
El libro recrea la vida de la familia del cineasta Sergio Cabrera.
Foto: Portada del libro
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Volver la vista atrás de Juan Gabriel Vásquez no es solo la historia de una familia atravesada por el exilio y la militancia política, sino también un ejercicio de memoria y lenguaje.
En estas páginas, la realidad más dura se convierte en narración íntima y en materia literaria. Como lectora, he querido subrayar aquellas frases que se sostienen por sí solas, por su fuerza poética, por lo que iluminan más allá de la trama.
A continuación, algunas frases seleccionadas de la novela:
- “Nada más contrarrevolucionario que dejarse distraer por el amor”.
- “Callar no es una cuestión de temperamento, es una enfermedad”.
- “Le decía con dolor que ella no podía ayudarlo, porque ni siquiera él conseguía saber dónde estaba el problema, qué fantasmas o demonios estaban consumiéndolo por dentro”.
- “Con esa osadía o ese desespero que le permite a cualquiera, aun al más cobarde, lanzarse a las incertidumbres del exilio”.
- “Era un hombre roto por el destierro, o por la suerte de ser desterrado”.
- “Como si sus líderes se hubieran cansado de jugar el juego de la guerra con soldados ajenos”.
- “En esos versos, que habrían podido ser alarmantes, había algo parecido al sosiego”.
- “Los colombianos descubrieron una nueva emoción: el miedo al vacío televisivo”.
- “Silvia fue cayendo en su propia tristeza hasta que ya no supo dónde comenzaba la suya y dónde terminaba la de Sergio”.
- “Fue un acuerdo cordial, más parecido a un tratado diplomático que a una ruptura de pareja”.
- “Se las arreglaba para tener al mismo tiempo los ojos vacíos y una mirada pícara”.
- “Solo un viejo acomodado se quejaría de que la Revolución le estropearía el sueño”.
- “Seguía adelante sin cuestionarse o convenciéndose de que sus dudas secretas eran los rezagos de una vida reaccionaria”.
- “Todo era chocante: lo eran los secretos, o más bien esa ética de disimulos que ocultan disimulos, de dobleces y de hipocresías”.
- “Cuando falta la luz y todo es oscuro…, la única forma de no perder el rumbo es mirar hacia atrás".
- “Tal vez esto, el regalo de la normalidad, era mejor que dejarle una fortuna”.
- “Pensó que los recuerdos eran invisibles como la luz, y así como el humo hacía que la luz se viera, debía haber una forma de que fueran visibles los recuerdos, un humo que pudiera usarse para que los recuerdos salieran de su escondite, para poder acomodarlos y fijarlos para siempre”.
- “Separando con precisión de orfebre la verdad de la impostura y la confesión de la propaganda”.
Por Isabel López Giraldo
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