Tras la muerte del precandidato presidencial y senador de la República, Miguel Uribe Turbay, el director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Augusto Rodríguez Ballesteros, volvió a pronunciarse sobre el esquema de seguridad y la protección prestada al político del Centro Democrático el 7 de junio pasado, día del atentado.
Rodríguez Ballesteros aseguró ante los medios de comunicación que el esquema de seguridad de Uribe Turbay había sido revisado el 6 de junio, un día antes del atentado. “Nosotros hemos revisado todos nuestros procesos, nuestros protocolos y hemos encontrado que cumplimos con todo lo que tiene que ver con el cubrimiento de las personas que tendrían que estar”, aclaró el director.
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Sin embargo, Rodríguez Ballesteros reconoció que decisiones operativas permitieron que el esquema se dispersara: “He aclarado que lo correcto es siempre cubrir a la persona que es el protegido principal, y la extensión de las medidas al núcleo familiar se hace después de cubrir a esa persona principal. Allí no se hizo así, sino que se distribuyeron seis personas”.
Además, reconoció que algunas de las personas que integraban el esquema de seguridad del candidato estaban “trasnochadas”, luego de trabajar hasta altas horas el día anterior con Miguel Uribe. El director de la UNP aseguró que la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General adelantan investigaciones sobre el tema.
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Al tiempo que se daban estas declaraciones, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, lideraba una rueda de prensa en la que, entre otros temas, mencionó la seguridad de otros precandidatos presidenciales. “La amenaza está latente. Lo importante aquí es evaluar el riesgo, identificarlo muy bien y tomar medidas para mitigar. Las medidas dependen no solamente de la persona, sino también del lugar”, explicó Sánchez. Agregó que ya se han revisado los protocolos de la mano de la Policía, el Ministerio del Interior y la UNP.
El atentado en contra de Miguel Uribe se perpetró el pasado 7 de junio, en el parque El Golfito, barrio Modelia, de la localidad de Engativá, en la capital. Allí, un menor de 15 le disparó en al menos tres oportunidades; una bala impactó a la altura de la rodilla y otras dos en su cabeza. Luego de dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Fundación Santa Fe de Bogotá, el precandidato presidencial falleció el 11 de agosto. Desde hacía 35 años que Colombia no vivía el magnicidio de un precandidato presidencial.
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