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Cientos de caficultores acudieron a la primera Gran Asamblea Cafetera, en Bogotá, impulsada desde el Gobierno. En este espacio se busca atender temas como la productividad, el fortalecimiento cooperativo, la estabilización de los precios, el financiamiento, comercio exterior y la reforma rural cafetera.
También ha sido un espacio controvertido, pues la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), la Unión de Caficultores de Colombia y Dignidad Cafetera Agropecuaria, entre otros, no asistieron, alegando su interés por mantener una independencia del Gobierno.
En el primer tramo de la mañana participaron los representantes de la Superintendencia de Economía Solidaria, así como de la Unidad Solidaria. Estos se refirieron a la falta de fortalecimiento que tienen las cooperativas cafeteras en el país, pues de las 84 que están identificadas, tan solo 33 tienen un vínculo con la FNC.
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Según lo descrito por Mauricio Rodríguez, director de Unidad Solidaria, se han identificado más de 800 asociaciones cafeteras, que vinculan a más de 560.000 familias productoras, en 20 departamentos.
Tal dispersión, argumenta Rodríguez, es la principal preocupación de su despacho, pues cada quien está buscando su propio desarrollo de procesos y comercialización sin alcanzar mayores resultados.
“Están excluidos de las líneas de valor agregado, es decir, venden el grano y desaparece su papel en la generación de la riqueza posterior. Hay una diferencia abismal entre quienes producen el grano y quienes generan la riqueza agregada”, detalla.
De ahí que considera de suma importancia avanzar en la generación de redes de asociatividad que conecten a todos estos productores, acercando las posibilidades de que su aporte en la cadena vaya más allá de la mera producción del grano, es decir, que se le pueda dar un valor agregado.
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En esto han coincidido todos los expositores. La ministra de Educación, Aurora Vergara, manifestó la importancia de fortalecer la presencia de educadores en las regiones rurales apartadas, así como la construcción de sedes universitarias para que más jóvenes puedan acceder a la educación básica y superior.
Con esto se pretende estimular el desarrollo, para que la oferta de producción y exportadora de Colombia en torno al café pueda ser más diversa y represente mayores ganancias.
También está el tema del financiamiento. Para la superintendente de Economía Solidaria, María José Navarro, se debe mejorar la conexión entre las asociaciones y el Banco Agrario, con estrategias que faciliten el acceso a líneas de crédito.
En un punto, algunos cafeteros alzaron la voz para solicitar una revisión en esta materia, pues muchos aseguran sentirse excluidos de los vehículos financieros formales porque sus condiciones no les permiten reunir los requisitos que pide la banca. Entre muchas otras cosas, advierten que los reportes en las centrales de riesgo los tiene “maniatados”.
Finalmente, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, destacó el papel protagónico que Colombia ha tenido en sus exportaciones y consumo interno del grano. Sobre esto, hizo una especie de anuncio de lo que serían mayores cargas arancelarias y de requisitos para las importaciones, pues no tiene sentido, asegura, que a Colombia se le mida con la vara más alta, mientras que a otros que producen pasilla se les brinda un acceso sencillo al mercado colombiano.
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Para el ministro también es relevante que se le dé un valor agregado al grano, para así dejar de depender de las variables externas (como los costos de la cotización), permitiendo que los caficultores asuman un mayor protagonismo en la cadena de valor, reduciendo también los intermediarios y facilitando que mayores ganancias del negocio del café queden en sus bolsillos.
En el transcurso de la tarde se adelantarán mesas técnicas, en donde los caficultores podrán hablar con los ministros. Ya hacia el final del evento se espera la participación del presiente Gustavo Petro, quien ha mantenido una férrea posición de lo que para él debería ser el futuro del café, teniendo incluso roces con la FNC.
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