La protección animal es un tema que ha tomado fuerza en las últimas décadas gracias a la consciencia y respeto que los seres humanos hemos aprendido a tener con estos seres.
A pesar de ello, Colombia aún tiene muchos ejes por trabajar. De acuerdo con el censo realizado por la senadora Andrea Padilla, el país tiene alrededor de 3 millones de perros y gatos en situación de abandono, siendo la costa caribe uno de los lugares más difíciles para la supervivencia de estos animales.
A esto se le suma, que “el mapa de maltrato y abandono animal en Colombia es desolador. De 1.123 municipios, solo 23, concentrados en 5 departamentos, tienen un programa de esterilización. Aún hay 1.700 equinos explotados en tracción animal, los pocos centros de atención de fauna silvestre son precarios, en su mayoría, y no hay ninguno en las regiones Amazónica, Pacífica y de Orinoquía”, indica Padilla.
Adicional a ello, las cifras de la Fiscalía indican que de marzo de 2021 al 2022 se recibieron 1.777 denuncias por delitos contra los animales. Pero la gran pregunta en estos casos es: ¿quién atiende a la fauna doméstica en caso de que presenten algún tipo de maltrato, atropellamiento o, simplemente, necesiten ser intervenidos para evitar sobrepoblación?
La Ley 2054 de 2020 indica que, para atenuar las consecuencias sociales, de maltrato animal y de salud pública derivadas del abandono, se deberá establecer, de acuerdo con la capacidad financiera de las entidades, un lugar seguro (centro de bienestar, albergues, hogar de paso) para estos animales y si, pasados 30 días no son reclamados por su dueño, se pondrán en un programa de adopción. En caso de que este centro no exista, el distrito o municipio deberá apoyar las labores de los refugios o fundaciones legalmente constituidas.