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Los dragoneantes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) Víctor Cervera, Yeferson Hueso y Julián Piñeros, investigados por el delito de tortura contra reclusos una vez cesó el motín en la cárcel Modelo de Bogotá en marzo de 2020, fueron cobijados con medida de aseguramiento mientras avanza el proceso en su contra. A los dos primeros se les dictó detención domiciliaria, mientras que el último deberá estar en centro penitenciario.
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El juez del caso consideró que la medida de aseguramiento es necesaria porque los guardias señalados representan un peligro para las víctimas y los testigos de los presuntos hechos de tortura. Así mismo, dijo el funcionario judicial, Cervera y Hueso deberán estar en sus domicilios durante el proceso, contrario a Piñeros, a quien se le enviará a una cárcel con cupo para su detención bajo medidas especiales por tratarse de un guardia del Inpec.
Las pruebas presentadas por la Fiscalía le bastaron al juez del caso para que impusiera las medida de aseguramiento a los tres dragoneantes, ya que en los videos presentados como pruebas se ve que los guardias habrían golpeado, desnudado e incluso herido con arma blanca a los reclusos, aún cuando estos ya habían sido detenidos tras el motín. Asimismo, el ente investigador tiene indicios que probarían que no hubo atención médica adecuada para algunos prisioneros heridos con armas de fuego.
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Ante esto, la directora contra las Violaciones a los Derechos Humanos de la Fiscalía, Deicy Jaramillo Rivera, dijo que “hay indicios de lesiones y maltratos de los que al parecer fueron víctimas varios de los detenidos que aparentemente se encontraban en estado de indefensión, esposados o con heridas considerables”. Igualmente, en la audiencia, el ente investigador recalcó que los presuntos victimarios son servidores públicos con la misión de proteger la población carcelaria.
Dentro del proceso, el juez 35 de garantías de Bogotá presidió una audiencia con la cual la Fiscalía los vinculó al sistema de justicia desde la orilla de los imputados, pues habrían infringido intensos dolores físicos y emocionales, así como obligado a la desnudez forzada, a diferentes privados de la libertad de la cárcel La Modelo de Bogotá, tras el motín registrado entre el 21 y 22 de marzo de 2020.
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Esa noche fue un caos. Internos convocaron a un “cacerolazo” por las escasas condiciones de salubridad y el hacinamiento vívido en uno de los penales más grandes del país, en medio de la llegada del COVID-19. Los colchones ardieron al final y los funcionarios del Inpec se enfrentaron a un intento de motín. Sin embargo, los custodios respondieron extralimitándose en sus funciones y accionando armas de fuego, al parecer, como lo denunció Human Rights Watch, con plena intención de causar la muerte de los rebeldes. 23 internos murieron y más de 80 resultaron heridos.
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