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La dimisión de Evo Morales, después de tres semanas de protestas contra su reelección y tras perder el apoyo de las fuerzas armadas, ha dejado un vacío de poder en Bolivia, donde no se sabe quién tiene en este momento las riendas del país.
En este oscuro panorama surgió el nombre de Jeanine Añez, segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, quien el mismo domingo reivindicó su derecho a asumir la presidencia de Bolivia. El nombre de la diputada emergió como el de la potencial presidenta de Bolivia en el orden constitucional, tras la renuncia el domingo de Evo Morales y de quienes constitucionalmente podrían sucederle: el hasta ahora vicepresidente Álvaro García Linera y los presidentes de la Cámara de Diputados y de Senadores, Víctor Borda y Adriana Salvatierra, respectivamente, quienes seguían en la línea de sucesión.