Tatiana Calderón, la primera mujer latina en manejar un Fórmula 1

La bogotana Tatiana Calderón fue piloto de pruebas de la escudería Sauber en 2018.

Foto: Archivo

Tatiana Calderón estuvo cerca de llegar a la Fórmula 1 hace no muchos años. En un deporte dominado por hombres, en el que las mujeres tiene una presencia reducida, la piloto bogotana se ganó un lugar en la élite y ha inspirado a que más mujeres sueñen con llegar al más alto nivel.

Ser piloto de desarrollo de un equipo de la F1 fue para Calderón un sueño hecho realidad. Todos los que se meten en el automovilismo sueñan con manejar alguna vez un auto de la Fórmula 1 y ella lo consiguió con Sauber. “Llegué cuando al equipo lo dirigía Monisha Kaltenborn, o sea una mujer abriéndole la puerta a otra”.

En 2018, cuando se subió al Sauber C37, se convirtió en la primera mujer latinoamericana en pilotar un monoplaza de la gran carpa. En noviembre de ese año, en un Sauber C32, logró el séptimo mejor tiempo en la historia del Circuito de Fiorano (0:58.802). Es el mejor registro de dicha pista entre autos que no son Ferrari.

“Esa experiencia me ha ayudado muchísimo en mi carrera. Esos carros son de otro planeta. Ser parte de eso, la primera latinoamericana en manejar un carro de estos, algo que solo lo han hecho 11 mujeres en la historia, es algo de lo que estoy muy orgullosa”, resalta Calderón, integrante de la Escudería Telmex, programa de desarrollo de pilotos que impulsa a los talentos latinos.

A pesar de lograr esa hazaña, Tatiana siente que la puerta no se acabó de abrir para dar el último salto: competir en la máxima categoría. La colombiana considera que el deporte todavía no está preparado para darle una oportunidad real a una mujer en Fórmula 1.

Calderón después de ser piloto de desarrollo debutó en la Fórmula 2 en 2019 con BWT Arden. Tuvo que conseguir cerca de un millón de euros para competir en un equipo, según sus palabras, bastante regular. “Es mucho presupuesto para no tener una oportunidad real”. En 2022, con el apoyo de la cantante Karol G, regresó a la categoría para correr en el cierre de la temporada para Charouz.

En su segunda experiencia en F2 una campaña completa costaba cerca de 2.7 millones de dólares, en la actualidad se estima que el valor llegó a los 3 millones. “Doy gracias de que no empiezo ahorita porque sería muy complicado llegar”. Contrario a otros deportes que se han vuelto más accesibles con el paso de los años, al automovilismo se ha vuelto más excluyente en lo económico.

Si nos vamos a la Fórmula 1, la máxima categoría, debemos decir que solo cinco mujeres en la historia han llegado a competir en ella. La italiana Maria Teresa de Filippis, en 1958, fue la primera en clasificar y correr en un Gran Premio. Su compatriota Lella Lombardi hizo historia en 1975 al ser la primera piloto femenina en puntuar. Desde 1992, cuando Giovanna Amati corrió tres clasificaciones, ninguna otra mujer ha llegado a la gran carpa.

“Sí, la verdad es que uno dice no puede ser que hace tanto corrió una mujer en Fórmula 1′ y hoy en día, que se supone que hay más oportunidad para las mujeres, pues este deporte sea como una de esas excepciones”, resalta la piloto de 31 años, quien también ha corrido en la IndyCar Series, el European Le Mans Series, IMSA y la Super Fórmula Japonesa.

La colombiana asegura que la reducida presencia de mujeres no es por falta de capacidad. En su caso con Sauber, tanto los ingenieros como los pilotos que estaban de titulares no se creían los tiempos que había hecho. “Hay mucho por cambiar todavía, como eliminar las barreras para que las mujeres cada vez estemos más cerca a los mejores niveles y tengamos acceso a los mejores equipos. Es una lucha en la que sigo y que me inspira todos los días”.

Su historia, al igual que muchos de sus colegas, arrancó en el kartismo, al que llegó por casualidad. Su hermana mayor Paula solía correr con sus amigos, pero un día que ellos no estuvieron disponibles la invitó y esa experiencia le cambió la vida. Pasó de ser un hobby a un sueño.

Llegar a un deporte dominado por hombres no fue una tarea fácil, pero se hizo respetar cuando dijo presente el kartódromo. “Siempre te subestiman un poco. Hasta que eres como competitiva y muestras lo rápida que eres, se te empieza a tomar en serio como rival. Eso se demuestra con resultados”.

La piloto colombiana disfruta ver que las niñas que hoy empiezan en el kartismo puedan vivir los cambios por los que ella luchó para que las demás mujeres tuvieran mayor comodidad y control al manejar. Reconoce que esos cambios no se han dado tan rápido como le gustaría, pero que han sido un paso importante.

Su historia no solo inspiró a las generaciones que vinieron detrás de ella, sino también al libro La niña más veloz que el viento, escrito por Gabriela Cordero. “Para mí fue medio terapéutico porque a veces uno piensa ‘¿por qué estoy haciendo todo esto?’, pero ha sido muy bonito ese proceso. Una niña de Colombia que empezó en los karts de alquiler llegó a manejar un Fórmula 1, es algo que nunca me imaginé. Vale la pena todo lo que estoy haciendo”.

Calderón compite este año en el campeonato IMSA en la categoría GTD como parte del equipo Gradient Racing y a bordo de un Ford Mustang GT3. Competirá en cinco carreras esta temporada. Ya encaró las 24 Horas de Daytona en enero y en su calendario siguen las 12 Horas de Sebring de este mes.

También correrá en Watkins Glen, Indianápolis y Road Atlanta. Aunque es feliz en las carreras de resistencia, no pierde la esperanza de volver a correr en un monoplaza. El mes pasado participó en la prueba oficial de novatos de la Fórmula E, en Yeda (Arabia Saudita) con el equipo Lola Yamaha ABT.

“Quiero abrir camino para que más niñas y mujeres, que tienen un interés en el automovilismo, no se frenen porque de pronto se sienten diferentes o porque creen que no tienen un espacio ahí”.

🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador