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El sector cultural de Países Bajos está molesto con el gobierno neerlandés. Por eso decidieron hacer unos cambios en sus servicios habituales: en vez de ofrecer guías para ver las pinturas de Van Gogh u ofrecer una obra de teatro, o quizás un concierto, ofrecerán servicios de peluquería, de estética o de gimnasia dentro de sus instalaciones.
La razón de este descontento son las medidas anticovid implementadas por el Gobierno Neerlandés. De acuerdo con la directora del Museo Van Gogh, Emilie Gordenker, esperan que esta protesta demuestre lo incoherente de la decisión gubernamental.
La incoherencia, según ellos, radica en el hecho que el área cultural del país continúa suspendida desde el mes de diciembre, mientras que las profesiones de contacto, como peluquerías, centros de belleza, gimnasios e incluso el trabajo sexual fueron reabiertas la semana pasada.
Según Gordenker: “Una visita a un museo es una visita segura e igual de importante que ir a un salón de manicura, quizás más. Solo les pedimos que sean consistentes... establezcan las reglas de manera que todos las entiendan. En este punto, eso parece ser falta”, le comentó la directora a los medios.
El Museo Van Gogh fue uno de los muchos lugares en que protestaron por la medida a lo largo del país. En total fueron 70 sitios culturales como teatros, museos y salas de conciertos, de acuerdo con AFP.
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Para la directora del museo, la protesta se diferencia de las marchas por el confinamiento y por las vacunas porque esta industria cultural sí está siguiendo las medidas anticovid: todas las personas que asistieron debían mostrar un código QR de vacunación, mantener una distancia física y usar una máscara.
Muchos sectores consideran que esta estrategia del gobierno es contradictoria. Por ejemplo, Mischa, un barbero, indicó que es ridículo que él pueda trabajar “y la gente del museo no”; en señal de apoyo, llevó su tradicional sillón de barbero, espejo y recortador hasta la entrada de este sitio, según le reportó a la BBC.
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El Gobierno neerlandés, por su parte, envió advertencias a todos estos sitios, de acuerdo con AFP. Adicionalmente, la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, junto con otros líderes locales, advirtió que estas protestas culturales no serían toleradas, sin importar cuán elegantes fuesen, de acuerdo con la BBC.
De acuerdo con EFE, las industrias de cultura y hostelería seguirán cerradas hasta, por lo menos, el 25 de enero. Por otro lado, cien organizaciones dentro del sector cultural presentaron un manual para poder reabrir; mediante este explican las medidas “de acceso que deberían aplicarse, asociadas con tres niveles de riesgo que dependerá de la fase de la pandemia”, según la agencia de noticias.
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