
Adolf Eichmann había sido un mando medio con cierta relevancia en las SS hitlerianas.
Foto: AP
El 11 de mayo de 1960, en una calle sin pavimentar del barrio San Cristóbal, en los suburbios de Buenos Aires, un hombrecito de traje y maletín, de apariencia inofensiva, se baja de su ruta habitual del bus de la tarde, exhausto luego de una jornada de trabajo. Inmediatamente, se abalanza sobre él Peter Malkin, un agente del Mossad, el servicio secreto israelí, que lo empuja al interior de un carro y se lo lleva a una casa en el casco urbano de la ciudad, donde lo interrogan por más de una semana.
—¿Cómo te llamas? —le preguntan.
Una y otra...
Por Roberto Palacio
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