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La producción de petróleo y gas volvió a caer en 2025, incluso mientras la actividad en los campos —medida en taladros— se mantiene viva.
Según el más reciente informe de Campetrol, entre enero y octubre de este año la producción promedio de petróleo fiscalizada cayó 3,7 %, mientras que la producción comercializada de gas se desplomó 19,9 % frente a los niveles de 2023–2024. Traducido a barriles y pies cúbicos, el país está extrayendo menos energía justo cuando más la necesita.
En el caso del petróleo, el promedio se ubicó en 746.600 barriles diarios. Son cerca de 29.000 barriles menos por día que hace un año. Esto equivale, a grandes rasgos, a perder la producción diaria de un campo mediano. El golpe se sintió con fuerza en el Meta, el corazón petrolero del país, donde campos clave como Rubiales y Acacías redujeron su bombeo, agravado por bloqueos y protestas que interrumpieron la operación.
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El panorama del gas es aún más delicado. La producción promedio cayó a 807 millones de pies cúbicos diarios, una reducción cercana a 200 millones de pies cúbicos frente a los niveles recientes. Para dimensionarlo: es gas suficiente para abastecer a varias ciudades intermedias.
Menos gas disponible, precios más altos en la cocina de los hogares. En noviembre, el precio del gas domiciliario subió 11,45 %, con alzas superiores al 20 % en ciudades como Tunja, Riohacha y Bogotá.
Lo llamativo es que esta caída en producción no coincide con un frenazo total de la actividad. Entre enero y noviembre, el país operó en promedio 110 taladros activos, un leve crecimiento frente a 2024.
Hoy las empresas siguen perforando y reacondicionando pozos, pero eso no se traduce —al menos por ahora— en más barriles ni más moléculas de gas. Aunque sí con sonrisa de beatitud de sacar más mañana que hoy.
Campetrol lo atribuye a una combinación de factores conocidos pero persistentes: maduración de los campos (producen menos con el tiempo), dificultades operativas en territorio, bloqueos sociales y un entorno que no siempre favorece la continuidad de los proyectos.
Con una producción en descenso, las exportaciones de petróleo y derivados también cayeron, y la inversión extranjera directa del sector se redujo en términos mensuales (-16,6 %), aunque aún supera la de 2024 en el acumulado (+34,3 %).
Al mismo tiempo, el precio internacional del crudo Brent se mantiene lejos de los picos de años anteriores, lo que reduce el margen de maniobra fiscal.
Los nubarrones en producción de petróleo y, sobre todo, en gas son un aviso de la tempestad que se avecina sobre ingresos fiscales, precios para los hogares y soberanía energética.
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