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(Liderazgo) Rigoberto Urán viste traje, pero sin corbata. No se queda quieto. Camina de izquierda a derecha en el auditorio principal del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, como cuando se balanceaba sobre su bicicleta en las carreteras de Europa, en su trasegar deportivo en medio del Tour de Francia, la Vuelta a España o el Giro de Italia. Su estilo, tan único frente a miles de asistentes al encuentro de los negocios y las ideas en Bogotá, se mantiene vivo como cuando ofrecía entrevistas a medios de comunicación al finalizar cada etapa. Cada carrera. Ese mismo estilo marcó esta conferencia en la que el llamado “toro de Urrao” contó su propia historia conectando con mensajes inspiradores, necesarios y, claro que sí, que se vuelven consejos entre líneas de esos que todos necesitamos en algún momento de la vida a la hora de liderar no solo nuestras propias vidas sino nuestros negocios.
Aquí van, reunidos en una lista, desde la viva voz de uno de los ciclistas más prolijos de la historia deportiva colombiana, teniendo en cuenta que entre sus empresas no solo está la de la ropa y el café, la nueva marca de bicicletas, el gran fondo, la finca (restaurante) y hasta el hotel que recientemente abrió:
1. “Cuando uno tiene talento hay que arrancar con lo básico”
Rigo hablaba de aquellos tiempos en los que, sin tener la mejor bicicleta y en solitario porque no pertenecía a ningún equipo, justo en su primera carrera, entendió que se trataba de talento por encima de cualquier cosa. Hay que dar, simplemente, el primer paso y lanzarse, no esperar a que todo esté perfecto para comenzar.
2. “Los deportistas tenemos hambre”
Él cree que, como lo dice Cristiano Ronaldo, los mejores deportistas han sido los que tienen la necesidad y el hambre de ganar. Como cuando se crece en medio de las dificultades. Pero cuando se tiene todo a la mano, falta esa “hambre”. Como sucede con muchos de los emprendedores que construyen sus empresas porque saben que es la única forma de solucionar problemas que tiene la sociedad.
3. “Descubrimos capacidades cuando tenemos necesidades”
Al padre de Rigo lo asesinan en medio de la violencia que ha marcado a Colombia en los últimos 60 años. Entonces, como a muchos niños en este país, le tocó ir a trabajar siendo menor de edad, ‘rebuscar’, como se dice a diario en esta tierra de perseverantes. Y ahí se dio cuenta de que no sentía pena por nada y que lo que pedía era espacio para poder seguir adelante. Que toda la gente le abría las puertas a veces sin tocar. Un poco como nos sucede cuando resultamos creando productos o cerrando negocios que trabajamos tanto, tanto, tanto que incluso nosotros mismos dudamos de conseguirlos, peor fue la necesidad la que nos ayudó a remar un poco más hasta llegar al otro lado.
4. “La actitud es muy importante, todos me ayudaban porque tenía buena actitud. Cuando uno quiere vender, hay que tener actitud”.
“Tocar no es entrar”, decía mi mamá cuando en mi casa queríamos lograr algo. Se refería a que en la vida vamos tocando muchas puertas, pero no todas se abren. Y lo que decía Rigo es que muchas de las cosas que logró en su vida fue por llevar una sonrisa siempre en su rostro, escuchando y haciendo, entendiendo lo que decían y trabajando con la mejor actitud posible, porque él sabía que todo era con el mejor objetivo posible. Y sí, tiene razón, en el mundo de los negocios lo que hacemos a diario es vender y el mejor vendedor es el que tiene la mejor actitud.
5. “Los sueños se quedan en casa, pero hay que salir a cumplirlos”.
Las abuelas siempre nos dijeron lo mismo que dijo Rigo en Wobi: no salga a contar, a viva voz, lo que está trabajando en cuanto a sus proyectos, a nadie le interesa, solo a usted. A eso se refería Rigo, que los sueños deben mantenerse en secreto, pero hay que salir a trabajar cada día para cumplirlos. ¿Cuándo ha visto que una empresa sale a contar sus principales planes estratégicos a la competencia? Lo hacen cuando ya están sobre la marcha o incluso no lo hacen, sino cuando están entregando resultados.
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6. “La vida a todo el mundo le da oportunidades”. “Aprovechen las oportunidades, no tengan miedo a fallar”.
Se refería a todas sus caídas, a todas sus lesiones, a todas sus cirugías que más que cicatrices le dejaron enseñanzas. A pesar de la oscuridad, siempre había una nueva oportunidad. Lo que había que hacer era saber leer la información y usarla a su favor. Nada más cercano a lo que vivimos cada día en las empresas: a pesar de la adversidad, siempre hay una opción, una nueva oportunidad, un carril para seguir corriendo sin parar.
7. “Inténtelo, no importa lo que les digan”.
Esta sí que es la máxima para la vida. ¿Cuántas veces nos han dicho que no? ¿Cuántas veces nos han tratado de apagar nuestros sueños? ¿Cuántas veces, incluso la misma familia, parece estar en contra nuestra? Pues siempre será mejor contar la historia, buena o mala, que no tener nada por contar. Imagine los líderes y lideresas cuántas historias por contar tienen a diario, eso se traduce en una línea de tiempo llena de “nos” y de “sis” que dejaron, más allá de cualquier resultado, una experiencia que ayuda a construir.
“Hay que tomar decisiones rápidas. Nadie te va a esperar”.
8. “En una crisis lloramos o intentamos salir. Yo he escogido la segunda”.
A Rigo, como a todos los deportistas, le llegó cada tanto una crisis: porque tenía una caída, una lesión, los resultados no salían como esperaba el equipo, la estrategia no funcionaba, los resultados no llegaban a pesar del trabajo, la familia estaba lejos mientras él estaba corriendo y tantas más... Pero como todos en la vida, o nos dejamos llevar por el río de la tristeza, el que va alimentándose de todo lo malo y se va llamando crisis, o nadamos contra corriente hasta salir a flote, incluso, del agua. Eso es lo que hace Rigo y es lo que deberíamos hacer todos, intentar y no desfallecer.
9. “No tenga rencores”.
Por condición humana, esta nos cuesta tanto a todos que a veces nos dejamos embeber por ella. Y no salimos de ahí. El rencor hay que dejarlo en el cajón del olvido y, como decía Rigo, hay que seguir adelante porque lo que hay en frente es más grande que lo que quedó atrás.
″Somos muy frágiles. Al día siguiente podemos estar en una UCI. Nos quejamos demasiado".
10. “Resultados individuales no necesitamos, no sirven para nada”. “Necesitamos hablar y conectarnos con nuestros equipos”. “Hay que aprender a escuchar. Un buen líder sabe escuchar a su equipo”.
Dice una máxima que “solo se llega rápido, pero acompañado se llega más lejos”. ¿Qué quiere usted? No existe un solo deportista que haya conseguido sus logros solo, igual que un empresario, un líder o lideresa. Las metas se alcanzan con trabajo en equipo, escuchando a los y las otras, confiando y tomando decisiones de valor. Rigo recordaba que él debía confiar en lo que le dijeran sus compañeros de equipo y seguir esa directriz, a pesar, incluso, de lo que dijera su cabeza, su corazón y sus piernas. Es decir, a veces él quería hacer algo por iniciativa propia, pero su equipo, por estrategia, le pedía lo contrario. Al final, para beneficio del equipo, todo resultaba bien. Y eso nos pasa a diarios en las empresas: queremos hacer algo y el equipo nos dice lo contrario, o nos da recomendaciones para evidenciar otras realidades. ¿Qué tanto escuchas a tu equipo? Como diría Rigo: “Resultados individuales no necesitamos, no sirven para nada”.
11. “Contratamos gente para solucionar problemas, no para que nos lleven problemas”.
Esta puede resultar cruda, pero termina siendo la base de cualquier negocio. Y el ciclismo también es un negocio. Rigo lo contó cuando un nuevo integrante del equipo de ciclismo en el que estaba llegó a causar problemas, cuando lo que debía era aportar para que el equipo sumara. Con su estilo, le supo dar un buen consejo para que valorara más el lugar en el que estaba y el porqué era necesario que sumara y no restara.
12. “Siempre visualizar. ¿Qué pueden hacer ustedes con sus familias? ¿Con sus equipos?“.
A veces se nos olvida que para avanzar, el camino está por delante, aunque parezca obvio, y no para atrás. Y que precisamente para avanzar hay que visualizar. Rigo visualizaba su siguiente temporada, las condiciones en las que llegaba, la información tecnológica que le daba el equipo, los refuerzos, pero también qué pasaba en la competencia y hasta en el clima. Con todo visualizado, comenzaba la nueva temporada que incluía, por supuesto, a su familia y a su equipo.
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13. “No se deje güevoniar de los que siempre llegan con los mismos cuentos de siempre”.
Se refiere a que siempre hay una persona en el equipo (o en su empresa), que vive sacando los mismos pretextos, las mismas disculpas, que tiende a colgarse en los triunfos de los dempas para sacar crédito propio. ¿Por qué nos cuesta tanto seguir con esas personas en vez de decirles no más? Esa es la invitación del ciclista y empresario, Rigoberto Urán: “No se deje güevoniar”.
14. “Hay que creérselo. Gané una medalla de plata, pero pudo ser una oro”.
Recordó cuando se colgó una medalla en los juegos olímpicos. Él mismo no creía que fue a llegar al pódium. Cuando iba entre los primeros 20 competidores, se dio cuenta de que con eso ya estaba haciendo historia, iba a un paso de la meta, en primer lugar, pero por no creérselo, quien iba de segundo paso a la cabeza de la competición y se quedó con la presea dorada en un abrir y cerrar de ojos. ¿Cuántas veces nos ha pasado que por no creer en nosostros mismos, en nuestras capacidades, dejamos ir nuestra “presea dorada” empresarial y de liderazgo? “A veces la gente externa cree más en uno que uno mismo”, apuntó.
15. “Es momento de actuar. Nadie le regala a uno nada”.
Rigo contaba que en las fiestas decembrinas sus familiares le reclamaban por no salir a disfrutar como lo hacían todos los demás, pero él estaba enfocado, claro en que su trabajo era la escalera para llegar a la cima y nada distinto a eso. Por eso dice que es “momento de actuar” porque “nadie le regala a uno nada”, si no es con disciplina y trabajo propio, es poco probable saborear las mieles del llamado “éxito”. Tal caul como nos sucede en el día a día de las empresas.
16. “Cada año hay que arrancar desde cero, hay que tener hambre de ganar”.
¿Les ha pasado que cuando el año antetrior fue extremadamente bueno, muchas de las personas en la empresa se relajan? Ó, todo lo contrario, cuando el año pasado fue muy malo, la gente dice: ¿ya este año no se hizo nada, el otro sí lo intentamos? La reflexión de Rigo fue simple: “borrón y cuenta nueva”. Como cuando todo comenzó, como cuando lo importante era el talento y no todo lo que lo rodeaba, así hay que comenzar cada paso, cada proceso, cada año. Y aplica, una vez más, a nivel empresarial y de liderazgo.
17. “En las redes sociales todo se ve fácil”. “No importa lo que hagan los demás”.
La vida de los otros es la de ellos, no la nuestra. Lo que hacen los otros está bien para ellos. Lo que todo el mundo mira es el resultado, no el proceso. Un poco de eso se trata y era lo que contaba Rigo. No deje que su atención esté en el lugar equivocado, su atención debe estar en su vida real, en su familia y su negocio.
18. “Hay que adaptarse a la tecnología. No se queden con los métodos viejos”.
Contó una experiencia que tuvo cuando en uno de los equipos en los que corrió fue chequeado con la útima tecnología. Allí le evidenciaron que si hacía fortaleicmiento en ciertas partes de su cuerpo -donde tradicionalmente no lo hacía-, podría mejorar significativamente sus resultados. Lo hizo y los números probaron el resultado. El mensaje iba centrado en muchos de esos empresarios que se quieren negar a los cambios, a la tecnología, porque “como lo han hecho hasta ahora está bien y creen que no lo necesitan”.
19. “Para ganar hay que hacer muchos esfuerzos, sacrificios, y si no lo hacemos, alguien más los hará”.
Recuerde que mientras unos lloran los otros venden pañuelos. Lo de Rigo ha sido a punta de sacrificios, desde el día uno, cuando un muchacho de un pueblo entendió que tenía que salir al mundo para encontrar mejores oportunidades. A veces el salto de gloria lo estamos dando sin darnos cuenta, pero hay que acercanos al trampolín, porque desde lejos ni el impulso se nos asoma.
20. ¿Cuántos de sus amigos quisieran tener la silla en donde ustedes están sentados?
¿Cuántos cilcistas hubieran querido llegar a donde llegó Rigo? ¿Cuántos de los compañeros de clase en su colegio o universidad quisieran estar sentado en tu silla? Parece una de esa reflexiones invasivas, porque tocan sensibilidades, pero sí, hay que saber dar las gracias porque la piramide siempre será más angosta en la parte de arriba, y son más los que se han quedado abajo en la mitad.
21. “Por más mal que usted esté, habrá alguien peor. O mejor”.
Esta puede ser de esas que nos dijeron toda la vida los papás y las tías reflexivas, pero es que es más que cierta. En las empresas se vive a diario, en el mercado en el que estamos también, en el comité ejetucivo al que usted pertenece o, incluso, en la misma familia que usted integra.
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