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Un brutal diagnóstico sobre lo que significa para Colombia un juez corrupto acaba de hacer la Sala de Juzgamiento de la Corte Suprema de Justicia. Tras condenar a ocho años y medio de prisión al exmagistrado del Consejo de la Judicatura de Córdoba Ramón Jaller Dumar, por favorecer en 2011 a una jueza civil involucrada en el saqueo de $80 mil millones a ese departamento, el alto tribunal hizo una contundente reflexión sobre la tragedia social y los efectos devastadores en la confianza institucional que se derivan de la corrupción judicial. Según la sentencia, contrario a lo ocurrido en este caso, “quien es exaltado dentro de la sociedad para desempeñar labores jurisdiccionales debe construir una ética personal que trascienda de la sala de audiencias y se proyecte en la comunidad con un proceder digno de admiración y de respeto. La persona que se encarga de administrar justicia debe ser íntegra y honesta. El juez debe ser una persona respetable”.
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