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Las autoridades de Nueva York identificaron a las cuatro víctimas mortales del tiroteo del lunes en una torre de oficinas en Midtown Manhattan. Una de ellas es una alta ejecutiva de la firma de inversiones Blackstone; otra víctima es un policía de la ciudad y otra más es un guardia de seguridad.
El victimario también fue identificado por las autoridades como Shane Tamura, un hombre de 27 años que se suicidó después de asesinar a las cuatro personas y dejar a una más en estado crítico. Este ha sido el ataque más mortífero en Nueva York en los últimos 25 años, según CNN.
En su carta de suicidio, Tamura asegura tener una condición mental llamada encefalopatía traumática crónica que solo puede diagnosticarse después de la muerte. Según People, la nota de suicidio pedía que “revisaran su cerebro” y que “sentía” lo currido.
“La percepción de sufrir CTE, real o no, puede convertirse en un catalizador para episodios violentos en personas con trastornos mentales no diagnosticados”, señaló el psiquiatra forense Dr. Howard Forman para CNN.
¿Quiénes fueron las víctimas del tiroteo en Nueva York?
Didarul Islam era un agente de policía de Nueva York que tenía 36 años. Era un inmigrante bengalí y, según CNN, su esposa está embarazada y tenía otros dos hijos.
“Se arriesgó, hizo el sacrificio máximo: recibió un disparo a sangre fría, vistiendo un uniforme que representaba la promesa que le hizo a esta ciudad. Murió como vivió, un héroe”, aseguró Jessica S. Tisch, comisionada del Departamento de Policía de Nueva York para CNN.
Adicionalmente, por medio de su cuenta de X, el Departamento Policial de Nueva York expresó su más sentido pésame ante la muerte de Islam, asegurando que este “representaba lo mejor de nuestro departamento”.
Police Officer Didarul Islam represented the very best of our department.
— NYPD NEWS (@NYPDnews) July 29, 2025
He was protecting New Yorkers from danger when his life was tragically cut short today.
We join in prayer during this time of incomprehensible pain. We will forever honor his legacy.#FidelisAdMortem pic.twitter.com/vkBZetsz2N
“El oficial Didarul Islam murió como vivió: un héroe y protector de la ciudad de Nueva York. Nunca te olvidaremos”, aseguró el alcalde de Nueva York, Eric Adams, por medio de su cuenta de X.
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Wesley LePatner ocupaba el cargo de Directora Global de Bienes Raíces Core+ en Blackstone desde enero de este año. Según el Wall Street Journal, Blackstone la describió como una líder brillante, una mentora activa dentro de la iniciativa para mujeres en la empresa y una persona profundamente respetada por colegas y la comunidad profesional.
“Nos duele mucho compartir que nuestra colega, Wesley LePatner, estuvo entre quienes perdieron la vida en el trágico incidente… No hay palabras para expresar la devastación que sentimos. Wesley era un miembro muy querido de la familia Blackstone y lo extrañaremos profundamente”, aseguró Blackstone en un comunicado.
Además de tener una exitosa carrera profesional, LePatner tenía esposo e hijos esperándola en casa. También, era apasionada por el arte y, según CNN, hacía parte del grupo Amigos de la Pintura Europea del Museo Metropolitano de Arte en Nueva York.
Julia Hyman, Murió cuando el agresor tomó el ascensor incorrecto y abrió fuego en su piso. Era egresada de la Universidad de Cornell y trabajaba en Rudin Management, la compañía propietaria del edificio.
“Estamos devastados por los amigos y la familia de Julia, incluidos sus padres y su hermana Ali, graduada en 2017 del College of Human Ecology. También extendemos nuestras condolencias a los seres queridos de las otras tres víctimas”, aseguró el presidente de la Cornell, Michael I. Kotlikoff en un comunicado.
Aland Etienne fue otra de las víctimas mortales de este ataque. Era un guardia de seguridad en Nueva York y hacía parte del sindicato 32BJ SEIU, un grupo que representa a más de 185.000 trabajadores de servicios inmobiliarios.
“Esta tragedia es un reflejo del sacrificio que hacen los agentes de seguridad, quienes arriesgan sus vidas cada día para proteger a los neoyorquinos y a nuestros edificios. Cada vez que un agente de seguridad se pone el uniforme, pone su vida en riesgo. Sus aportes a nuestra ciudad son esenciales, aunque muchas veces no se les reconozca”, afirmó Manny Pastreich, presidente del sindicato, por medio de su cuenta de X.
“Aland Etienne es un héroe de Nueva York. Lo recordaremos como tal”, agregó el líder sindical.
Su muerte también fue lamentada por Rudin, la empresa propietaria del edificio Park Avenue, en el que murió Etienne.
“La familia Rudin y todos en nuestra empresa estamos devastados por la tragedia sin sentido de ayer; nuestros pensamientos y oraciones están con las personas heridas y las que perdimos anoche”, aseguró un portavoz de la compañía en un comunicado, “incluyendo a nuestra querida colega de Rudin, un valiente oficial de policía de la ciudad de Nueva York, un estimado guardia de seguridad del lobby y una empleada de una empresa inquilina”.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también se manifestó por medio de sus redes sociales refiriéndose a este suceso como un “tiroteo trágico” en Manhattan, “un lugar que conozco y amo”.
“Confío en que nuestras agencias de seguridad llegarán al fondo del motivo por el cual este lunático cometió un acto de violencia tan insensato”, afirmó el mandatario en la red social Truth.
Después del ataque, muchos neoyorquinos quedaron preocupados por su protección. Más que todo, teniendo en cuenta que este edificio contaba con protocolos de prevención y de seguridad.
A pesar de que el edificio contaba con protocolos de seguridad, el ataque dejó en evidencia las limitaciones de incluso los sistemas más robustos. Tim Gallagher, director general de Nardello & Co y exfuncionario del FBI, aseguró a The Financial Times que, con base en la información disponible, “parece que hicieron lo correcto en cuanto a seguridad física”.
“En el mundo actual, sería difícil afirmar que existen medidas de prevención 100 % seguras que las organizaciones o las personas puedan tomar”, dijo Jacob Silverman, director ejecutivo de la firma de asesoría en riesgos Kroll para The Financial Times, exaltando la preocupación de que estos ataques se den en entornos que están ampliamente protegidos.
Las autoridades siguen investigando las motivaciones del atacante, mientras el caso reaviva el debate sobre las fallas en la atención a la salud mental, el libre acceso a las armas y los límites de los protocolos de seguridad, incluso en espacios considerados seguros.
Mientras Nueva York llora a sus víctimas, expertos y líderes locales insisten en la urgencia de reforzar las medidas de prevención y protección para evitar que tragedias como esta se repitan.
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