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El Museo del Louvre, en París, reabrió parcialmente sus puertas hoy, tras el millonario robo ocurrido el pasado 19 de octubre. Los ladrones ingresaron al museo a través de un montacargas ubicado bajo un balcón de la Galería de Apolo y, tras cortar el cristal de una ventana con una sierra radial, accedieron a las vitrinas que resguardaban las joyas.
Entre las joyas robadas, destaca un collar imperial compuesto por esmeraldas colombianas de la mina de Muzo, en Boyacá. La pieza, regalada por Napoleón Bonaparte a su esposa, María Luisa de Austria, en 1810, formaba parte de un conjunto conocido como la Parure Imperial, diseñado en 1810, que incluía pendientes y diadema.
El collar sustraído fue diseñado por el taller Nitot et Fils, antecesor de la actual casa Chaumet, y está compuesto por 32 esmeraldas —diez de ellas en forma de pera— y más de 1.100 diamantes montados en oro. Los pendientes a juego incluían dos esmeraldas talla pera de alrededor de 45,20 quilates cada una.
La Federación Colombiana de Esmeraldas (Fedesmeraldas) confirmó que las esmeraldas robadas provenían de Muzo, una de las minas más antiguas y reconocidas de Colombia. Según la organización, su pérdida constituye “un golpe al patrimonio compartido entre Colombia y Europa”.
También, de acuerdo con la Federación, existen registros históricos que documentan la presencia de piedras colombianas en la joyería imperial europea. El Smithsonian Institution y diversas reseñas del siglo XIX mencionan que la parure completa de la emperatriz María Luisa incluía 79 esmeraldas de origen colombiano.
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Expertos en arte y joyería alertan ahora sobre el riesgo de que las piezas sean desmanteladas: si las gemas llegaran a ser vendidas por separado, su valor podría reducirse considerablemente. No obstante, la combinación de oro, diamantes y esmeraldas colombianas del collar robado mantiene su atractivo en el mercado ilegal. Y, más allá de la pérdida económica, especialistas en arte señalan que el daño patrimonial es mucho mayor.
Según la fiscalía de París, el valor total del robo en el Louvre asciende a 88 millones de euros.
Mientras tanto, las investigaciones continúan y el Louvre mantiene cerrada la Galería de Apolo, en donde se encontraban las piezas robadas. Las autoridades francesas trabajan para rastrear a los responsables, mientras la presidenta del museo, Laurence de Cars, comparece ante el Senado para explicar los protocolos de seguridad y los planes de modernización de la vigilancia interna, incluyendo auditorías realizadas entre 2022 y 2024, y la instalación de sistemas de fibra óptica y video vigilancia más avanzados.