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Se ha ido volviendo costumbre que el presidente de la República, recién posesionado, pase por el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez en Cali, para intentar darse un baño de popularidad en el multitudinario encuentro, que es el más importante de la población afrocolombiana. Juan Manuel Santos e Iván Duque lo hicieron, este último con su ministra de Cultura negra, Carmen Vásquez. Pero Gustavo Petro probablemente llegará con la vicepresidenta Francia Márquez, y los organizadores del Festival Petronio lo saben.
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Así que el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, desempolvó una idea que ya realizó en su primer mandato: una Cumbre de Alcaldes del Pacífico, esta vez con una baza formidable en la mano: todos los mandatarios de la región, especialmente del litoral, tienen fundadas expectativas con el presidente electo por el abrumador apoyo electoral que le dieron sus comunidades. En términos coloquiales, mandatarios y ciudadanos están de acuerdo en pasarle “factura” al presidente Petro para “cobrarle” la votación.
Como identificaron Sebastián Londoño, Silvia Otero Bahamón y Andrés Miguel Sampayo, de la Universidad del Rosario, “de 151 municipios del país donde Gustavo Petro obtuvo dominio total en la segunda vuelta, con un promedio del 84,8 % de los votos, 108 son de los cuatro departamentos del Pacífico”. De Chocó, 23 de 30 municipios; del Valle del Cauca, cinco de 42 (Yumbo, Pradera, Florida, Candelaria y Buenaventura); del Cauca, 31 de 42, y de Nariño, 49 de 64 votaron abrumadoramente por el presidente electo.
En 172 municipios, Gustavo Petro logró un dominio medio con un 65,8 % de los votos válidos, en promedio, de los cuales 44 pertenecen al Pacífico. De Chocó, 6; del Valle del Cauca, 14; del Cauca, 11, y de Nariño, 13. Así, de un total de 178 municipios de los cuatro departamentos, 152, el 85 %, votaron por el candidato del Pacto Histórico en esas proporciones de dominio total o medio definido por los investigadores rosaristas.
Esta realidad política y electoral, con la primera vicepresidenta negra de la historia colombiana, hará que el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, que integra a participantes de los cuatro departamentos, tenga connotaciones distintas. La conversación sobre las responsabilidades del Estado y el Gobierno con la región, como nunca antes, implicará de modo directo al poder político nacional. Será al tiempo fuente e interlocutor del poder presidencial.
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El Pacífico como territorio de propuestas
No son pocas las materias del programa de gobierno de Gustavo Petro que tendrán su prueba de fuego en el Pacífico por las características de esta región, donde la desigualdad y la pobreza, más que evidentes, son hirientes. Principalmente el agua y el medioambiente, la profundización del Acuerdo Final de Paz, la salud, la educación y la seguridad ciudadana.
Con 1.300 kilómetros de costa y una de las cinco vertientes hidrográficas del país, conformada por los ríos torrentosos del Patía, San Juan, Mira y Baudó, de cuencas de alta humedad y rica vegetación, santuarios de gran biodiversidad, el Pacífico tiene todo para el aterrizaje de la política del “agua como el eje ordenador del territorio y toda la importancia ambiental que merecen los océanos, arrecifes y manglares”.
Acelerar la implementación de los PDET (Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial), erradicando malas prácticas (incluida la corrupción), reemplazar la economía campesina de la coca mediante el robustecimiento y la articulación de planes de sustitución con producción de alimentos, y la posible negociación de paz con el Eln, son promesas que se medirán o tendrán un impacto alto en esta región.
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Proteger a los líderes sociales y ambientales frente a los grupos armados ilegales y parar los desplazamientos forzados masivos que estos provocan en el Pacífico nariñense y en Chocó, son responsabilidades críticas en el cruce de la política de paz y la seguridad ciudadana (“Desmantelamiento pacífico del multicrimen en manos de organizaciones armadas”).
El Pacífico esperará la ejecución de las promesas de erradicar la deforestación (cuenta con 16 % de la reserva forestal nacional), impulsar el desarrollo de ecosistemas agroforestales, silvopastoriles y de aprovechamiento de productos no maderables del bosque, la ampliación de territorios colectivos y la titulación de predios, y el pacto nacional, que incluiría la protección del corredor biogeográfico del Pacífico, así como la ratificación del Acuerdo de Escazú.
En Salud, la promesa de un modelo preventivo y predictivo, con centros de atención primaria por cada 20 mil habitantes, enfrentará complejos retos en la ruralidad dispersa de la región. En educación, el Pacífico tiene indicadores notablemente por debajo de la nación, por lo que avanzar en la nivelación de la región será una medida de éxito del ministro Alejandro Gaviria. El “sistema de cuidado y educación inicial con $500 mil como ingreso vital para madres cabeza de familia con hijos menores de seis años” es una promesa que no se olvidará.
Los mandatarios locales y el gran acuerdo nacional
En la rueda de prensa de presentación de la Cumbre de Alcaldes y Gobernadores, realizada esta semana, y en el “en vivo” transmitido por el portal de El Espectador, fue claro que los líderes están natural y coherentemente alineados con el discurso del presidente Petro, y que su estrategia es entrar al diálogo del gran acuerdo nacional. Su aspiración mediata es que el nuevo gobierno les ayude con inversiones para terminar bien sus períodos y tal vez tener sucesores afines.
La expectativa de largo plazo pasa por el nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, por el comportamiento fiscal que finalmente adopte el gobierno y por la decisión de si habrá un consejero presidencial para el Pacífico, como lo tuvo Santos, o un alto funcionario con peso político que busque coordinar las dos visiones del desarrollo que conviven en la región, para que ese Plan de Desarrollo sepa integrar a los que tienen el capital.
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Por lo pronto, los alcaldes se adelantaron y ya se imaginan al presidente Petro y a la vicepresidenta Francia Márquez agitando el pañuelo blanco en el Festival Petronio Álvarez, al ritmo de la marimba de chonta.
* De la Fundación Color de Colombia.