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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un órgano de la Organización de los Estados Americanos (OEA), informó que el 25 de septiembre abrirá el proceso de concurso para ocupar su Secretaría Ejecutiva, “tras no haber obtenido la extensión contractual de su secretario Ejecutivo Paulo Abrão", un jurista brasileño que estuvo en el cargo los últimos cuatro años
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La discusión inició cuando el secretario general de la OEA, Luis Almagro, dijo que no prorrogaría su contrato “debido a la existencia de decenas de denuncias de carácter funcional” presentadas contra el funcionario.
Sin embargo, en el comunicado emitido este jueves, la Comisión insistió en la “importancia de su autonomía e independencia, en virtud de la cual tiene la potestad de seleccionar a la persona que debe asumir el cargo de secretario/a Ejecutivo”. La CIDH agradeció y reconoció “altamente” la gestión de Paulo Abrão.
La @CIDH me comunicó que no obtuvo la formalización administrativa de la renovación de mi mandato como su Secretario Ejecutivo luego de varias semanas de esfuerzos de diálogo institucional.
— Paulo Abrāo (@PauloAbrao) September 17, 2020
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El jurista brasileño es reconocido por su amplia experiencia en los ámbitos de derechos humanos, políticas públicas, financieras y presupuestarias. Desde que llegó a la secretaría de la CIDH se distinguió por sus planes para modernizar la comisión. Su contrato finalizó el 15 de agosto, y los planes –para los comisionados de la CIDH– era que Abrão se quedara en el puesto.
Sin embargo, Luis Almagro insistió desde agosto que algunas de las denuncias en contra de Abrão estuvieron en el limbo durante meses y no se trasladaron a la Oficina del Inspector General de la OEA, el órgano encargado de velar para que el sistema interamericano respete las normas y refleje las mejores prácticas a nivel internacional.
Fuentes de la OEA dijeron que son “más de 60” las denuncias contra Abrão presentadas ante la Ombudsperson del organismo, Neida Pérez. Mencionaron en particular “acoso laboral” y “manipulación de concursos y contrataciones”.
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La CIDH, que consideró la decisión de Almagro como un “grave embate” en su contra, dijo este jueves que en los últimos días buscó “un diálogo institucional respetuoso” para superar este roce, apuntando a la defensa de la elección de Abrão y el “debido proceso” a la tramitación de las quejas del personal. Ante la imposibilidad de lograr este propósito, la CIDH insistió en su “profundo rechazo” al paso dado por Almagro.
Incluso, la comisión acusó al secretario general de la OEA de quebrantar “una práctica establecida por más de 20 años de respeto” al criterio de la CIDH de elegir a su secretario ejecutivo. Y agregó que esto “dificulta la obtención de verdad, justicia y reparación a las personas que se han sentido afectadas en sus derechos laborales”.
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La discusión que se dio dentro de la organización en relación a la dirección ejecutiva recibió una ola de críticas; la oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, encabezada por Michelle Bachelet, llamó a una solución urgente del conflicto.
“No debería tratarse de una cuestión de reputación personal, de lealtades políticas, ni de pérdida de prestigio. Esto debería ser sobre cómo trabajar para proteger los derechos humanos de cientos de millones de personas en todas las Américas en un momento de crisis masiva”, reflexionó Bachelet.
La secretaria adjunta de la CIDH, la colombiana María Claudia Pulido, fue designada para sustituir interinamente a Abrão.
*Con información de AFP