Las pistas que ponen a la Segunda Marquetalia en el radar del caso de Miguel Uribe

Desde el 21 de julio, la Fiscalía no se ha pronunciado sobre nuevos avances en la investigación sobre el atentado en contra del senador y precandidato presidencial del Centro Democrático. Paralelo a la investigación penal, el Ministerio de Defensa adelanta una investigación con apoyo de inteligencia internacional, que da nuevas pistas sobre este crimen.

Entre el atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay y la noticia de su muerte, pasaron dos meses y cuatro días. Un período en el que se conocieron detalles a cuentagotas de las investigaciones adelantadas por las autoridades, que ya dejan seis capturados, incluido el sicario contratado para el crimen. A pesar del paso del tiempo, todavía no hay pistas concretas de quién habría ordenado el magnicidio. La Fiscalía no ha dicho públicamente cuál es su hipótesis más fuerte, pero el Ministerio de Defensa y la Policía ya señalaron directamente por el ataque a la facción disidente de las Farc conocida como Segunda Marquetalia, liderada por alias “Iván Márquez”.

El primero que puso en el radar a ese grupo armado fue el general Carlos Fernando Triana, director de la Policía. Durante una rueda de prensa el pasado 6 de julio, dijo que las pesquisas apuntan hacia una posible participación de la disidencia de alias “Iván Márquez” en el magnicidio. “En el marco de la investigación todo apunta a que muy seguramente la Segunda Marquetalia forma parte de este entramado en términos de los determinadores, pero eso está en investigación. Esa investigación nos tendrá que arrojar un resultado para afirmarlo concretamente o desvirtuarlo. Los autores materiales ya están a disposición de la autoridad y vamos avanzando en la línea de investigación para identificar a los determinadores”, dijo Triana.

Este 11 de agosto, horas después de que la Fundación Santa Fe, donde estuvo hospitalizado el senador Uribe Turbay, confirmara la noticia de su muerte, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, citó a una rueda de prensa en la que, de nuevo, se refirió a la presunta participación de la Segunda Marquetalia. El alto funcionario dijo que la investigación por el magnicidio se está moviendo en dos líneas. La primera es de carácter estrictamente penal y es la que está liderando la Fiscalía. Por otro lado, el Ministerio de Defensa está al frente de otra investigación sobre la línea de inteligencia, para la cual tiene apoyo de las autoridades de Estados Unidos, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos, entre otros países.

Dos versiones que preocupan a quienes reconocer que, quien debe esclarecer lo sucedido es la Fiscalía. “De las conclusiones que hemos tenido en materia de inteligencia, una línea apunta hacia una conexión muy importante entre los autores de este magnicidio con uno de los grupos armados organizados criminales que delinquen en Colombia, que es el cartel de la segunda Marquetalia”, dijo el ministro Sánchez. Detalló, además, que ese grupo, que hoy está fracturado, “no tiene ideología, simplemente tiene interés criminal”. Y agregó: “No podemos decir en este momento que sea la única línea conectora hacia esa organización criminal, pero tampoco podemos decir que la inteligencia y las investigaciones nos orienten a otro grupo armado. No lo vamos a desvirtuar hasta que no tengamos a los responsables de ese atroz crimen”.

Fuentes de la Policía le dijeron a El Espectador que las pistas sobre la Segunda Marquetalia aparecieron cuando el mapa de magnicidio se amplió hasta Florencia (Caquetá), pues allí fue capturada el 14 de junio Katerine Andrea Martínez, alias “Gabriela”. Se trata de una de las seis personas procesadas por el crimen y quien se encuentra bajo medida de aseguramiento en el búnker de la Fiscalía. Además, las autoridades encontraron que Carlos Eduardo Mora González, otro de los capturados, tiene desde 2024 un proceso penal ante un juzgado de Florencia, por tráfico de armas. Las fuentes consultas señalaron también que hubo movimientos de dinero de los implicados hacia esa ciudad, que terminaron de poner allí su atención.

El ministro fue más allá al asegurar que la Segunda Marquetalia, como parte de su acción criminal, es responsable de gran parte de los asesinatos de firmantes del Acuerdo de Paz de 2016. En el primer trimestre de este año, según cifras de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), 15 de ellos han muerto a manos de actores armados. En palabras del ministro Sánchez, ese grupo “es la principal amenaza contra los firmantes de paz, lo que también se trasladó a un senador de la República: Miguel Uribe”. En ello coincidió Jorge Mantilla, investigador sobre conflicto y crimen organizado, quien en diálogo con este diario dijo que el magnicidio de Uribe Turbay “no es un hecho aislado”, sino que se da en un contexto de violencia contra líderes.

“Este es un hecho al que le subyace todo un contexto de polarización y creciente violencia política en el país. Se da en el marco de una campaña política que ya inició y cuyo desenlace va a estar manchado por esta falta de garantías para la oposición”, explicó Mantilla. También detalló que el funcionamiento de la Segunda Marquetalia, al no tener el mismo dominio territorial de organizaciones como las de “Iván Mordisco” y “Calarcá Córdoba”, se dedica a servir de puente para cometer delitos ordenados por otros actores que están en el claroscuro de la escena criminal: “Detrás podrían estar intereses políticos y criminales de carácter transnacional en los que la Segunda Marquetalia es una pieza entre muchas otras de este rompecabezas”.

Por ahora, se sabe que seis personas han sido procesadas hasta ahora: el menor que disparó la pistola Glock nueve milímetros y quien aceptó cargos hace una semana durante su acusación, Carlos Eduardo Mora González Katerine Andrea Martínez Martínez, William Fernando González, Cristian Camilo González y Élder José Arteaga Hernández, el denominado cerebro logístico del atentado. De ese enigma que ahora, con la muerte del senador Uribe Turbay, pasa de ser un intento de homicidio y a un magnicidio, aún son muchas las piezas que la Fiscalía, en medio de su silencio, tendrá que seguir recopilando y ajustando pruebas hasta hallar a quienes dieron la orden y los motivos que llevaron a perpetrar el atentado. El país espera respuestas.

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