Siete soldados murieron y 30 más resultaron heridos tras el ataque a una base militar en la vereda El Juncal, en el municipio de Aguachica (Cesar), el pasado 18 de diciembre. De acuerdo con las autoridades, hombres del frente Camilo Torres Restrepo del Eln lanzaron desde drones artefactos explosivos contra una instalación que no tenía la capacidad de detectarlos. En diálogo con El Espectador, el comandante del Ejército, el general Luis Emilio Cardozo, entregó detalles del hecho, las tareas ofensivas que se adelantan en la zona y habló sobre el panorama de seguridad a pocos días de iniciar un año electoral.
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En contexto: Aumentan a siete los soldados muertos y a 30 los heridos tras ataque a base militar en Cesar
El presidente Petro aseguró que el ataque en Cesar estuvo relacionado con faltas en los sistemas antidrones y ordenó su compra inmediata. ¿Cuál es la capacidad actual del Ejército frente a esos sistemas?
El Ejército ha venido adquiriendo capacidades en sistemas de inhibición y detección de drones, pero en la escala que se necesita, eso no es suficiente. Estas capacidades se han desplegado en áreas más críticas, como Arauca, Cauca y Catatumbo. Esta zona, donde se presentó la situación en Aguachica, era de entrenamiento, donde la dinámica operacional no es intensa. Por eso, los bandidos aprovecharon esta circunstancia. Las tropas no contaban con equipos antidrones y no se pudo detectar ni inhibir estos dispositivos para evitar lo ocurrido.
Desafortunadamente, la adquisición de estos elementos es un proceso costoso, ya que son importados y tienen precios elevados. Las contrataciones se realizan en la medida en que los recursos son asignados. Por eso, hemos planteado esta necesidad. Anoche, el ministro de Defensa me informó que el presidente tomó la decisión de asignar un billón de pesos para adquirir rápidamente estas capacidades y proteger a nuestros hombres de estos ataques, que cada día son mayores y se presentan en más partes de Colombia.
¿Había alertas previas de inteligencia sobre un posible ataque contra esta unidad militar o sobre movimientos armados en la zona?
Hay dinámicas del conflicto en diferentes partes, pero información puntual que nos permitiera saber que esta unidad iba a ser atacada, no la teníamos.
¿Qué operaciones militares se están desarrollando en este momento en Aguachica y sus alrededores tras el ataque?
En este momento ya se encuentra el comandante de la Quinta Brigada. El de la Segunda División también va en camino y yo me estoy alistando para llegar. Vamos a revisar la situación de inteligencia y las operaciones, así como las capacidades que se requieren para seguir confrontando de manera directa y efectiva a estas organizaciones criminales del Eln, cuya modalidad siempre ha sido no enfrentarse directamente con las tropas, sino ejecutar acciones terroristas cobardes como la ocurrida la noche anterior.
¿Este ataque representa una escalada de violencia del Eln en la región o hace parte de una estrategia sostenida contra la fuerza pública?
No, es la escalada terrorista que estos bandidos vienen adelantando como antesala a la terminación de un gobierno y al inicio de otro. También hay que decir que es una acción que busca mostrar una fortaleza que no tienen, pero que les permite sentarse posteriormente a una mesa con condiciones. Eso es lo que hacen todos los grupos armados: antes de buscar una negociación, intentan mostrarse fuertes para tener ventaja cuando se sientan a negociar.
General, ¿cómo evalúa el Ejército el panorama de seguridad en el país, tras el hostigamiento armado de las disidencias de las Farc en Buenos Aires (Cauca), el pasado 16 de diciembre, y este ataque atribuido al Eln?
Esta situación de seguridad no es exclusiva de este año, sino que se ha venido recrudeciendo desde hace tiempo en zonas como Arauca y Cauca, donde se concentran economías ilícitas, como la hoja de coca y los recursos mineros. Es una dinámica permanente. Sin embargo, también se agudiza en la época de transición de gobierno. En el último año de mandato, los presidentes enfrentan una intensificación del conflicto, porque los bandidos buscan despedir al gobierno saliente y entrar fortalecidos al siguiente, de cara a una eventual negociación.
Es una situación compleja. Diferentes gobiernos buscan la paz y, entonces, los bandidos ejecutan acciones criminales para mostrarse fuertes y poder iniciar nuevamente con el siguiente gobierno la posibilidad de una mesa de negociación.
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Acaba de terminar un paro armado del Eln y se mantiene uno de las disidencias de las Farc. ¿Cómo garantiza el Ejército su capacidad para contener a estos grupos?
La misión principal del Ejército es desarrollar operaciones militares. Básicamente, son cuatro tipos: operaciones ofensivas, defensivas, de estabilidad y de apoyo y colaboración con la autoridad civil, estas últimas orientadas a fortalecer la gobernabilidad. El Ejército tiene 3.000 pelotones desplegados en todo el territorio. Son más de 120.000 hombres y mujeres dedicados a la protección.
Claro que ocurren eventos, pero es imposible tener un soldado en cada metro del territorio. La dinámica operacional es permanente. Sin embargo, estas estructuras criminales se han fortalecido gracias a las economías ilícitas. Cada día hay más consumidores de drogas en el mundo y, por eso, es un negocio tan lucrativo. Además, Colombia es un país rico en yacimientos mineros, y allí los bandidos aprovechan la explotación ilícita de oro, lo que les permite fortalecerse constantemente.
¿Cree que los ceses al fuego y los intentos de diálogo de este gobierno pudieron permitir el fortalecimiento de estos grupos armados?
En este momento no hay ningún cese bilateral al fuego con ningún grupo armado. Lo hubo al inicio del gobierno y, lógicamente, hay grupos que se aprovechan de ello. Aprovechan el cese de operaciones ofensivas para fortalecerse; esa es una realidad que no podemos negar.
Ante este panorama, ¿cuáles considera que son los mayores retos de seguridad para 2026?
El reto más grande para el primer semestre de 2026 es garantizar las elecciones. Estamos trabajando de manera permanente en el Plan Democracia. Pero, antes de eso, el reto principal es asegurar las condiciones de seguridad para que los colombianos puedan desplazarse tranquilamente a sus lugares de residencia, reunirse con sus familias y pasar la Navidad y el Año Nuevo.
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