Desde noviembre de 2017, Luis Francisco Bohórquez se encontraba en una cárcel de San Gil (Santander), investigado por supuestamente haber entregado contratos a empresas de la iglesia Manantial de Amor, propiedad de su familia. Su defensa argumentó que Bohórquez llevaba esperando ser llamado a juicio 19 días más de lo que la ley establece, y por esa razón fue dejado en libertad.
La Fiscalía, que le imputó cargos al exalcalde hace dos años por interés indebido en la celebración de contratos y peculado por apropiación, se habría demorado en la acusación. Sin embargo, el ente investigador apeló la decisión de la jueza octava de control de garantías que dejó en libertad a Bohórquez.
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De acuerdo con la Fiscalía, Bohórquez y varias personas cercanas a él constituyeron sociedades para hacerse a varios contratos de la administración municipal por un valor de $15.000 millones. Todos los contratistas tenían algo en común: ser feligreses de la iglesia Manantial de Amor. Las sociedades creadas, al parecer, recibieron financiación de Leonardo Luna Escalante, exasesor de Bohórquez y socio también de la iglesia.
Según la el ente investigador, para poder contratar con el municipio, estas empresas fueron inscritas en Cámara de Comercio poco tiempo antes de la posesión del exalcalde. “En la contratación de estas cinco empresas, presuntamente, se dejaron de lado los principios de transparencia y selección objetiva, que ordena la ley, lo que habría beneficiado a algunos feligreses de esa iglesia”, explicó el ente investigador en ese momento.
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La liberación se da casi una semana después de que se conociera de otros implicado que corrieron con la misma suerte. Leonardo Luna Escalante, predicador de la iglesia Manantial de Amor; Clemente León Olaya, secretario de Infraestructura durante la administración de Bohórquez y Gloria Azucena Durán, quien fuera la jefe de Alumbrado Público en la ciudad, quedaron en libertad también por vencimiento de términos el pasado miércoles.