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La incursión armada que sacudió al municipio de Buenos Aires, en el norte del Cauca, el pasado 16 de diciembre, dejó un saldo de graves afectaciones a la población civil y a la Fuerza Pública. El alcalde Pablo César Peña calificó los hechos como “profundamente dolorosos”, al advertir que, además de los daños materiales, el ataque provocó un fuerte impacto emocional en las familias que perdieron sus viviendas.
La Policía confirmó que durante cerca de diez horas de hostigamientos armados resultaron heridos ocho uniformados. Según el reporte oficial, la ofensiva comenzó hacia las 6:00 de la mañana y se prolongó hasta las 3:00 de la tarde. Información de inteligencia señala que la acción habría sido coordinada por alias “Max Max”, señalado como líder de la estructura Jaime Martínez del Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las Farc, organización que responde a “Iván Mordisco”.
Las autoridades analizan si este ataque guarda relación con el paro armado anunciado entre el 9 y el 30 de diciembre por el frente Carolina Ramírez, también adscrito al EMC, en los departamentos de Caquetá y Putumayo. De acuerdo con las Fuerzas Militares, dichos bloqueos estarían asociados a disputas internas entre disidencias por el control de economías ilícitas, aunque hasta ahora no se ha confirmado un vínculo directo con los hechos ocurridos en Buenos Aires.
En medio de este escenario, la cúpula militar se trasladó el 18 de diciembre a Popayán (Cauca) para coordinar las operaciones contra estas estructuras armadas. En paralelo, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, anunció una recompensa de hasta COP 500 millones por información que permita la captura de alias “Max Max” y COP 4.500 millones por información de Iván Jacobo Idrobo Arredondo, conocido como alias “Marlon”, señalado como principal líder de la estructura Jaime Martínez, con presencia en los municipios de Buenos Aires, Suárez y Morales.
En contexto: ¿Quién es alias “Marlon”, el hombre detrás del atentado terrorista en Cali?
¿Quién es alias “Max Max”?
De acuerdo con los organismos de inteligencia, alias “Max Max” es el explosivista principal de la estructura Jaime Martínez del EMC de las disidencias de las Farc y cuenta con cerca de ocho años de trayectoria dentro de estas organizaciones ilegales. Inició su accionar en 2020 como integrante de las redes de apoyo y posteriormente escaló a líder de escuadra entre 2022 y 2024. En 2025 habría cumplido el mismo rol dentro de la columna Fredy Martínez, perteneciente a la misma estructura.
Las autoridades le atribuyen una amplia cadena de acciones violentas. Entre ellas, el secuestro del menor Lyan José Hortúa, de 11 años, ocurrido el pasado 3 de mayo en zona rural de Jamundí (Valle del Cauca). El niño permaneció 18 días en cautiverio hasta su liberación, lograda el 21 de mayo mediante una comisión humanitaria encabezada por la Defensoría del Pueblo.
También es señalado de ordenar asesinatos selectivos en comunas de Cali y en corregimientos rurales de Jamundí; de promover el reclutamiento forzado de menores en varios barrios del oriente de Cali y zonas rurales de Dagua y Jamundí; y de coordinar redes de extorsión contra comerciantes y expendios ilegales en el sur del Valle del Cauca.
Uno de los episodios más críticos que se le atribuyen ocurrió el 10 de junio de 2025, cuando se registraron 24 acciones terroristas en Cauca y Valle del Cauca. Ese la Policía presentó un balance crítico de seguridad donde murieron cinco civiles y dos policías, y resultaron heridas 28 personas, entre civiles, policías y militares. En esos hechos se reportaron ataques contra estaciones de Policía y daños a infraestructura pública y privada.
Alias “Max Max” también estaría detrás de hostigamientos con explosivos y ráfagas de fusil contra la estación de Policía del corregimiento de Robles, en Jamundí, en octubre y noviembre de 2025, algunos de ellos ejecutados con drones.
Lea: Siete horas sin refuerzos: así fue el hostigamiento armado en Buenos Aires (Cauca)
La acción más reciente que le atribuyen las autoridades es la coordinación del ataque del 16 de diciembre en Buenos Aires (Cauca), donde se habrían utilizado vehículos tipo volqueta cargados con explosivos. Una de las volquetas, cargada con cilindros bomba, no fue detonada y tuvo que ser destruida de manera controlada por el Ejército y la Policía al día siguiente.
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