paz, producto de 78 encuentros que reunieron un total de 8.465 personas de 3.132 organizaciones sociales de los 30 sectores de la sociedad que conforman el Comité Nacional de Participación.
Aunque se trata de un logro clave, en la última semana hubo una serie de críticas al borrador de este acuerdo por parte de varios gremios empresariales. Según conoció Colombia+20, durante los días de reunión las dos delegaciones revisaron los documentos e introdujeron “cambios importantes”.
A eso se suma que el lunes pasado el alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, aseguró que no se avanzaría en acuerdos con el ELN hasta que no se comprometiera a abandonar el secuestro, crimen que la guerrilla anunció que retomaría el pasado 7 de mayo.
Pese a ese pronunciamiento, las partes firmaron este punto, que quedó condensado en el Acuerdo 28 “sobre el desarrollo del proceso de participación de la sociedad en la construcción de la paz”.
El documento de 10 páginas se divide en nueve grandes puntos, y plantea cuatro grandes ejes de transformaciones: en el régimen político, en el modelo económico, en la política ambiental y en la educación y cultura.
¿Qué dijeron los negociadores?
“Las partes nos comprometemos a no levantarnos de la mesa y cumplir este acuerdo”, dijo uno de los delegados durante el cierre de la reunión extraordinaria que empezó el 20 de mayo en el país vecino.
La jefa negociadora del Gobierno, Vera Grabe, también se pronunció en el evento: “Nadie dijo que esto iba a ser fácil. Hoy lo que nos convoca es que el eje rector es la paz, en el sentido amplio de la palabra. Damos a conocer la firma de un acuerdo y tenemos que explicar la dimensión e importancia que tiene. Son miles de voces, propuestas, comunidades que han participado en este ejercicio que recoge un espíritu: buscar salidas y encontrar soluciones”.
Pablo Beltrán, jefe de la delegación negociadora del ELN, explicó que con la firma de los documentos, anunciada este sábado, se cierra el primer punto de la agenda.
Acuerdo propone carácter vinculante
Con base en los principios contenidos en el Acuerdo 28, las propuestas de esta estrategia de participación son de carácter vinculante, un tema que fue criticado por algunos sectores.
“La sociedad en el proceso de construcción de la paz, como fuente de las propuestas, así como el Estado y el ELN, adquieren el compromiso de impulsar y lograr las transformaciones”, se lee en la tercera página del documento.
El acuerdo resalta que “los acuerdos adoptados por la mesa son de obligatorio cumplimiento para las partes y deberán convertirse en políticas de Estado, políticas públicas, programas y proyectos que se articulen con el Plan Nacional de Desarrollo”.
Los cuestionamientos y críticas al borrador del acuerdo
En la última semana, a través de dos extensas cartas, ocho de los principales gremios empresariales del país expresaron fuertes cuestionamientos a la labor del Comité Nacional de Participación.
Uno de los principales reparos tenía que ver con el enfoque del modelo de participación, pues, según plantearon, “excede en su alcance el propósito para el cual fue creado” y pone en riesgo el equilibrio de poderes.
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Luego de las críticas, el propio alto comisionado para la paz, Otty Patiño, se refirió al tema.
“Con relación al punto 1 de la agenda, que da cuenta del proceso del diseño de la participación de la sociedad, nuestra delegación no admitirá ningún contenido que violente el marco constitucional, ni la normativa legal, ni el Plan de Desarrollo que guía la vida de los colombianos. Tampoco permitirá la generación de una agenda diferente a la ya acordada en Ciudad de México el 10 de marzo de 2023″, afirmó el alto funcionario.